El día 7.11.21 más de 200 payeses de la comarca del “Baix Llobregat” realizaron la 79 entrega de frutas y hortalizas, al Monasterio de Montserrat, en un acto tradicional que el Covid impidió en 2020. En un día frío y despejado, se desarrolló con la buena liturgia habitual de los monjes benedictinos, la donación de lotes de productos agrarios de nuestros cultivos. El nuevo Abad agradeció la ofrenda al final en un breve parlamento. La orden de S. Benito preconizó la máxima del “ora et labora” colonizando territorios yermos y edificando en lugares casi inaccesibles en este caso, en el paisaje único de las “pudingas” montserratinas hoy ya Parque Natural.
En el templo con las precauciones de aforo y mascarilla, se celebró una misa y los intervinientes en breves parlamentos, recordaron una práctica con reminiscencias más antiguas aún que las recordadas por ellos; desde el mundo pagano a edades más próximas, se han ofrecido siempre primicias alimentarias a los representantes de los cultos, casi siempre situados, además en lugares de difícil acceso. Creyentes, o no el ritual y su significado son perfectamente asumibles para los contemporáneos. Así pues en un lugar que no reúne las afluencias masivas de antaño, uno puede disfrutar de la calma, de un Museo con una buena colección y degustar y adquirir desde el sabroso “mató” de Marganell, hasta el resto de productos alimentarios que la sociedad de los monjes la “Agrícola Regional SA” comercializa en sus tiendas.
Tras un breve paseo, la llegada para la comida en zona reservada, ya sentados unos breves comentarios de dos alcaldes de la comarca, Isidre Sierra de S. Climent y sobre todo Mercé Esteve de Begues que es diputada al “Parlament”. Ya en conversaciones los comensales, comentaron las novedades del sector: caída de precios agrarios, encarecimiento de abonos, energía y combustible y sobre todo los temas más candentes de las Zonas ZEPAS y su negociación con la consellera Jordá y por supuesto el seguimiento de la introducción con dificultades municipales del cáñamo industrial y farmacéutico por empresarios agrícolas con todos los requisitos legales habidos y por haber. También la necesidad de más inversión pública, hoy sólo esta en un vergonzante 0,84% del Presupuesto de la GENCAT. Al final los deseos de alcanzar el 80 aniversario del “Aplec” y a la salida entre las habituales críticas políticas, una muy concreta, sobre si bien necesitamos representantes o “lobbystas” de nuestro sector entre la clase política ¿por qué nuestra diputada casi territorial, no se involucra más en los problemas agrarios de la comarca?
Deberemos cuidar el sector “payés” que sabe podar y sacrificarse pero necesita ayuda para rebrotar con fuerza.