Un grupo de alumnos del IFP de L’Hospitalet, el centro de innovación en formación profesional, se ha hecho con el triunfo absoluto en el concurso nacional de la Fundación ONCE
con un video sobre la integración, inclusión e igualdad. El concurso nacional de la entidad se divide en diferentes categorías en las que participan estudiantes y docentes de Primaria y Educación Especial (categorías A, B y E) y de Secundaria, Bachillerato y FP en las (categorías C y D.) En las categorías C y D (una de ellas conquistada por los estudiantes de L’Hospitalet), se pedía el diseño de una pieza audiovisual de 60 segundos como máximo en la que transmitan ideas de cómo fomentar la inclusión y la igualdad en el ocio, la educación, el empleo o la accesibilidad universal.
Así que, bajo el lema “el camino que nos hace iguales”, más de 151.000 escolares de toda España han presentado sus trabajos, acompañados por 2.320 docentes de un total de 1.865 centros educativos públicos, concertados y privados, desde primaria hasta bachillerato, educación especial, y como en este caso los ganadores, de Formación Profesional. El trasfondo del certamen era “concienciar y sensibilizar sobre los valores de la inclusión y la igualdad” a los jóvenes en su etapa escolar, y que estos, de forma creativa, los impulsaran a través de un proyecto.
Este año, los ganadores indiscutibles de la 38 edición del concurso escolar en su categoría D han sido unos alumnos de IFP de L’Hospitalet con su vídeo “Adivina la tortilla”. Los vencedores forman parte de una clase de 32 alumnos del grado superior del curso de Realización de audiovisuales y espectáculos, en el que el profesor Eduard Pampín Mariné les imparte la asignatura de Planificación de realización en TV, espacio en el que han trabajado para crear el proyecto.
La experiencia del premio no es del todo nueva para el centro. Edu Pampín, mentor de los ganadores, explica que el año pasado se presentó a este mismo certamen y los alumnos del primer grado de realización de ese curso quedaron segundos. La medalla de plata fue en premio a un trabajo sobre la adicción a las pantallas.
Pampín reconoce que muchos de los alumnos a los que transmite sus conocimientos, de entre 18 y 24 años, son nuevos en el mundo audiovisual y nunca han tocado cámaras. Tienen perfiles muy diferentes pues proceden tanto de bachillerato o de algún ciclo medio. A principio de curso fue el ‘profe’ quien les propuso rodar un anuncio con el que presentarse a los premios.
Todo empezó con un brainstorming, una lluvia de ideas en clase entorno al tema de la inclusión. Se fueron descartando las propuestas más básicas (aquellas condescendientes que hacían ver inferiores a los discapacitados) y se dejó a un lado el prejuicio de que “necesitan ayuda” para pasar a dar el mensaje de igualdad e inclusión. En una segunda etapa, se desecharon las ideas que no pasaban el filtro del aspecto más técnico, pues no era posible realizarlas por recursos, tiempo, etc.
Por ejemplo, se pensó en que las mismas personas ciegas pueden ser quienes nos ayuden a salir de un lugar oscuro o en un incendio, pero no era posible realizar esto por recursos. Así que, finalmente, la idea fue de lo más simple, impactante y original, a la vez que llamativa: la comparación de dos tortillas para reflejar el mensaje de que todos somos capaces de hacer lo mismo, más allá de tener o no una discapacidad. “Da igual quién esté detrás, todos somos iguales y capaces” relata Rubén Bellido, cara visible del vídeo ganador.
El profesor Edu Pampín considera que “el premio significa que lo hemos hecho bien, que hemos sabido contar lo que queríamos y eso es lo más difícil. Ganar llena el ego, pero no los bolsillos”, añade.
Aunque el premio, dice el profesor, es en realidad el trabajo bien hecho, cada alumno de la clase ha recibido como obsequio una tablet que los corona como los ganadores. Pampín asegura que el triunfo más bien ha sido un “chute de motivación” para sus alumnos, que están empezando en el mundo del audiovisual que tanto les gusta que les gusta. “El reconocimiento los anima a ver posible los miles de cosas que pueden hacer con esfuerzo y talento en su trabajo.”, reitera Edu.
Con el vídeo de “Adivina la tortilla” los vencedores han conseguido que llegue el mensaje de no discriminar y se entienda. Han hecho ver que “el problema está en la mirada”, lo que para el profesor era lo más difícil.
De los 32 alumnos de clase, un grupo de diez voluntarios participó en el rodaje del video: la luz, las cámaras, editar, dirigir, organizar, rodar… Un trabajo completo cuatro meses después de haber empezado el curso. Y a pesar de que en clase hay paridad de sexos, en el equipo, las chicas eran mayoría.
El video lo presentaron en enero pero la noticia del triunfo no la recibieron hasta el pasado 18 de mayo durante el transcurso de una gala retransmitida en directo de manera online y que todos siguieron desde clase, “como si fueran los Oscars”, revive Edu Pampín.
Diez segundos de incertidumbre |
“Ha sido un premio muy inesperado, una sorpresa”, explica Rubén Bellido, uno de los alumnos artífices de la idea y el ‘organizador’ inicial del rodaje, que |