Este proyecto busca concienciar a las personas sobre los problemas de salud mental y educar sobre la salud emocional, debido al preocupante número de suicidios e intentos de suicidio que se dan entre los jóvenes y adolescentes.
Las escuelas de Sant Feliu incorporarán un proyecto de prevención del suicidio que, lanzado por el Ayuntamiento en los ámbitos educativos, tal y como sucedió durante el curso 2021-2022. Este se trata de un compromiso que el Ayuntamiento adquirió con el propósito de compartir esta preocupación con la comunidad educativa, motivo por el que llegará bajo una mirada comunitaria que tendrá en cuenta tanto al alumnado como al equipo docente y a la familia de los escolares.
Esta incorporación en las escuelas y el aumento de la preocupación por la salud emocional se debe a los altos casos de suicidios que se han registrado en los últimos años. Y es que, según la organización de salud mental Som360, el suicidio es una de las primeras causas de muerte entre las personas jóvenes de 15 a 29 años; además de los intentos de suicidio que se producen en la adolescencia, la etapa en la que más suceden estos casos.
Por tanto, el proyecto que Sant Feliu impulsó durante el curso 2021-2022 y que continuará durante este curso escolar, incluye talleres para los estudiantes, formaciones para el profesorado y los profesionales de la educación, además de los encuentros con las familias. Mediante estas actuaciones, profundizarán en la gestión saludable de las emociones, en comprender conceptos como la desesperanza; en educar sobre cómo tomar conciencia y la importancia de abordar la prevención del suicidio de forma transversa, y otros métodos que puedan ayudar a los menores de edad a afrontar las complicaciones a las que puedan enfrentarse.
Finalmente, todas las actuaciones de este proyecto llevadas a cabo durante el curso anterior dieron comienzo con la presentación de la asociación APSAS, quien dio una charla que acercó a los presentes al tabú de la muerte y a la pedagogía de la finitud. Esto se debe a que la asociación considera que desde los primeros años debería potenciarse en espacios educativos el hablar sobre los cambios, las pérdidas, la vida y la muerte, algo que puede potenciar la resiliencia como uno de los factores protectores básicos.