Este festival busca ayudar a descubrir estilos de música diferentes y alejados de las corrientes dominantes, motivo por el que los menores de 23 años podrán entrar gratis al AMFest.
La música incómoda, ruidosa y experimental llegará a L’Hospitalet de la mano de AMFest, un festival con diez años de historia que se basa en los contrastes y reta al público a transitar por diferentes estados emocionales a través de la música. Esta será la primera vez que el proyecto se celebra en La Farga y que cuenta con la participación del Districte Cultural de L’Hospitalet, y los asistentes podrán disfrutar de este festival del 6 al 9 de octubre.
En sus diez años de vida, el festival ha estado marcado por buscar nuevos sonidos inconformistas, algo que han hecho a través del volumen, la disonancia, la intensidad o el silencio. Además, este año el piano experimental y los gritos de Lingua Ignota compartirán escenario con el math rock de las japonesas Tricot, entre otros artistas. Muchos de los nombres que forman el cartel actuarán por primera vez en España y, mediante estos, han logrado cumplir uno de los objetivos marcados por la organización: la búsqueda del equilibrio.
Este festival comenzará ya con los abonos agotados, y contará con la versatilidad de La Farga, donde instalarán tres escenarios, un espacio que contará con cuatro food trucks y dos barras, además de las zonas de descanso y merchandising.
Por otro lado, otra de las singularidades que marcan a este festival es que rompen con el concepto de “cabeza de cartel”, ya que todas las bandas y artistas aparecen de forma igualitaria. Gracias a esto, ninguna banda destaca por encima de otra en la configuración del cartel.
Por lo que respecta a las entradas, todos los menores de 23 años podrán disfrutar de este festival de forma gratuita siempre y cuando el aforo lo permita. Mediante esta decisión, buscan ayudar a los jóvenes a descubrir estilos de música diferentes y alejados de las corrientes dominantes.
Finalmente, a través de la imagen de un funambulista caminando por un cable imaginario, que va desde Barcelona hasta L’Hospitalet, supone un homenaje a Philippe Petit, quien simboliza el constante riesgo buscando el espectáculo. Un rasgo que también acompaña al AMFest, “un festival que no busca crecer ni convertirse en nada más de lo que es”.