El Consorci de la Zona Franca de Barcelona, propietario de los terrenos, ha aceptado la única oferta formal que cumplía con los requisitos del concurso público, pero guarda en la recámara una segunda propuesta por si la vencedora no logra financiación.
La adjudicación del arriendo de los terrenos de la antigua factoría del gigante de la automoción japonés Nissan en la Zona Franca, propiedad del Consorci de la Zona Franca de Barcelona (CZFB), ha acabado siendo una partida al solitario que solo podía acabar con un ganador: la candidatura encabezada por el Hub de la Descarbonización y la compañía logística Goodman, porque era la única oficial y que a la postre cumplía con todos los requisitos. No obstante, el CZFB se guarda un as en la manga: la propuesta de Merlin Properties, el Puerto de Barcelona y Mecalux, que lideran un proyecto alternativo pero considerado como no vinculante por la propiedad.
La alianza del Hub de Descarbonización (integrado por QEV y B-Tech) y la australiana Goodman se ha acabado llevando el gato al agua. De hecho, desde el inicio del proceso de arrendamiento de los terrenos de Nissan (que ha finalizado este lunes 31 de octubre) han sido los primeros y los únicos en presentar una oferta formal por la finca. La oferta de este equipo ha sido durante todo este tiempo el favorito tanto de los antiguos trabajadores de la planta nipona y los sindicatos como de las administraciones implicadas, porque el pliego de condiciones ya mostraba sus preferencias por el sector de la automoción.
Sin embargo, la operación se puede ir al traste si el el Hub y los australianos no consiguen financiación para su proyecto, íntimamente ligado a la concesión de 107 millones de euros del plan Perte (Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica) que concede el Estado y que llevan algunas semanas en tela de juicio debido a los retrasos en la concesión de las ayudas. La realidad es que la alianza empresarial no dispone a día de hoy de los avales suficientes para afrontar la operación.
Fábrica de robótica
Si el hub no logra la financiación necesaria para arrancar la fabricación de vehículos eléctricos que pretende saltará a escena el “plan B” del operativo: la propuesta del conglomerado empresarial liderado por Cilsa (la joint venture de Merlin Properties y el Port de Barcelona) y la empresa local Mecalux. La idea de este grupo es instalar en los terrenos de Nissan una fábrica de robótica gestionada por Mecalux, un centro de datos y un operador logístico dirigido por Cilsa. Este operativo se estima que podría requerir una inversión de 350 millones de euros.
A partir de ahora, los pasos que seguirán los terrenos que ocupó el gigante nipón son los siguientes: el próximo viernes día 4 de noviembre se abrirá el denominado sobre B y el 17 de noviembre el sobre C, justo antes de la adjudicación definitiva.
Interés chino
El spring final se prevé reñido y quien sabe sin con sorpresa pues la pasada semana trascendió que la firma automovilística china Chery, que ya sondeó instalarse en Barcelona hace una década, está interesada en la finca. Sin embargo, el CZFB rechazó la alternativa por falta de garantías ante la cercanía del final del proceso.