Como una rutina habitual, todos los viernes desde finales del curso anterior, la mayoría de alumnos del Lycée Internacional Barcelona-Bon Soleil de Gavà acuden al colegio en bicicleta desde sus casas.
Se trata de la iniciativa “Ven en bici al Cole” puesta en marcha a petición de los propios alumnos. El último día de la semana lectiva, los ciclistas se citan en la estación de Castelldefels con la mochila a la espalda y, acompañados siempre por dos profesores de educación física del cole, pedalean hasta las aulas. Y no están solos: muchos de sus padres también se apuntan al trayecto.
Jordi Llinàs, profesor de historia y geografía del Bon Soleil y encargado del proyecto Eco-Escuela, revela que detrás de este pequeño ‘tour’ ciclista de los viernes se esconde “la idea de concienciar desde pequeños a los estudiantes y a sus familias sobre el transporte sostenible”. Llinàs loa las ventajas de las bicicletas: “la práctica de la rutina diaria se convierte en una actividad sana para el cuerpo físico y para la mente, protege al medio ambiente y también beneficia a la economía familiar”, asegura el docente. Y lo que no puede obviarse: al final lo más importante de esta y todas las marchas ciclistas es divertirse, pasarlo en grande dándole a los pedales y agarrado al manillar.
Las pedaleadas de los viernes no son la excepción, pues más del 10% de los alumnos del liceo acuden en bicicleta al colegio diariamente. En general todos están muy entusiasmados y motivados por ir en bici al colegio y por el resto de iniciativas. Repiten que es “muy guay” y que les encanta la bicicleta.
Este es el caso de Alberto, que ayuda a su familia yendo en bici al cole porque así sus padres “ahorran en gasolina, no gastan tiempo llevándome y llegan a su trabajo antes”. Pero las dos ruedas tienen muchos más alicientes: “Voy conociendo nuevos caminos y nuevas rutas y así puedo ir luego con mis amigos”. Su compañero Baltasar, que vive en Castelldefels, se ha dejado seducir por la velocidad. “La ventaja de la bici es que es ecológica y más rápida y no pillas tráfico, Tardo sólo cinco minutos en llegar al cole”, destaca. Y como Baltasar es un chico precavido y obediente, cada mañana, antes de salir de casa, “cojo mi casco, porque me dijo un policía que tengo que llevarlo” .
La propuesta “Ven en bici al Cole” forma parte del Programa Eco-Escuela, que ha hecho de la defensa del medio ambiente uno de los pilares de la escuela. Por ejemplo, no están permitidos los plásticos de un solo uso y tanto profesores como alumnos utilizan todos los envases y cantimploras de material reciclable. También están prohibidos los envoltorios que no sean de papel reciclable o de materiales reutilizables. Y ondea la bandera verde, lo que significa que el centro está altamente comprometido con el medio ambiente. El colegio dispone de un ejército de eco-voluntarios, es decir, de alumnos que se reúnen, proponen y debaten nuevas ideas para mejorar el día a día en el centro bajo un prisma ecológico y sostenible y, entre otras labores, redactan un decálogo de buenas prácticas ambientales.
Los eco-voluntarios tienen incluso un comité de eco-delegados que promueve e incita a poner en práctica actividades sostenibles, involucrando tanto a los estudiantes como a sus familias. Así, también se lucha contra la basuraleza (basura dejada en la naturaleza). En octubre del año pasado se recogieron residuos en los espacios naturales cercanos al colegio, y en 2020 se recogieron dos kilos de colillas de cigarrillo de la playa.
La próxima acción verde agendada es el mercadillo solidario del 17 de diciembre, donde se reciclan e intercambian objetos como ropa, libros o juguetes entre los alumnos. Como explica Jordi, “el reciclaje es la última opción pero antes de este paso se debe reutilizar”, por lo que se anima a los alumnos del centro a participar en esta iniciativa, dentro del marco del consumo responsable y la reducción de residuos, que es el objetivo anual del centro para este curso 2022/2023.
La escuela cuenta con comedor propio y promueve el consumo de productos ecológicos y de km 0. Los alumnos cuidan el “proyecto huerto”, cuyas cosechas van a parar directamente a la cocina del centro y, en consecuencia, a sus platos. Aunque los alumnos del Bon Soleil siguen maquinando nuevas acciones, algunas tan simples como “no dejarse las luces del aula encendidas”, apunta Martina, de 2º de ESO. En definitiva, y como bien resume Francisco, su compañeros de curso, “se trata de ayudar a crear un mundo mejor poniendo tu granito de arena para así construir el castillo”. Una sabia reflexión.