El Hospital de Viladecans y Cáritas Interparroquial han llegado a un acuerdo para usar las comidas preparadas para los pacientes que no se consumen. Esta colaboración forma parte del proyecto Pont Alimentari, gestionado por las fundaciones Rezero y el Banc de Recursos, con el que más de 60 entidades sociales de Cataluña trabajan para lograr un triple impacto: social, económico y ambiental.
El último impulso para la iniciativa ha venido de parte del Pacto de Viladecans por el Clima, un espacio de colaboración entre los agentes locales para abordar la crisis climática. Este año se desarrollará un plan de acciones para reducir el desperdicio alimentario en el municipio. La empresa Mésss (Clece-Arcasa), responsable de la restauración del centro, ha contribuido a que el circuito se ponga en marcha rápidamente.
El servicio sigue los pasos establecidos por el proyecto Pont Alimentari para donar y recibir alimentos. Está garantizada la seguridad gracias a las instalaciones de la entidad y los armarios isotérmicos, que permiten transportar los alimentos con seguridad alimentaria, facilitada por el Ayuntamiento.
Desde el 15 de diciembre de 2022, Cáritas Interparroquial de Viladecans recoge cada semana las comidas sobrantes que gestiona la empresa encargada de la restauración del hospital. Estas raciones de comida cocinada se distribuyen entre sus 76 familias usuarias, siendo esta una valoración muy positiva tanto económica como para la salud. En este mes de funcionamiento ya se han canalizado 396 raciones. Estos excedentes se suman a los más de 900.000 kg de alimentos que recupera anualmente el proyecto Pont Alimentari.
En el año 2020, el Parlamento aprobó la Ley 3/2020, de 11 de marzo, que se encarga de prevenir las pérdidas y el derroche alimentario. Esta ley entrará en vigor en 2023 y exigirá a las empresas que dispongan de un plan para prevenir el desperdicio alimentario, cuantificar lo que generan y acordar cómo aprovechar los excedentes con prioridad para el consumo humano.
El Ayuntamiento de Viladecans encargó en 2021 al proyecto Pont Alimentari un estudio sobre el desperdicio de alimentos que se produce en el municipio. Esta investigación incluyó a 81 comercios, 17 centros educativos, 63 bares y restaurantes, un hotel, tres residencias y el hospital. Además, se abordó la capacidad de las entidades sociales para redistribuir los excedentes generados por estos sectores.