La natalidad está cayendo en picado en Viladecans, como en el resto de España. Nunca antes en el último medio siglo habían nacido tan pocos niños como en 2022. Pero a los que lo han hecho, han llegado no con un pan bajo el brazo, pero sí con un árbol en la plaza de l'Escoltisme, que se ha plantado justo este último fin de semana con la participación de más de 150 familias.
La ‘baby cosecha’ del año pasado la forman 416 bebés: 219 niñas (el 53%) y 197 niños (el 47% niños). Con hasta 276 nombres distintos. Pero algunos son más populares que otros, con bastante diferencia. Las estrellas de la temporada nominativa han sido Nil (para chicos), un nombre utilizado en siete ocasiones, y Lucía (para las chicas) con idéntico número de inscripciones.
Por detrás de los más puestos, se sitúan (en el caso de las féminas) los nombres de María y Martina (con seis ‘bautizos’ cada una), seguidas de Paula y Sofía, con cuatro. En el caso de los varones, la segunda plaza del ránking la comparten a la limón Aleix, Luca, Leo y Mateo, repetidos cada uno cuatro veces.
Todos los recién nacidos han sido recibidos en Viladecans por todo lo alto, con un acto de bienvenida en el que se han plantado 12 árboles, uno por cada mes del año. El evento, que se celebra por undécima vez, es “un símbolo de la acogida”,que se ha convertido ya “en una tradición”, han explicado fuentes municipales.
El simbolismo de la plantada'especial para los bebés es que los padres puedan ver crecer a los árboles a la vez que a sus hijos. Por eso han dejado colgados entre sus ranas “deseos de felicidad” para sus retoños. Los árboles plantados son de tres especies autóctonas diferentes y representativas de la biodiversidad de Viladecans: seis encinas, tres robles y tres fresnos. Para los griegos, La encina simboliza la longevidad y la solidez; el roble, la fuerza y la justicia y el fresno, la inmortalidad y la fecundidad.