A finales del año pasado comenzó una prueba piloto que ha logrado reutilizar hasta ahora cerca de tres toneladas de residuo textil. O lo que es lo mismo, el equivalente a 300.000 bolsas de plástico que usa el centro y que han sido reemplazadas. Estas bolsas de tela reciclada tienen como nuevo destino el dispensario de la farmacia del hospital y el transporte de la propia ropa sucia. Este procedimiento permite reducir considerablemente el gasto de plástico contaminante, un residuo que está considerado como uno de los mayores problemas medioambientales para el planeta.
El programa ‘Ropa de ida y vuelta” es un claro ejemplo de economía circular, una práctica que consiste en reducir, reparar, renovar, reutilizar y reciclar. Se trata de un modelo de producción y consumo que tiene el objetivo de reaprovechar lo que ya se tiene (y condenado inevitable a acabar en la basura) y de este modo darle una nueva vida o finalidad. El beneficio es doble porque por un lado se evita su desperdicio y, a la misma vez, se ahorra en el gasto deproducir algo nuevo, que puede ser substituido por el producto reaprovechado.
En este caso en particular, las sábanas utilizadas del Hospital, que hasta ahora iban a parar a la basura, pasan por un proceso de higienización y se les da una nueva forma y también una nueva utilidad: se convierten en bolsas y en sacos. Los 2.940 kg de sábanas ‘rehabilitadas’ van a poder prestar servicio al HUB durante 60 lavados más. Su primer destino es la lavandería, donde se convierten en depósitos para la recogida de batas y uniformes. Su segunda misión es vehicular la dispensación de medicación en el Servicio de Farmacia Hospitalaria.
Raquel Salas, responsable ambiental de la dirección de la Atención Primaria Metropolitana Sur del Institut Català de la Salut (ICS), es una de las impulsoras del proyecto: “Esta iniciativa nació en 2019 con la subvención de la Agencia de Residuos de Cataluña y estuvo paralizada en 2020 por culpa de la pandemia”. En principio, el proyecto piloto acaba este mes de febrero, pero desde el ICS se plantean continuarlo y asumirlo con su propio presupuesto.
“Los beneficios del proyecto son ambientales y sociales: Reducimos residuos textiles utilizando las sábanas del Hospital y las reconvertimos en sacos, que a su vez substituyen bolsas de plástico”, destaca Raquel Salas.
Al dar una nueva vida a las sábanas y reducir la producción de plástico se contribuye al ahorro económico y evita gastos en nueva producción. Además, los sacos de tela gozan de una vida más larga que las bolsas de plástico. Para la responsable ambiental del ICS, “se trata de una acción muy positiva y que se pretende implantar en otros centros de salud y hospitales que podrán replicar la iniciativa”.
Gracias a este proyecto se han creado dos puestos de trabajo para confeccionar estas bolsas, de la mano de Fundació Engrunes, una entidad social sin ánimo de lucro con base en Montcada i Reixac que emplea a personas en riesgo de exclusión social.
Una de estas personas en situación de vulnerabilidad que esta trabajando en el reaprovechamiento creativo de las sábanas del HUB es Jacob Salu, originario de Ghana. En concreto se encarga de hacer el corte y confección de los sacos. “Trabajo aquí desde hace un año. Mi tarea consiste en coser las sábanas usadas del hospital, que aquí ya llegan limpias y planchadas”, explica el empleado de Fundació Engrunes. Jacob hace el corte y confecciona sacos de ropa . Este proceso “de ida y vuelta”, como el lema del proyecto, refleja el espíritu de la reutilización.
La Fundació Engrunes da apoyo personal y un trabajo digno a personas vulnerables desde 1982 y uno de sus especialidades es generar empleo precisamente con la gestión de residuos y objetos usados, impulsando iniciativas sostenibles para el medio ambiente y la economía solidaria, lo que encaja perfectamente con la filosofía del proyecto de ICS.
El proyecto de ‘Ropa de ida y vuelta’ tiene su origen en los encuentros del Club EMAS, una iniciativa pionera en la Unión Europea que agrupa a organizaciones con voluntad de mejora ambiental de diferentes sectores y dimensiones. El club cuenta con apoyo económico por parte de la Agencia de Residuos de Cataluña.
Encarna González, directora de Gestió de Residus i Serveis de Fundació Engrunes, subraya que no todo ha sido coser y cantar: “Hay algunos puntos negativos, estas bolsas son más caras que las de plástico. Además, al ser fabricadas a partir de sábanas usadas y no de tela en su materia prima original, hay una dificultad añadida en el corte y la confección de la nueva pieza”.
Cubrir los costes de fábrica
González señala que también han debido sortear problemas logísticos y derivados del precio del transporte. Pero el balance es positivo: “Estos sacos se pueden utilizar muchas más veces que las bolsas de plástico”. La idea es amortizar el material hasta cubrir su coste de fabricación. Actualmente, estas nuevas bolsas se están utilizando en los CAP y en el propio HUB. “Se usan para trasladar medicamentos desde la farmacia a las habitaciones y también son las que se les dan a los pacientes cuando vienen a buscar medicamentos”, describe la directiva de Engrunes.
Según datos de la Agencia Catalana de Residuos , cada persona consume al año entre 21,5 y 26 kilos de ropa y se tiran al vertedero 147.000 toneladas de residuos textiles. Solo el 12% de estos residuos se recogen selectivamente. Para entendernos, substituir las bolsas de plástico por sacos, equivale al ahorro de envolver la superficie del Hospital de Bellvitge (11.108,40 m²) más de 26 veces. Las dimensiones del hospital de referencia son uno de los motivos por los que el ICS ha escogido Bellvitge para ensayar el proyecto, que no es la única iniciativa verde del ICS para promover la movilidad sostenible, las energías renovables y ahorrar energía en la gestión de residuos de toda la institución, hospitales y centros sanitarios.
Gracias a los resultados de la prueba piloto del Hospital Universitario de Bellvitge, la administración sanitaria ha podido verificar la viabilidad económica de la iniciativa. Que el proyecto tenga continuidad y que incluso se extienda a más centros ya solo depende del ICS.