La entrada en vigor de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) de Sant Boi no peligra. Y las subvenciones de los fondos europeos Next Generation destinados a la red de cámaras inteligentes que controlará el área de exclusión para vehículos contaminantes tampoco. El Tribunal Català de Contractes del Sector Públic (TCCSP) acaba de desestimar el recurso que mantenía cautelarmente paralizado el proyecto.
La decisión del TCCSP permite al Ayuntamiento de Sant Boi resoplar tranquilo después de varios meses conteniendo la respiración porque estaba en juego la inyección europea de 2,4 millones de euros. Y es que en el consistorio no las tenían todas consigo por que el órgano administrativo (que vela por la transparencia en las adjudicaciones públicas) acumula meses de retraso en la toma de decisiones. “Si el TCCSP no responde al recurso antes del verano, se pueden perder los fondos Next Generation”, denunciaba hace unos días a El Llobregat el primer teniente de alcalde de Territorio y Desarrollo Económico de Sant Boi, José Ángel Carcelén.
Una vez levantado el ‘veto’ de Tribunal Català de Contractes el plan de implantación de las ZBE sigue su curso. Así, el proyecto podrá retomarse “con normalidad y siguiendo los plazos previstos”, han confirmado este lunes fuentes municipales.
Esto significa que, si no surgen nuevos imprevistos y se recibe la subvención europea asignada, las cámaras inteligentes (capaces de distinguir con la lectura de la matrícula los vehículos con distintivo ambiental de los ‘sin etiqueta’) podrían comenzar a funcionar “en periodo de pruebas el próximo mes de julio”, como avanzó a este medio Carmen Ruiz Aguinaga, responsable del Servei d’Espai Públic i Mobilitat del Ayuntamiento de Sant Boi. El periodo de prueba se prolongaría unos cinco meses, lo que permitiría que en diciembre el circuito de control ya funcionaría “a pleno rendimiento”, ha subrayado Ruiz. Eso sí. Sin que “haya todavía sanciones”, advierte la responsable de movilidad municipal.
El calendario de implantación de la ZBE se mantiene en pie y vigente. La intención del municipio es que el área restringida este completamente operativa y en perfecto estado de revista “a finales de año o durante el premier trimestre de 2024” a más tardar, reitera Carmen Ruiz.
Sin la espada de Damocles del TCCSP pendiendo sobre el proyecto, Sant Boi podrá continuar siendo uno de los municipios metropolitanos pioneros en el área metropolitana en la implementación de la Zona de Bajas Emisiones. Además, será una de las primeras ciudades del Baix Llobregat con más de 50.000 habitantes que pone en funcionamiento el operativo, tal y como exige la Ley de Cambio Climático y el decreto del Ministerio para la Transición Ecológica y el reto Demográfico (Miteco) de finales del año pasado.
Carcelén ha anunciado que la futura Zona de Bajas Emisiones –que se ha diseñado de forma concienzuda- va a ocupar “el 75% del casco urbano residencial de la ciudad”. La amplitud del área restringida se traducirá directamente en que mejore la calidad del aire y la ciudad sea “mucho más saludable”, ha afirmado el primer teniente de alcalde, algo muy positivo, ya que por su ubicación geográfica –entre el río Llobregat y la montaña de Sant Ramon-, Sant Boi ya goza de una ‘buena salud’ ambiental.
La resolución del TCCSP es una consecuencia directa de que una de las dos empresas que optaba a la adjudicación de la instalación de las cámaras inteligentes –justamente la que perdió el concurso- impugnara el resultado. Una vez desestimado el recurso, el procedimiento de licitación del sistema de vigilancia y control que se instalará tanto en el perímetro como en el interior de la ZBE sigue su curso.
Aunque Sant Boi no tiene completamente definida su Zona de Bajas Emisiones, trabaja con una propuesta de borrador “seria” de la que destaca su clara apuesta por la drástica reducción de la contaminación ambiental y la emisión de gases de efecto invernadero. “La contaminación mata “, como ha recordado en más de una ocasión Carcelén y como suscriben todos los neumólogos.
El perímetro de la ZBE está prácticamente definido, pero no ratificará hasta que la propuesta supere el periodo preceptivo de exposición pública y se redacte y apruebe la ordenanza que regulará el espacio, y a la que aún le faltan algunos flecos, algunos “detalles técnicos”, que se están dirimiendo entre el Ayuntamiento de Sant Boi y el Área Metropolitana de Barcelona (AMB), que ha redactado el texto básico, que también se aplicará en Castelldefels, Viladecans y El Prat. Las precauciones se están tonando para que el texto la ordenanza final cuente con “todas las garantías jurídicas”, ha reiterado el primer teniente de alcalde.
Pese a esta puntual falta definición del texto, la ordenanza muncipal de la ZBE de Sant Boi no solo recogerá medidas económicas sino también sociales. Entre ellas se está estudiando la concesión de ayudas para que los ciudadanos con pocos recursos que tengan que cambiar de vehículo de forma forzosa (por ser contaminantes) porque lo necesiten para trabajar o por necesidad, puedan asumirlo sin que les afecte tanto al bolsillo, han asegurado fuentes municipales.
Una de las iniciativas vinculadas a la ZBE y al futuro plan de movilidad de Sant Boi (que está previsto que se apruebe el próximo mes de marzo o bien durante el estreno de la próxima legislatura municipal) es el proyecto de construir un tercer aparcamiento disuasorio en el perímetro del área restringida, y que se ubicaría en la calle Pablo Picasso (en el barrio de Marianao), justo frente al campus docente del Parc Sanitari de Sant Joan de Déu y el cementerio municipal. El tercer parking disuasorio se uniría a los existentes en la estación de los FGC y al recién estrenado en la Ronda Sant Ramon, junto al Parc de la Muntanyeta.
El proyecto del tercer aparcamiento aún se encuentra en fase iniciática. Según adelanta José Ángel Carcelén, la intención del consistorio es que sea subterráneo y que se soliciten ayudas a los fondos europeos para asumir su financiación. También está pendiente de definición el modelo de gestión del aparcamiento o si incluirá plazas para residentes o de rotación.