El radar móvil de tráfico de la Guardia Urbana de L’Hospitalet ya no pone multas. Y es que se encuentra en paradero desconocido. Desaparecido. ¿Cómo es posible? Porque se da la curiosa circunstancia de que un mando de la Guardia Urbana mandó tirarlo a la basura por error y se ha perdido su rastro. Al responsable del desaguisado se le ha abierto un expediente por lo sucedido.
La historia comenzó a finales del año pasado y tiene su origen en una mudanza en las dependencias policiales. El cinemómetro con el que se caza a los conductores que corren demasiado, que fue comprado el año pasado y está valorado en 18.000 euros, estaba guardado dentro de un armario de una sala de las dependencias del cuerpo.
Pues bien, en el trascurso del traslado, un mando policial ordenó a un agente deshacerse del armario y esté último lo tiró a la basura sin mirar qué es lo que había en su interior.
Como consecuencia de la desaparición del radar, los agentes locales de L’Hospitalet no pueden realizar controles de velocidad, y por lo tanto no se imponen sanciones, para regocijo de los infractores. Pero esta situación no va a durar eternamente, ya que el ayuntamiento de la ciudad ya ha iniciado los trámites para adquirir otra unidad, según han confirmado fuentes municipales.
Las mismas fuentes han asegurado que se ha abierto un expediente al mando policial que ordenó tirar el armario a la basura con el radar dentro y se ha abierto una investigación interna para que se acabe de aclarar lo sucedido.