Las becas y ayudas del estado de bienestar a nivel general, fueron bien recibidas; pero a muchos jóvenes les supieron a poco; hubo crítica social y descontento. Con los años, los Osborne, Sillitoe, Wain y otros fueron calmando su resentimiento de clase; incluso dando aliento a nuevos movimientos juveniles suburbanos efímeros: rokers, mods, punks, skins y otras tribus que acompañaron, una época decadente pero próspera y de pleno empleo. España, siempre con su retraso histórico, recibió en Dictadura , los libros, films y teatro social británico, no siendo apreciados, dado el control cultural entre eclesiástico y marxista, propio del momento.
Todo aquello acabó y el moimiento de protesta social tanto en el Reino Unido como en España, está bajo mínimos. Hoy con el gobierno de coalición más izquierdista y feminista habido desde la II República, no parece que el problema de los jóvenes, en un país de viejos, este en vías de solución. Hay un alto porcentaje de titulados universitarios, con predominio de Ciencias Sociales, con mal encaje laboral porque son motejados de “sobretitulados”, ¿son necesarios los títulos de Politólogos para una central de llamadas; los historiadores como baristas o los filólogos para vender ropa o poner copas? Las alarmas, se dan , el primer día de clase en muchas facultades, -solo un 5% se empleará- por sus estudios y con temor de encontrarse el aula vacía. Hay mucho interés por la FP desatendida, con falta de plazas y alto abandono aún con su enfoque de pocas prácticas; como nos reclama la UE y Patronal. Las rebajas educativas potencian las clases particulares; dado que estamos por debajo de la media OCDE-PISA. Somos el país con más desempleo juvenil de Europa hasta los 25 años, con un 29,3%. Los “ninis” (805.000) siguen existiendo como problema social, a pesar de los avisos de la OIT. Se consignan 2, 5 M de españoles trabajando en el extranjero y el 87% de los jóvenes prevén que se marcharán.
La España vaciada, se rebajará de población autóctona y tal vez se repueble con población africana o sudamericana con estilos de vida precarios. Cuando eso ocurre, muchos de izquierdas, sueltan un grito, ya no se consideran obreros. Que sepan que, por la radical Fundación Alternativas, que no “Cáritas”; que la clase media baja, llegó en el 2000 al 43%, en el 2021 está ya en el 32%, y que los hijos de esta degradada clase, crecerán con más problemas, que sus padres. Serán miembros de una pobre clase baja. Colas del hambre, roperos, insania y todo con una resignación cristiana o budista por su pobre destino. A no ser que ocurra como Saramago, que escribió sobre una balsa de piedra peninsular, que se cuartea por los Pirineos y que con la nueva identidad ibérica, se nos salve ya de la miseria creciente. ¿Sin ira, con calma? III