La actuación consiste en utilizar el agua regenerada de la estación de depuración de aguas residuales (EDAR) de Sant Feliu de Llobregat para alimentar los humedales a través de una nueva canalización. El proyecto tiene un coste estimado de 150.000 € y será financiado por el Programa de actuaciones en paisajes naturales y urbanos (PSG) del AMB, con una financiación del 50% por parte del AMB y el otro 50% por parte de los ayuntamientos. Además, recibirá una subvención de la Agencia Catalana del Agua (ACA).
En la actualidad, Aigües de Barcelona está llevando a cabo un estudio hidrológico del acuífero para evaluar el efecto del uso de agua regenerada.
Regenerar agua es someter el agua depurada a un tratamiento adicional para poder reutilizarla siguiendo un modelo circular. Una vez regenerada, se puede devolver en condiciones óptimas en los ríos y acuíferos para empezar de nuevo el ciclo de captación o bien suministrarla directamente a la industria, en las ciudades y a la agricultura para diferentes usos. Este modelo de regeneración da un nuevo uso al agua.
Situados sobre un antiguo meandro del río, los humedales de Molins de Rei son una zona húmeda protegida muy característica de este espacio fluvial. El meandro original se convirtió en una gravera en 1969, coincidiendo con la construcción de la autopista B-23. Debido a la extracción de áridos, se perdieron las grabas permeables y se acumularon limos que impermeabilizaron el suelo, degradando la zona.
En el año 1995 se establecieron los humedales con el objetivo de restaurar la zona húmeda y reducir el impacto de las crecidas del río Llobregat. El proyecto logró preservar la vegetación de la ribera, aumentar la diversidad del ecosistema fluvial, proporcionar un espacio de descanso para la fauna silvestre y disminuir el efecto de las inundaciones del río.
Con el tiempo, las balsas originales perdieron su impermeabilidad debido a la erosión. Para compensar la filtración de agua al subsuelo, se instaló un sistema de bombeo intensivo de gran volumen. El cambio climático y los episodios de sequía aumentaron la necesidad de agua bombeada, lo que resultó en un consumo insostenible de agua y energía, así como en gastos económicos municipales significativos.
El nuevo proyecto de uso de agua regenerada será una forma más sostenible de mantener los humedales. Esto se debe a que permitirá un gran ahorro de energía y agua potable en comparación con el sistema de bombas. Además, es importante reservar el agua potable para su consumo.
Se espera que el estudio hidrológico del acuífero esté finalizado antes del verano. Una vez validado por el Departamento de Salud, se redactará un proyecto que se llevará a cabo este año. Si todo va según lo previsto, las obras comenzarán en 2024.
La restauración de los humedales tiene como objetivo aumentar la biodiversidad faunística y florística, recuperando la vegetación de ribera y favoreciendo la reproducción de invertebrados, anfibios y peces. Algunas especies autóctonas y migratorias que se quieren propiciar el retorno a la zona son el ánade real, la garza real, la garceta común, el ruiseñor o el carricero.