Los Mossos d’Esquadra acaban de asestar un duro golpe al narcotráfico internacional desmantelando una red que producía marihuana en varias localidades del Baix Llobregat y la exportaba ilegalmente a Francia oculta en palés. La mercancía procedente de España se descargaba en cajas en la ciudad francesa de Lille (próxima a la frontera franco-belga) y desde ahí se distribuía a Bélgica y a otros países del centro de Europa (donde el precio de la droga es tres veces más alto que en España).
En la operación, de la que se ha informado este jueves a los medios de comunicación, se ha detenido a 13 personas y se han decomisado 230 kilos de cogollos de ‘maría’ y 60 kilos de hachís. Los investigadores calculan que la venta al por menor de la droga hubiera reportado a los ‘narcos’, aproximadamente, 625.000 euros en España y 1,2 millones de euros en el país vecino.
El operativo policial ha sido desarrollado por agentes autonómicos de la División de Investigación Criminal (DIQUE) de la Región Policial Metropolitana Sur y de la Unidad Central de Estupefacientes, en colaboración con la Fiscalía francesa, la Policía Nacional y la Office anti-stupéfiants (OFAST) de la Policía Judicial de Lille. Fuentes policiales han descrito a los detenidos como “una organización criminal muy activa” y que enviaba los estupefacientes a Francia de forma “masiva”, pues se calcula que ha podido mover cerca de una tonelada de droga.
La investigación que ha permitido desarticular la red comenzó en febrero de 2022, cuando los Mossos d'Esquadra localizaron 42 kg de marihuana oculta en un trastero de alquiler en Vilanova i la Geltrú (Garraf).
Al tirar del hilo tras el hallazgo, la policía identificó a un grupo de personas de varias nacionalidades que tenían su centro de operaciones en Castellví de Rosanes y Martorell, desde donde gestionaban varias plantaciones de marihuana, en ambos municipios y en otras localidades del Baix Llobregat y el Alt Penedès.
El ‘modus operandi’ de la banda era muy similar al que se utiliza en cualquier actividad económica legal, lo que les permitía pasar desapercibidos. En la base de operaciones, los traficantes envasaban al vacío la marihuana seca (y por lo tanto ya para su distribución y consumo) en bolsas de un kilogramo de peso. Una vez listas, las bolsas eran escondidas y ‘disfrazadas’ en cajas de madera que se apilaban en palés y que tenían la apariencia de contener en su interior alternadores para automóviles.
La mercancía se transportaba hasta la localidad francesa de Halluin utilizando empresas de logística internacionales que desconocían el auténtico contenido de los palés. De hecho, la banda había constituido una empresa ficticia –que utilizaba para las transacciones- falsificando documentación, sellos y firmas.
Gracias al avance de las investigaciones, los mossos interceptaron un primer cargamento de marihuana en una empresa de transportes del Baix ubicada en el Baix Llobregat. En el interior de la nave descubrieron un alijo de 83 kilogramos de marihuana, 84 de hachís y dos balizas de seguimiento que la policía había ‘colado’ en el interior para tener información sobre la ubicación del cargamento. Pero pese al golpe, la organización no solo continuó funcionando, sino que incrementó la frecuencia de los envíos al extranjero.
La vigilancia policial posterior a la primera operación permitió identificar a algunos compradores holandeses que se dirigían con varios miembros de la banda a uno de los almacenes de droga grupos algunos posibles compradores provenientes de Holanda que iban acompañados por los miembros del grupo investigado al lugar donde se almacenaba la droga, para marchar en el ninguno de unos días. A partir, de ahí se activaron los mecanismos de coordinación interpolicial y la Fiscalía francesa también tomó cartas en el asunto, en el marcod de la Agencia Europea para la Cooperación Judicial Penal (Eurojust) con sede La Haya (Holanda).
Hasta que llegó el gran día para descabezar a la organización. El pasado 28 de febrero se detuvo en Halluin al principal responsable de la banda y a dos de sus secuaces cuando preparaban un envío con 104 kilogramos de marihuana y 10 de hachís. Los tres fueron encarcelados por orden de las autoridades judiciales francesas. Además, el principal investigado está a la espera de ser extraditado a España.
Al día siguiente (1 de marzo), y de forma simultánea y coordinada, la policía francesa entró en almacenes de la banda en Marquette-lez-Lille, Wimereux y Saint-Andre-Lez-Lille. En esta operación se pudieron bloquear activos bancarios del grupo criminal por valor de 150.000 euros, lo que dejó muy tocada la capacidad económica de la organización.
A la vez, los Mossos d'Esquadra llevaron a cabo dieciséis entradas y pesquisas en nueve domicilios y siete plantaciones interiores de cannabis en Sant Andreu de la Barca (1), Martorell (4), Castellví de Rosanes (3), Sant Just Desvern (1), Vallirana (1) y Corbera de Llobregat (1), así como en Olesa de Bonesvalls (1), Masquefa (1), Torrelles de Foix (1), Polinyà (1). En tptal los agentes se incautaron de 4.000 plantas de marihuana, cuatro pastillas de hachís –de 400 gramos cada una- , 2,6 kg de cogollos de ‘maría’, unos 10.000 euros en efectivo, cinco balizas de seguimiento, el sello falsificado de la empresa ficticia usada para hacer los envíos y una arma de fuego real, entre otros enseres.
En el operativo participaron más de 300 efectivos policiales y donde se arrestó a diez personas: tres con el rol de jardineros (encargados de las plantaciones de marihuana) y otros siete encargados de las tareas logísticas y de control de los envíos. El juez instructor ha decretado el ingreso en prisión para cuatro de los diez detenidos en Cataluña. Con estas detenciones, la policía da por desarticulada la banda criminal.