Pero en el orden privado y en la vida pública, conviene hacerlo. Si ante problemas anunciados, nos vemos en el brete de improvisar soluciones . estamos condenados a malvivir.
Con un gobierno tripartito en la Generalitat (2008), presidido por José Montilla, el país sufrió una sequía atroz. Entonces se habló mucho: que si la solución era disponer de más desalinizadoras de agua, que si el trasvase desde el Ródano, que si aportaciones provisionales de otras cuencas... El caso fue que no estábamos preparados para afrontar una reducción drástica de las reservas de agua almacenada en los pantanos. Dicho de otra manera, aunque nos duela escribirlo: que más allá de las infraestructuras hidráulicas que heredamos del franquismo (sí, aquellos pantanos que fueron motivo de chistes), las soluciones a los problemas de sequía en el siglo XXI, estaban por decidir, democráticamente. En 2008, superamos la sequía; fuera por las rogativas del conseller Francesc Baltasar a la Moreneta o porqué después de toda tempestad viene la calma; llovió. Meses después, fue noticia que toneladas de tuberías que se habían dispuesto por la Generalitat para trasvases temporales de agua, estaban apiladas, achatarradas sin que nadie les diera uso, ni las almacenase adecuadamente. Han pasado quince años, y otra sequía ha dejado nuevamente exhaustos los pantanos. Algunos vaticinan que habrá restricciones de agua en el área metropolitana de Barcelona.
Que el régimen de lluvias se altera, todo el mundo lo ha oído. Aunque solo sea por la matraca sobre el cambio climático.
Pregunta: ¿en quince años, qué infraestructura se ha decidido construir para combatir los años de sequía? . en TV3 nos dicen que "cerrar el grifo está al alcance de nuestra mano". Y, por ejemplo, evitar las fugas del 25% del caudal que se pierde por mal estado de las conducciones en los municipios, ¿al alcance de qué mano está?. Y, para mejorar las reservas de agua, ¿qué medidas se han tomado en los últimos diez años?. Nos tememos que la respuesta es: ninguna. Quienes habían de decidirlo y obrarlo, han estado muy ocupados, debatiendo sobre el futuro de la nación. Pues nada: ahora, otra vez a visitar a la Moreneta.
Es imperativo que las autoridades gestionen eficientemente sus competencias, que se arriesguen, sopesen pros, contras, decidan y obren. En el Baix Llobregat, como en todo el Área Metropolitana de Barcelona, hay que asegurar el suministro de agua, con sequía o sin sequía. Hay que afrontar el problema de la regresión de las playas del litoral; la aportación de toneladas de arena cada año, no es solución; es necesario pensar en algún tipo de dique que proteja el litoral de las mareas. Se ha puesto sobre la mesa la construcción de la nueva pista del aeropuerto como una estructura sobre el mar; convendría estudiar, también, esa posibilidad. En Osaka así está construida: sobre el mar. No sé si los japoneses se rieron mucho de sus ingenieros, pero la idea, por extravagante que parezca, hace años que es una realidad.
En fin, necesitamos hablar menos y obrar más. Cualquiera sabe encontrar un inconveniente ante una propuesta; pero no todos estamos en condiciones de proponer una solución ante un problema.
El próximo 28 de mayo, estamos convocados a unas elecciones municipales. Desearíamos que los equipos de gobierno que se formen en cada ayuntamiento, sean resolutivos; que no se amedrenten ante las críticas inherentes a la toma de decisiones. Cada cual ha de cumplir de forma leal y esforzada, las tareas que le son propias. Pensar, decidir y ejecutar.
Por nuestra parte, como medio de información, intentamos aplicarnos el consejo. En esta edición, a las vísperas de las elecciones municipales, ofrecemos nuestros vaticinios sobre cuáles pensamos que serán los resultados en L´Hospitalet y el Baix Llobregat. Hemos venido publicando en www.elllobregat.com nuestras valoraciones para cada municipio y, inevitablemente, hemos recibido algunas llamadas airadas, atribuyendo a nuestras valoraciones intereses partidistas. Nada más lejos de nuestra intención. Eso sí, tengan presente la definición de vaticinio: acción de anunciar un hecho futuro a partir de ciertos indicios o por simple intuición. El 29 de mayo, lo podemos hablar. III