Baldiri Ros pide "un ecologismo para adultos que permita gestionar los recursos de una forma sostenible, pero con visión económica". PIMEC reivindica ir más allá de las restricciones generalizadas que repercuten negativamente en la economía, el empleo y los precios.
La temible sequía ya está aquí. Aunque su llegada ha sido largamente anunciada y pronosticada, da la sensación de que haya aterrizado por sorpresa porque prácticamente no se han tomado medidas preventivas que minimicen sus efectos. Tras meses de tensa maduración, la situación ya es a día de hoy "de extrema gravedad", asegura Baldiri Ros, presidente del Institut Agrari Català de Sant Isidre y vicepresidente de Foment del Treball. Sin embargo, y a diferencia de los regantes del canal d'Urgell, los agricultores del Parc Agrari del Delta del Llobregat no deberían temer, a priori, por sus cosechas. "En el Baix Llobregat la sequía va a afectar más a la industria, a las personas y a las ciudades que a los cultivos de regadío", vaticina Ros.
El presidente del Institut de Sant Isidre lamenta que se haya llegado a esta situación sin hacer nada para remediarlo cuando todos los indicadores advertían del riesgo. "El estado de alarma por la sequía se tendría que haber declarado en agosto del año pasado, cuando se empezó a detectar el problema, y no en octubre. Cada vez había menos disponibilidad de agua en los embalses y se venía avisando, pero no se ha hecho nada. Esperaban que al final lloviera. Pero no ha llovido y nadie ha tomado decisiones y el trabajo sigue sin hacerse. Está claro que aquí no se sabe gobernar en tiempos de excepcionalidad", se queja Baldiri Ros.
Aunque no pueden lanzarse las campanas al vuelo, los payeses del Delta están a salvo, en buena parte porque han modernizado sus sistemas de riego en la medida en que han podido (o les han dejado). "Si en el Baix se puede utilizar toda el agua regenerada que haga falta para regar, aunque se reduzca el caudal, se salvará la cosecha. En el Urgell se a perder todo", denuncia. Y señala a los responsables del desaguisado: la administración autonómica. "No existe ningún plan serio contra la sequía de la Generalitat", corrobora. Incluso deja entrever una posible "dejación de funciones" por parte de l'Agència Catalana de l'Aigua (ACA),
Ros apunta alguna de las actuaciones que deberían haberse puesto en marcha hace meses para prevenir el desastre, aunque "la solución es difícil, reconoce. El vicepresidente de Foment habla de una reducción del caudal ecológico de los ríos -Llobregat incluido- "que se tenía que haber rebajado y no se ha hecho". Por desgracia, "la gobernanza del agua está más basada en aspectos ecológicos que en la economía" y eso a larga (incluso a la corta) resulta "contraproducente", argumenta.
El líder de la patronal agrícola del Baix advierte que se necesita "un ecologismo para adultos, que permita gestionar los recursos naturales de una forma sostenible, pero con visión económica" y defiende los pantanos como mecanismo para retener el agua y reducir el impacto de las sequías. "Sin el embalse de La Baells, el río Llobregat bajaría seco", asegura.
Desde la patronal de la pequeña y mediana empresa (PIMEC), que tiene una delegación en el Baix Llobregat, también reconocen en un manifiesto hecho público hace solo unos días que, para superar el actual escenario de sequía, "hace falta una mirada a largo plazo", que vaya más allá de medidas cortoplacistas -como las restricciones generalizadas- que acaban repercutiendo negativamente "en la actividad económica, en el empleo y en el precio de los alimentos", agregan. También es imprescindible para PIMEC "evitar la confrontación entre los diferentes usos posibles del agua, entre actividades económicas y personas, entre mantenimiento de los ecosistemas y progreso, porque todas son caras de una misma moneda".
Y es que, en el fondo, como sostienen en la patronal de la pequeña y mediana empresa, "el debate sobre el agua es también un debate sobre cohesión territorial, sobre economía y sobre progreso social". Eso significa que las problemáticas que se deriven de la actual sequía (y de las que vengan después) requieren soluciones "estructurales" y "consensos". "Se deberán tomar decisiones de forma para garantizar la disponibilidad de agua a largo plazo y minimizar los efectos negativos de la escasez en personas y actividades de todos los sectores y territorios", constata el manifiesto de PIMEC.
El presidente del Institut de Sant Isidre admite que si existen proyectos y alternativas para amortiguar las posibles sequías futuras -como la planta desaladora, el aumento de la producción de agua regenerada o la reforma de los embalses, pero que "siguen pendientes" porque "no hay voluntad política" de ejecutarlos. Hacen falta respuesta contundes e inmediatas, principalmente con vistas a que el futuro no sea todavía menos halagüeño. "Las medidas que se están tomando ahora son parche, no nos estamos preparando de verdad para la próxima sequía", insiste Baldiri Ros.
El sector agrícola del Baix solo debería empezar a preocuparse de verdad y a temer por su futuro si la sequía es tan pertinaz y se dispara tanto que sus efectos se contagian a la industria, Y es que entonces ambas actividades "deberían repartirse el agua regenerada", apunta Ros, algo que podría acarrear restricciones en ambas direcciones. "La planta (ecofactoría) de El Prat dispone de la capacidad para producir toda el agua regenerada que se necesita, pero se tiene que invertir en ello", aclara el vicepresidente de Foment del Treball.
Con el tratamiento adecuado. el agua recuperada en las plantas del Área Metropolitana podría hasta ser "apta para el consumo humano", asegura Ros. Pero se mira hacia otro lado. "Se está frenando el uso de nuevas tecnologías y eso es un error de bulto, porque puede llegar el día en que se abran los grifos en Barcelona y no salga agua", vaticina el dirigente de la patronal agraria.
Las perspectivas no son buenas por la falta de altura de miras y de previsión. "Las cosas se han de prever. Si la pluviosidad desciende, pero la población crece por mucho que se reduzca el consumo per cápita habrá un déficit que hay que racionalizar. También hay que distribuir el agua, huyendo de visiones localistas" Y cita el ejemplo de Portugal donde "se aprovecha al máximo el agua e incluso se implantan nuevos regadíos, porque los regadíos no son ningún pecado", incide Ros.
El vicepresidente de Foment denuncia que se está en manos "de gobernantes que toman decisiones poco responsables, basadas en filosofías del decrecimiento que no son reales. Porque reducir el crecimiento para resolver el problema al final no sirve". Pero teme estar predicando en el desierto, y nunca mejor dicho. "Si los gobernantes hacen declaraciones, pero no actúan, si no se ponen las pilas, lo tenemos crudo", advierte el presidente del Institut Agrari Català de Sant Isidre.
La pionera red freática de Viladecans cumple 15 años |
La red de agua no potable de Viladecans se abastece de pozos
La red de suministro de agua freática de Viladecans, pionera en Cataluña y que cubre las necesidades de riego de las zonas verdes y el baldeo de las calles de la ciudad, ya acumula 15 años de historia. Las obras -que costaron más de tres millones de euros (el 80% aportado por los fondos europeos y el 20% por las arcas municipales)- permitieron construir 7,5 kilómetros de cañerías, dos depósitos y nuevas conexiones a pozos. Desde entonces, el entramado ha ido creciendo y ya dispone de 26,7 km de canalizaciones, que abastecen a cerca del 70% del riego de parques y jardines públicos (49 de las 62 hectáreas totales) y el 100% de la limpieza. viaria. El sistema pronto se verá incrementado con 8,1 km más de tuberías en el nuevo barrio de Llevant. El agua no potable se abastece de tres pozos, aunque en breve se conectará un cuarto en Can Calderon. En 2022 se extrajeron de los pozos freáticos de la ciudad unos 150.000 m³. La red está preparada para conectarse al agua que se regenera en la EDAR local mediante el depósito de Ca n'Alemany. |