En la Agropecuaria de Gavà, en el despacho del gerente, un mapa parcelario informa de los terrenos afectados por la ZEPA (aves), -rápido y fácil- uno sabe si entra en la categoría de propietarios agonizantes en sus derechos o pasa a la de agricultores limitados en el ejercicio de su oficio. Todas las ZEPA conculcan los derechos de propiedad, y limitan la agricultura intensiva pero sin ser expropiado ni compensado: (Canal Segarra-Garriges, Delta Ebre, Aiguamolls Empordà y ahora la ZEPA del Parc Agrari del Baix Llobregat, propugnada por grupos ecologistas y protestada por la mayoría de los que se ganan la vida con el campo).
Continua así una de las etapas agrarias más tristes, desde que la -gran propiedad burguesa del 1900- rentabilizó y humanizó el paisaje del insano pantanal del Llobregat; tras la Guerra Civil se produjo un éxodo del propietario absentista y el auge del pequeño propietario antes arrendatario, parcelas de 2 hectáreas eran y aún son de lo más frecuente. En la actualidad, no es posible ser rentable con este esquema. Poca superficie, poca rentabilidad y un consumidor final muy exigente. Resultando el abandono de tierras con tantas normas y reglamentos que dificultan el cultivo y ahora el regadío en tiempo de sequía.
Quedan lejos las exportaciones de hortalizas a Europa en trenes frigorizados, porque también la extraordinaria fragmentación de los huertos, dificulta la necesaria concentración parcelaria. Es decir, el propiciar grandes latifundios que permitan altos rendimientos con maquinaria y poca mano de obra.
Los tanteos de grandes inversores han fracasado y la sindicación activista no facilita la agroindustria. Pero sí, la ZEPA y el bloqueo de la ampliación del aeropuerto son posturas voluntaristas, que hasta pueden modificarse negociando.
Hay otro grave asunto que se ha impuesto con urgencia: la sequía. Importante ya en el 2008 con el tripartito de Montilla; pero ahora con Aragonès y ERC , se evidencian las obras inacabadas, los planes hechos pero sin ejecutarlos en 15 años y hasta la aberrante práctica de pedir dinero a la UE y malgastarlo. Dos ejemplos en Sant Boi: una central desalinizadora construida pero inservible y una gran balsa de riego para usar agua regenerada, sin inaugurar.
Si preguntas, todo son evasivas, especialmente con elecciones. Uno de los responsables máximos fue condenado a dos años de cárcel y ocho de inhabilitación, casi en secreto. Las tuberías, bombas y equipos hidráulicos del frustrado trasvase del Segre con un valor de 22 millones de euros permanecen sin uso en la zona del Cadí. Todo un ejemplo de desgobierno y malgasto. Con la sequía, llega la gran prueba, las grandes preguntas:
¿Riego por goteo o por inundación? ¿Huerta o secano? ¿Minifundio o latifundio?
¿Cáñamo o alcachofa?, ¿Caza o ZEPA? ¿Agua de riego bonificada o no? La Naturaleza hará lo que los humanos no sabemos hacer: imponerse con su cruel exigencia.
De un río torrencial como el Llobregat y de su acuífero ya no se puede extraer más. Entonces, ¿más trasvases o más desalinizadoras?,¿Eliminar fugas de los canalizaciones urbanas?
A todo ello, una mayor supervisión de los operadores privados, incluidas las comunidades de regantes. Porque en esta larga agonía del campo deltaico, debemos añadir la más grave, la falta de renovación generacional, la huida de jóvenes con iniciativas que huyen del Parc Agrari y la persistencia del fenómeno "hortelano" y el "okupa" de terrenos públicos , dando pie a una geografía desoladora que no puede ya disimular su consideración de parque recreativo, con paseantes, ciclistas y ornitólogos. Hace años se decía que podrían quedarse algunos "payeses" como celadores o elementos ambientales de tipo "folk". Un buen final.