Se cumplieron los pronósticos: el PSC ha vuelto a ganar en las municipales del 28M tanto en el Baix Llobregat como en L’Hospitalet. Y lo ha hecho de nuevo de forma apabullante, logrando 143.484 votos (un 34.72%) y 220 concejales (siete más que en 2019). Pese a que se ha dejado por el camino un casi imperceptible 0.93% de los sufragios recogidos hace cuatro años mantiene sus grandes feudos, con mayorías holgadas entre la que destacan la absolutísima de Sant Boi (la alcaldesa Lluïsa Moret ha logrado la friolera de 16 concejales) y los 13 escaños de Núria Marin en L’Hospitalet, que pierde la mayoría absoluta por un edil, pero sale airosa de una campaña de acoso y derribo con acusaciones de corrupción que fueron archivadas. Los socialistas también suben en Sant Joan Despí, Sant Just Desvern y Sant Feliu de Llobregat, entre otras ciudades.
El reverso de la moneda es ERC que aspiraba a hacer sombra al PSC en las grandes urbes metropolitanas pero que se ha dejado por el camino 22 concejales y un 2,85% de los sufragios. Sin embargo, bajo el paraguas de las siglas FEM, ha sido la fuerza más votada en Sant Andreu de la Barca, donde el PSC pierde cuatro ediles.
También destaca del escrutinio del 28M el ascenso del PP (que dobla sus resultados y se hace con 32 nuevos concejales). Su mayor éxito lo ha obtenido en Castelldefels, donde su alcaldable, Manu Reyes, ha obtenido 12 concejales, a muy pocas papeletas de la mayoría absoluta. En Castelldefels también sorprende la irrupción del partido independiente SOM, que se ha hecho con tres concejales de una tacada en sus primeras elecciones.
El otro aspecto significativo de las municipales ha sido la desaparición de Ciutadans (que ha sido barrido de todos los consistorios en los que tenía representación) y su puesto lo ha ocupado en cierto modo VOX (7% del escrutinio), que entra en la mayoría de los grandes consistorios gracias al aumento de la abstención.
Siguen estables cuatro años después Junts -que arrasa en Martorell y revalida alcaldía- y los ‘comuns’, que salvan los muebles y se mantienen como fuerza más votada en su ‘reserva natural’ de El Prat.