Un dispositivo automático de dispensación permite programar la distribución del producto en todos los puntos de administración de manera simultánea a una hora determinada. Para que este método sea efectivo, las palomas no deben tener otras fuentes de alimentación, por lo tanto es fundamental la colaboración ciudadana, que no las debe alimentar. Actualmente hay dos dispensadores, uno en la Colonia Güell, en la cubierta del Casal de les Monges, y desde principios de este mes de junio otro en la cubierta de Can Baruta.
Además de los perjuicios y la degradación del entorno que provoca una población elevada de palomas, debemos recordar que estas aves y sus excrementos son transmisores de enfermedades graves como la salmonelosis, toxoplasmosis, neumonía y también pueden transmitir parásitos tanto a personas como a otros animales.