Los nueve kilómetros de playa que Castelldefels y Gavà brindan al Baix Llobregat han sido la puerta de entrada a la comarca de esta tradición milenaria china, que pasó a convertirse en una disciplina deportiva en los años setenta del siglo pasado. Se trata de una actividad de piragüismo que se practica en embarcaciones de 10 o 20 palistas con cabeza y cola de dragón, con un patrón que dirige la embarcación y un timonel que marca el ritmo del equipo. Surfeando sobre las olas baixllobregatinas, el Dragon Boat ha acabado por instalarse en el Canal Olímpic de Castelldefels. Las instalaciones, que conservan la impronta de modernidad de la Barcelona olímpica del 92, acogieron el pasado mes de mayo la cuarta edición del Festival Internacional de Barcelona de Dragon Boat. “En el festival participaron 600 personas y de ellas únicamente 50 eran españolas”, destaca el gerente de Dragon Boat Emotions, Pep Juncà.
Se trata por lo tanto de “un deporte solidario que también abre una ventana de oportunidades para la proyección turística para Castelldefels”, apunta Juncà. Lo certifica la capacidad de atracción del festival del Canal Olímpic, participaron ciudadanos del Canadà, Reino Unido, Qatar…, es para Juncà prueba irrefutable que nos encontramos ante “una de las competiciones internacionales más importantes de Castelldefels”. Una ventana por la que se proyecta el potencial turístico y económico de la ciudad a través del rugido de este dragón asiático del deporte náutico.
Pero, ¿cómo empezó todo? Hace cinco años SEAT, con sede en Martorell, se puso en contacto con la empresa de la que Pep Juncà es gerente. Dragon Boat Emotions, que es una área de una agencia de turismo de actividad naútica, es también responsable de la entrada hace diez años del Dragon Boat a España, que tuvo dos puertas de acceso: Cataluña y Murcia. “SEAT nos propuso formar y entrenar a un equipo de 25 personas para participar en una competición que la multinacional Volkswagen estaba organizando. La idea era la de una competición entre todas las marcas del grupo”, rememora el gerente de la empresa.
Fue el germen del Festival Internacional del Dragon Boat del Canal Olímpic de Castelldefels del pasado mes de mayo, pero también del Festival de Empresas que se celebrará el próximo mes de septiembre en Banyoles. En este sentido, al ser un deporte de cohesión, los integrantes solidifican una identidad de grupo y muchas empresas, es el caso de SEAT, utilizan la actividad para reforzar el team building o trabajo en equipo porque este deporte debe ser “apto para todo el mundo, fácil, divertido, social e inclusivo”.
Precisamente, la vertiente más comprometida del Dragon Boat en su despliegue por el Baix Llobregat va de la mano de las mujeres; y especialmente de aquellas que han sufrido cáncer de mama. De hecho, se ha establecido una categoría específica de equipos de mujeres que han sufrido cáncer de mama hacen el Festival Internacional de Dragon Boat en Castelldefels.
Y es que, el movimiento que se realiza al remar ayuda a recuperar la zona afectada por una mastectomía y el hecho de trabajar en equipo con otras mujeres que han pasado por la misma experiencia contribuye a aportar bienestar, apuntan los expertos. El Dragon se convierte así en una herramienta para tejer conexión social y emocional entre las mujeres que han sufrido y sobrevivido al cáncer. En el Festival del pasado mes de mayo, subieron a las embarcaciones 200 mujeres de diferentes nacionalidades. Todas ellas participaron en una categoría específica en el marco de la jornada solidaria ‘Rema contra el cáncer’.
La meta de futuro de los impulsores de este deporte en el Canal Olímpic de Castelldefels es el de abrir su práctica a otros enfermos de cáncer; e incluso crear una fundación para promover la actividad náutica entre los supervivientes. El proyecto, que aún está germinando, ha despertado el interés de representantes del departamento de Salud y un equipo de palistas procedentes del ICO, el Instituto Catalán de Oncología, podría remar en próximas competiciones.
El Canal Olímpic de Castelldefels se ha convertido en sede estable para la práctica de esta actividad náutica y deportiva en Cataluña. Sin embargo, no es la única plataforma catalana donde se practica el Dragon Boat. Banyoles, Badalona y Mataró también son escenarios donde las embarcaciones encienden el fuego milenario chino de la competición y a la vez del entendimiento.
Un deporte, el Dragon Boat, novedoso en Cataluña pero que arrancó hace dos mil años de la antigua China de la mano de un poeta caído en desgracia ante los poderosos de la época, según reza la leyenda. Consumido por la tristeza, el poeta se lanzó al río de su aldea y los pescadores compitieron entre ellos para encontrarlo. Una onda en el pasado de la ahora potencia mundial que ha rebatado por la historia hasta dar con el Baix Llobregat.
“Dentro del barco te olvidas de la enfermedad y de todo lo demás” |
Las mujeres que forman parte del equipo Picam’s Dragons no solo recuperan masa muscular después de las secuelas que el cáncer y los tratamientos han dejado en sus cuerpos. La práctica del Dragon Boat es para todas ellas una tabla sobre la que surfear las olas que propaga la enfermedad. El Picam’s Dragons, que reúne a 40 mujeres, se formó el año 2019 en Badalona de la mano de la Asociación Prevención e Información Cáncer Molins que preside Berna Moreira, quien superó un cáncer de mama hace 22 años. Representantes de la asociación estaban trabajando con pacientes de esa ciudad y se toparon con la posibilidad de formar un equipo. “Fue un chute de vida y salud porque este deporte te hace compartir espacio y vida con mujeres que han pasado por lo mismo que tú”, asegura Berna. El equipo, que participó en la jornada solidaria ‘Rema contra el cáncer’ del pasado mayo en el Canal Olímpic, lamenta no poder contar con subvenciones públicas procedentes de Salud. “Nosotras ponemos los recursos económicos para el material o los viajes. Lo normal en los ambulatorios es incentivar la marcha nórdica entre las pacientes de cáncer de mama. Es una práctica barata y fácil de planificar pero no es el caso del Dragon que requiere de embarcaciones, instalaciones...” En este sentido, el Dragon Boat es un deporte desconocido para el gran público y las administraciones no han calibrado aún “el gran apoyo físico y mental que su práctica supone para las mujeres que han pasado por un cáncer”. La presidenta de la Asociación Cáncer Molins también está siendo nexo de unión entre el equipo de Badalona y otro que se está gestando en el Baix Llobregat y que hasta el momento cuenta con la participación de 20 féminas. |