El agua marina de las playas de Castelldefels lleva varios días teñida de un color verde que no es el habitual de la costa del Baix Llobregat. Esta nueva y anormal tonalidad del mar es consecuencia de la presencia en el agua más próxima al litoral de una especie de fitoplancton que no “no supone ningún riesgo por el baño ni tampoco conlleva ningún efecto negativo para la salud humana”, han informado este lunes desde el Ayuntamiento de Castelldefels. El cambio de color de las aguas también se ha extendido a la costa de otras poblaciones próximas y de las poblaciones próximas ha presentado estos últimos días un color verde que no es habitual. Este aspecto anormal es debido a la formación de un frente costero de especies de fitoplancton al agua.
La presencia masiva de fitoplancton en el agua empezó a detectarse en pasado 16 de agosto, cuando se entregaron muestras al Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC) para que las analizaran. Según el informe del instituto, se ha constatado la presencia en el litoral de la capital turística del Baix Llobregat, una “elevada presencia de la especie rafidoficia”, que podría estar detrás de la decoloración del agua.
Fuentes municipales han confirmado que las colonias de este tipo de plancton aparecen en la costa de Castelldefels “de forma recurrente” durante los meses de verano y suponen “un fenómeno natural motivado por crecimientos masivos de algas microscópicas”. El crecimiento puede provocar “coloraciones anómalas al agua de baño y alterar su calidad visual”, como por ejemplo con la formación de manchas -de tonalidad e intensidad cromática variable- que suele venir acompañada de la formación de espumas y de unas sustancias gelatinosas llamadas mucílagos que acarrea una pérdida de transparencia del agua, han señalado las mismas fuentes.
Pese a este cambio de color, la calidad del agua de baño de la playa de Castelldefels está siendo “excelente” desde que comenzó la temporada estival, han recalcado desde el consistorio, como puede constatarse en los resultados de las analíticas que periódicamente realiza la Agència Catalana de l’Aigua (ACA).
Desde el año 2020, la ACA tiene en vigor un protocolo de vigilancia de la población del fitoplancton nocivo y tóxico vigente en toda la costa catalana, con la finalidad de detectar y controlar la proliferación de las colonias de algunas especies concretas que pueden ser nocivas para la salud, con el objetivo de evitar riesgos a los bañistas y daños al propio ecosistema marino. En el caso de que se detecte la presencia de alguna especie tóxica en el agua, la agencia pone en marcha un dispositivo para informar y prevenir a la población que acude a la playa.