Las medidas anti-sequía están en su fase penúltima; poco falta para que se planteen entre sorpresa y alarma, las duras restricciones inevitables; las preguntas por la falta de desarrollo de las medidas que el gobierno tripartito catalán ideó en la sequía del 2016-17, -con barcos aguadores y un proyecto de trasvase del Segre-, vistas las resistencias de usuarios del Ter y Ebro a aumentar su contribución a Barcelona y su zona metropolitana. Quedan material inservible, instalaciones sin uso y falta de inversiones en un tema que un país que encadena pertinaces sequías, debería tener encaminado.
Así están las cosas, cuando entrevistamos a Joan Estruch Ardit, 76 años, perito mecánico, tres hijos y dos nietos, jefe de producción de “Fruitcamp SL” (40 ha y 10 empleados) y a su vez Presidente (no retribuido) del centenario 1896 -“Canal Dreta del Llobregat”-una comunidad de regantes, aún activa con sus 14,5 km de red y un proyecto aprobado de modernización y de prolongación de servicio hasta Gavá y Viladecans con fondos UE.
Pregunta. ¿Es la peor sequía o una de tantas?
R-Sigo los programas meteorológicos y hay reseñas históricas que demuestran que es una de tantas; la peor hasta ahora es la de 1944-46, pero yo recuerdo las siguientes en especial la 1991-95 y por supuesto la del 2016-17. Nadie niega que se irán repitiendo.
P-¿Cómo vais afrontando la falta de agua?
R-Gastamos menos agua de la que tenemos asignada y merced al agua regenerada, (estamos ya en el 50% de agua fluvial y 50% de regenerada) vamos regando, merced a turnos nocturnos y a una mayor vigilancia sobre “los ladrones del agua”. Pero permanecemos alerta sobre la consecuencias de la posible última fase de restricciones sobre el agro e industria y agua de boca.
P-Ha surgido el tema de los “ladrones del agua” ¿quiénes son?
R-La falta de rentabilidad de los “minifundios” ( entre dos y cuatro hectáreas) del Parc Agrari (una expropiación encubierta) lleva a muchos propietarios a arrendar parcelas de sus ya pequeñas propiedades en lotes de ½ ha, dando lugar al fenómeno de los “hortelanos” o detentadores de huertos recreativos; que dificultan el regadío de las explotaciones profesionales, dado que entorpecen los turnos de regadío, los accesos y están por otra parte libres de la burocracia agraria, que se encarniza con los cultivadores que cumplen todas las obligaciones y requisitos. También existen los “okupas” de terrenos públicos para empeorar el tema aún más. Nos proponemos en breve un Reglamento nuevo para atajar como propietarios la degradación del regadío comunitario.
P- ¿ La modernización del añejo Canal de la Dreta cómo se financiaría?
R- La modernización del Canal se arrastra desde hace ya muchos años, sin concretarse.
Un Canal al aire libre (vaporización y permeabilidad del cauce) debe entubarse y eliminar pérdidas en el fluir del agua. De no hacerse existe el peligro de cierre funcional según las normas delegadas de la UE. El coste de la obra, sería a cargo de la Administración en un 70% y el 30% de los regantes. Por nuestra parte, trataríamos de quedar exentos, en base al considerable ahorro del agua que se conseguiría con el cambio. Ahora gastamos 1,5 m3/seg. para regar los 800 comuneros 1640 ha.
P- ¿Cuáles son las amenazas más graves en el “Parc Agrari?
R-La falta de una necesaria concentración parcelaria, que dificulta la labor de la docena de grandes operadores agrarios. La sobreañadida e inoportuna ZEPA (zona protección aviar) repudiada por la totalidad de “payeses” activos. Las plagas de animales dañinos para los cultivos (jabalíes, torcaces, cacatúas …). La burocracia agraria y su innecesario reglamentismo (Ejemplos: no podemos hacer balsas de riego para activar el regadío por goteo y hay limitaciones a las placas solares en terrenos baldíos). Ahora la PAC se digitalizará del primer al último papel, será tal vez una “ayuda” para el relevo generacional.
P-En sequía, es bueno saber de alternativas posibles, a la falta de agua ¿las tenemos?
R-Hay una consigna política de -dejar fluir los ríos- y se destruyen presas y represas para lograrlo. En nuestra zona tenemos todas las rieras encauzadas y hormigonadas. Salvo la riera de Sta. Coloma con una mezcla de aguas negras y de riego, muy peligrosa y con un simple talud de tierra que se desborda con frecuencia. Hemos tratado de agregarnos (el Canal Dreta) a la Sociedad de aguas subterráneas de la zona, pero nos han vetado. Hay por ello un proyecto de Sociedad de propietarios de pozos artesianos de particulares, que podría servir de contrapeso al monopolio existente.
P-¿Su fertilidad y buena situación atrae inversores al Parc Agrari?
R-Nos constan importantes empresas de nuestro sector, con ganas y contactos avanzados para invertir en nuestra zona. También es cierto que se han dificultado otras iniciativas interesantes que se han malogrado y que tal vez expliquen la abundancia de tierras abandonadas sin provecho.
P-¿Siempre alcachofa y melocotón? ¿O hay sitio para otros cultivos?
R-El payés se adapta rápido a las nuevas necesidades, siempre que exista un aliciente económico suficiente. Tuvimos arroz, cáñamo, frutales y sobre todo la lechuga “iceberg” exportada a Francia con gran beneficio. La marihuana es problemática pero no el maíz y los cereales que algún operador ya planta. La guerra de Rusia-Ucrania tiene y tendrá consecuencias en el suministro de cereales para todos. ¿Por qué no rotar los terrenos de la absorbente alcachofa a otros cultivos e iniciar la tan conveniente rotación para no agotar los suelos. Yo mismo; alcachofa- col-coliflor pero antes judías blancas y lechugas. Lo que convenga al productor y al consumidor. No lo que disponga “la ley del Precio garantizado” del ministro Planas. Hay colegas que han plantado melones con éxito, puro Km0. Pero sobre todo seguir lo que se decida en Mercabarna uno de los mercados más bajistas del Noroeste superando al de Perpiñan.
P-Hace unos meses preveías cierres de empresas del sector, ¿ha ocurrido?
R-No ha sido así, a pesar de los incrementos del diésel, abonos y mano de obra; por suerte ha habido márgenes suficientes para evitar un nuevo éxodo campesino Yo procedo de “Cal Sardá de Hospitalet, (hoy Mercabarna”) y recuerdo que muchos vecinos nuestros expropiados acabaron en Benicarló y Tarragona.
El aguador era una figura necesaria en muchas zonas de España y las disputas por el agua siguen entre nosotros muy arraigadas. Es de suponer que el Tribunal de las Aguas de Valencia (1276) continua juzgando y multando los malos usos del agua de regadío, cada jueves en un soportal de la Catedral valenciana. Y ello es una prueba de la vitalidad de la Huerta valenciana. Es deseable que el “canal Dreta” se modernice y que sigan suministrando sus regantes este escaso 2% de suministro a “Mercabarna”, un cultivo de proximidad de una amenazada agricultura periurbana. Porque será así la prueba del buen uso del agua de regadío de un Canal en pleno S-XXI.