Tras 19 años de servicio no han sido pocos los accidentes que han ocurrido en las vías de los tranvías. El indicador de la empresa muestra que en la zona del Trambaix el número de accidentes de 20 siniestros por cada millón de kilómetros recorridos, una cifra que se ve incrementada a su paso por la ciudad de Cornellà, que ha sido el escenario de buena parte de los siniestros, el último de ellos el pasado 7 de agosto cuando un coche quedó atrapado entre un poste y el tranvía debido a su invasión a las vías del tren y como consecuencia resultaron heridas leves tres personas. Sin embargo, el número de accidentes por millón de kilómetros que contempla TRAM, contabiliza como accidente todo aquello que afecta a la operatividad del servicio, ya sea un accidente por atropello o una bici que invade el carril del tranvía, poniendo en peligro su seguridad y la del resto, pero sin causar ningún daño mayor. En concreto, accidentes graves o muy graves acontecen uno cada dos años y se han contabilizado cuatro en los últimos diez años.
La zona geográfica del Trambaix cuenta con un punto a favor que lleva a registrar menos accidentes que en otras zonas, y es la configuración de las vías. Las líneas de TRAM pasan por el Baix Llobregat con una doble vía paralela que no está separada por una rambla o carretera, por lo que la probabilidad de sufrir atropellos queda altamente reducida, ya que el peatón, por mucho que se encuentre distraído, atraviesa las dos vías en ambos sentidos a la vez.
Sin embargo, no ocurre lo mismo en el tramo del Besòs, donde las vías discurren paralelas y separadas por una rambla, por lo que el peatón atraviesa en dos ocasiones las vías, lo que puede llevar a distracciones y dar por hecho que ya se han atravesado las vías cuando todavía queda la segunda vía por dejar atrás. III