Castellví de Rosanes es un pequeño municipio de los alrededores de Martorell. Pero, a pesar de la tranquilidad que se respira en esta localidad de poco más de dos mil habitantes, sus vecinos se han puesto este verano en pie para reclamar que no se vulnere uno de los derechos fundamentales más importantes de los cuales disponemos: el derecho a una sanidad pública.
Y es que, a principios de verano, el municipio recibía la noticia del cierre total del Centro de Atención Primaria (CAP) durante los meses de julio, agosto y parte de septiembre. Los motivos que se dieron al respecto fueron la falta de médicos y la coincidencia con los periodos de vacaciones de estos. Una explicación que parece impensable para una población que está a tan solo 25 kilómetros de Barcelona.
Tras conocer el cierre del centro sanitario, los vecinos decidieron movilizarse. El pasado día 2 de julio, tuvo lugar una concentración en la que no solo participaron los ciudadanos de Castellví, sino también representantes de sus instituciones, desde el alcalde, hasta los concejales de todos los grupos municipales de este ayuntamiento del Baix Llobregat.
“Es la primera vez que nos hemos encontrado con esta situación tan incierta de que el CAP cierre dos meses y medio”, explica el alcalde, Adrià Camino. “Sí que es verdad que, tras la pandemia, todos los meses de agosto se ha cerrado el centro médico; incluso el año pasado se cerró la última semana de julio y la primera semana de septiembre, pero lo de este año es demasiado”, añade el primer edil.
Ante la situación, el consistorio de Castellví de Rosanes decidió tomar cartas en el asunto y se reunió con la Conselleria de Salut de la Generalitat de Cataluña para intentar paliar esta carencia. De este diálogo surgió un acuerdo para mantener abierto el CAP del municipio solo los miércoles de julio y los de la primera semana de septiembre, durante seis horas, de 8 a 14 h. “Gracias al movimiento de los vecinos y a la reunión con Salut, se ha podido arreglar un poco la situación” explica el alcalde. Pero la medida por parte de la Generalitat llegó relativamente tarde, ya que, hasta que se reabrió el dispensario, los habitantes de Castellví pasaron 12 días sin centro médico. “Esta reapertura parcial es una mejora, pero no es la situación ideal”, lamenta Joan Carles Almirall, concejal de Servicios Básicos, Hacienda, RRHH y Salud de la localidad.
Alrededor de una cuarta parte de la población de este municipio tiene más de 60 años, una edad complicada para moverse por motivos sanitarios. La reducción de servicios en julio y septiembre y el cierre de agosto ha obligado a muchos de ellos a tener que desplazarse a Gelida, Masquefa o Martorell para ser atendidos por un facultativo. “Para los que conducimos, no hay tanto problema, porque nos movemos y ya está, pero para los ancianos todo es más complicado”, se queja Yolanda, farmacéutica de Castellví. “El bus pasa cada dos horas, así que te lo tienes que combinar de alguna forma para que te vaya bien; suerte que aquí nos conocemos y si uno baja a Martorell, te puede llevar de pasada. Pero, en general, estamos un poco desamparados en temas de sanidad”, lamenta la farmacéutica.
Francis, vecino de este municipio del Baix, tiene claro que “para los jóvenes es un poco más sencillo, pero para los mayores, la situación es un desastre”. “A mí no me afecta tanto, porque tengo suerte de poder pagar una mutua, pero para el resto, este cierre es insostenible”, reconoce. Otra vecina, que ha escuchado las palabras de Francis, explica que lo ve todo un poco negro: “Está muy mal, porque a ver cómo me lo monto yo, con setenta y pico de años, para ir a cualquier sitio si me pongo mala”. se pregunta.
Incluso durante el resto de meses del año en los que el CAP permanece abierto, los habitantes de este municipio tienen problemas. El centro de Castellví no cuenta con servicio de pediatría, por lo que para que un médico visite a los más pequeños, hay que desplazarse hasta Gelida o Masquefa. “Si por lo que sea, Gelida no tienen en ese momento cubierto el puesto de Pediatría, tenemos que desplazarnos hasta Masquefa, lo que supone 20 minutos en coche y, en el caso de utilizar transporte público, se puede perder toda una mañana, porque es un trayecto largo y el transporte no es suficientemente eficiente”, señala el alcalde.
A todos estos problemas se sumó la pandemia. Antes del covid-19, el consultorio médico de Castellví abría tres mañanas a la semana, con visita médica. Durante el primer confinamiento, el CAP permaneció cerrado casi seis meses. Tras su reapertura, los servicios no volvieron a ser como antes. Primero pasaron a atender a los vecinos dos mañanas a la semana y, después, uno de estos días no había visita médica, solo gestiones y curas de enfermería. Y es que, aunque este cierre ha sido la gota que ha colmado el vaso, la situación sanitaria del municipio es muy precaria desde hace bastante tiempo.
Castellví de Rosanes se encuadra territorialmente dentro del Equipo de Atención Primaria (EAP) de Martorell Rural. Comparte esta zona sanitaria con otras cuatro pequeñas localidades: Gelida, Masquefa, Sant Esteve Sesrovires y Sant Llorenç d’Hortons. “Cuando no hay actividad médica en nuestro CAP, podemos ir a cualquiera de los centros de estas localidades, pero algunos, como Sant Llorenç d’Hortons no están en mejores condiciones que nosotros, porque, a pesar de que en nuestra área sanitaria debería haber 15 médicos, nunca tenemos cubiertas todas las plazas”, denuncia Camino.
Actualmente, el área sanitaria que conforman estos cinco pueblos cuenta con una disponibilidad de 15 plazas para médicos. De estas plazas solo ocho están cubiertas en estos momentos. “Esto supone que los centros médicos que tenemos alrededor tampoco están a pleno rendimiento”, denuncia el alcalde de Castellví. Incluso, desde otros establecimientos sanitarios, como las farmacias, se han tenido que dar ciertos servicios de ayuda para paliar la situación. “Durante la pandemia, las personas mayores del pueblo que no tienen hijos han tenido que venir aquí, a la farmacia, a que nosotros les solucionásemos cosas del CatSalut a través del ordenador, como pedirles citas con el médico o arreglar papeleo”, recuerda Yolanda, farmacéutica en Castellví.
Desde el consistorio local tienen claro que el cierre tan largo que se intentó hacer este verano, pese a que al final consiguieron que se mantuviese abierto algunos miércoles por la mañana, es un problema estructural del EAP de Martorell Rural. “Nuestra zona sanitaria, por cómo funciona internamente, tiene muchas carencias que no son nuevas, sino que existen desde que se creó”, explica Adrià Camino, quien señala que “la pandemia, además, las ha puesto aún más de manifiesto”. La boticaria también apoya las palabras del primer edil y reconoce que la situación es especialmente grave en esta zona. “Si vas a otros pueblos, por ahí por el Penedès, que son más pequeños que este, tienen médico cada día. ¿Por qué nosotros no podemos tener un servicio así?”, se queja.
Los alcaldes de los cinco municipios a los que da asistencia este EAP ya acordaron, en primavera de este año, formar un frente común para plantarse y comenzar a reestructurar el funcionamiento del sistema sanitario de Martorell Rural. Esto desembocó, en abril de 2022, en una reunión de los representantes de estas localidades con la Secretaría de Atención Primaria de la Conselleria de Salut de la Generalitat, con el fin de exponer la situación y tratar de solucionar las carencias de la zona. “La solución debería pasar por romper con Martorell Rural y que todos los pueblos que la forman se puedan redistribuir en otras áreas sanitarias que ya funcionan”, apunta Camino.
Para el alcalde sería ideal que Castellví de Rosanes pasase a depender del área sanitaria del EAP de Martorell Urbano. Para un vecino del pueblo con coche, el centro de Martorell está a apenas cinco minutos. Además, el trayecto en transporte público hasta la capital del Baix Nord es más corto que si tienen que ir a Masquefa.
Por otro lado, las zonas urbanas cuentan con una mayor estabilidad de plantilla de médicos. “Si eres médico, buscas un trabajo más estable, y esto no es así en nuestra área sanitaria, donde un día estás en el CAP de un pueblo, mañana en el de otro pueblo y pasado en el de otro”, explica el primer edil, quien sostiene que pertenecer a Martorell Urbano, al ofrecer una mayor seguridad, ayudaría a que el centro médico de Castellví estuviese abierto más días y pudiera ampliar el servicio. III
Promesas de reestructuración |
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