Los representantes de los trabajadores han reiterado que todo está todavía en el aire y que está prevista una reunión con la empresa la próxima semana en la que podrían empezar a dilucidarse un poco las cosas. En ese encuentro está previsto que la dirección del centro especifique a los sindicatos las causas concretas del ERE y que informe de la fecha del registro del mismo ante la autoridad laboral.
Un portavoz sindical ha explicado que durante esta semana previa a la próxima reunión se ha de constituir desde el comité de empresa una comisión negociadora, que es la que se encargará de fijar las condiciones de los despidos con los prepresentantes de la dirección de Roca. También ha asegurado que ya se trabaja para que el equipo negociador esté constituido "lo antes posible".
La amenaza de despidos hace meses que se cierne sobre la factoría de Roca de Gavà y Viladecans (especializada en la fabricación de porcelana sanitaria, muebles, mamparas y grifería) y su almacén logístico porque desde la crisis económica y sanitaria del covid-19 se han ido reduciendo las cargas de trabajo. Y es que os números no juegan a favor de la plantilla de la popular marca de sanitarios y grifería. El beneficio del Grupo Roca se redujo el año pasado en un 76%, aunque todavía presentó unos beneficios de 42 millones de euros. Ante este balance económico y con una facturación anual superior a los 2.000 millones de euros, los recortes de plantilla tendrán como objetivo aumentar directamente los beneficios a costa de reducir la masa salarial.
Sin embargo, entre los sindicatos no predomina el optimismo y prevén "una negociación dura". Sobre todo, visto el precente del ERE que el año pasado afectó a la planta del grupo en Alcalá de Henares (Madrid), especializada en bañeras de fundición. La Guerra en Ucrania (Rusia es el principal mercado de este tipo de bañeras) provocó un desplome de las ventas y, por lo tanto, de la actividad fabril que llevó a la dirección a transformar la factoría en un centro logístico. El ajuste trajo consigo el recorte de la plantilla, en el esecial entre los mayores de 53 años, que provocó cerca de 70 despidos.
Tampoco es la primera vez en los últimos años que la planta de Roca en el Baix Llobregat se ve afectada por un ERE. En 2009, ya tuvo lugar una regulación que afectó a 341 trabajadores de la compañía y provocó numerosas manifestaciones por las calles de Gavà y de Viladecans. El pleno municipal de Viladecans incluso aprobó una moción de apoyo a la plantilla y en contra del ERE con el fin de evitar los despidos.
Lamentablemente, la situación de Roca no es excepcional en Catalunya, sino todo lo contrario. El goteo de EREs en la comunidad autónoma es continuo y va en aumento. En la primera mitad del año ya han contabilizado 3.399 despidos, lo que supone un incremento del 60% respecto al mismo periodo del año anterior. La mayoría de estos expedientes colectivos de regulación de plantilla afectan al sector servicios, a diferencia de la tendencia de los últimos años que castigó más a la industria.