Editorial

Fútbol es fútbol, también femenino y comarcal

Editorial | Viernes 03 de noviembre de 2023
Probablemente, la novena edición de la Copa Mundial Femenina de la FIFA -celebrada este pasado verano en Australia y Nueva Zelanda- va a marcar un antes y un después para la práctica del fútbol femenino en España.

La medalla de oro que las integrantes del combinado nacional se han colgado al cuello tras ganar en la final a la selección de Inglaterra ha disparado la práctica femenina de este deporte a una nueva dimensión. Y eso se va a notar mucho en el Baix Llobregat, además por méritos propios, y va a ir in crescendo a medida que el foco mediático se aleje de lo extradeportivo.

Porque, lamentablemente, la épica de las campeonas sobre el césped de Sídney el 20 de agosto se ha visto enturbiada por el inexcusable beso en la boca del ya expresidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, a la jugadora de ‘la Roja’ Jennifer Hermoso. La impresentable actitud del ex directivo -incluidos sus gestos obscenos tocándose los genitales en el palco- le acaba de acarrear tres años de inhabilitación para cualquier actividad relacionada con el fútbol a nivel nacional e internacional por la Comisión Disciplinaria de la FIFA, el máximo organismo mundial del balompié, una sanción ejemplar que debería ser ejemplarizante.

Aunque no está claro que pueda extraerse una moraleja de este sainete y más cuando lo más execrable del relato (sin menosprecio de la gravedad de unos hechos sobre los que deberá pronunciarse un juez) ha sido la hoguera ideológica en que ha acabo abrasada y, a la vez diluida, una gesta deportiva estratosférica. Es triste que el epicentro de las tertulias no haya sido el prodigioso gol de Olga Carmona (el que vale un mundial, como el de Iniesta en la final de Sudáfrica de 2010) o cualquier otro lance del partido, sino un ósculo impropio de la grandeza del momento, consentimiento al margen.

También es una lástima que haya personas -las redes están llenas- que haya dejado de ver con cariño a unas merecidas campeonas del mundo por asuntos que nada tienen que ver con lo que sucede en el tiempo de juego. Y todo por la torticera y perversa utilización política e ideológica de “un pico”, que ha servido de cortina de humo para tratar de ocultar asuntos más graves o para dar combustible a un tipo de feminismo woke con el que muchas mujeres no se sienten cómodas ni representadas.
Aunque esta congoja más pasional o pulsional tiene remedio, solo se tiene que volver la vista sobre lo importante: sobre los terrenos de juego y los equipos. Como el del Levante-Las Planas femenino, de Sant Joan Despí, que va a seguir un año más dando guerra en la división de honor (Primera Iberdrola).

El fútbol femenino es difícil que llene campos y estadios como lo hace el masculino –sobre todo en la competición de alto nivel- pero no es menos cierto que hay vertientes de esta práctica que abren nuevas posibilidades de las que hacen auténtica afición. Un ilustrativo ejemplo de este potencial lo tenemos aquí, en la comarca, donde hace un mes ha comenzado la inédita Lliga de Futbol 7 de Veteranes, una iniciativa del Consell Esportiu del Baix Llobregat que merece un sonoro aplauso. Y es que la competición ha logrado reunir en una liga a jugadoras de más de 35 años, muchas de las cuales se conocen de acompañar a sus hijos a los partidos de fútbol, que se integran en siete equipos: FC Sant Joan Despí, Penya Barcelonista Sant Vicenç,Penya Recreativa Sant Feliu, CF Begues. y FC Casablanca, CF Ciudad Cooperativa y CF Vinyets Molí Vell (Sant Boi), Futbolistas y clubs, de la mano han demostrado que cuando se quiere, se puede y que no hay barreras que puedan con la ilusión. Gracias a ellas, la normalización del fútbol femenino brota en los clubs de barrio, cuando ya es algo de lo más natural en los grandes.

Es verdad que queda mucho por hacer, pero solo se puede avanzar mirado hacia delante, con expectativas y proyectos, lo que significa trabajo, dedicación, entrega y tesón. Y deportividad, como lo prueba que en la innovadora liguilla de fútbol de veteranas del Baix no solo cuenten los goles para ganar un partido, sino también el fair play de las jugadoras y de sus aficiones.

España todavía es estadísticamente la decimotercera selección del mundo en fútbol femenino. Aunque ha subido peldaños, gracias a su excelente papel en Australia, tiene que seguir mirándose en el espejo de los Estados Unidos (primera de esta clasificación simbólica con cuatro mundiales). Así que toca centrarse en lo importante: en la formación y en la práctica, en la defensa y en el ataque, en las paradas y en los goles. Como dijo el fallecido exjugador y exselecionador serbio Vujadin Boskov “Fútbol es fútbol”. Y debería seguir siendo solo eso también en la categoría femenina. Por el bien de las futbolistas, de los aficionados y, sobre todo, del deporte. III

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