Cultura

Daniel Ruiz García... ¿Amigos para siempre?

El lector empedernido

José A. Garrido | Sábado 04 de noviembre de 2023
Periodista, especialista en comunicación y escritor. DANIEL RUIZ GARCÍA (Sevilla, 1976) ppublica su primera novela, Chatarra, en 1998 y desde entonces acumula una interesante producción novelística de la que me complace resaltar la obra con la que obtuvo el Premio Tusquets de novela en 2016, La gran ola (Tusquets, 2016), cuya lectura considero imprescindible para captar el universo creativo del autor, y su último trabajo literario, Amigos para siempre (Tusquets, 2021).

"Yo no escribo sobre algo, escribo siempre contra algo…por eso mi literatura tiene ese aire de ferocidad, de desfogue.” “La calle es lo que me ha hecho escritor, mucho más que los libros.”

Podríamos decir que estas ideas, expresadas por el autor en algunas entrevistas, avalan su elección por las tramas profundamente desacomplejadas y el lenguaje tremendamente directo e incisivo que utiliza para desarrollarlas. La obra que reseño a continuación es un fiel ejemplo de cómo entiende Daniel Ruiz el mundo complejo y desquiciado en el que “vivimos.”

AMIGOS PARA SIEMPRE (Tusquets editores, 2021) es la última novela publicada por el autor. Podría considerarse que está pensada como una exaltación de la amistad indestructible, como una confirmación de que es posible consolidar un grupo de amigos con orígenes sociales y culturales totalmente distintos; como la afirmación de que las diferencias entre las mal llamadas clases sociales no son tales; vamos, como que todo el mundo es perfecto y no se entiende que los demás no lo vean.

Y no, nada de lo anterior corresponde con la realidad que transmiten las experiencias vitales de un grupo de juventud que, una vez más, se reúnen para celebrar su amistad y, en esta ocasión, el 50 cumpleaños del mayor de ellos y el gran triunfador en lo económico y social, Pedro, alrededor del que parecen haber evolucionado, en distintos niveles, las trayectorias personales de sus amigos Lorite, el Rubio, Sebas y Marcelo.

Los cinco, junto a sus respectivas parejas, conforman un entramado de vidas que se dirían paralelas aunque, aparentemente, intenten hacer como que forman parte del mismo círculo virtuoso de la amistad inquebrantable. Las características que definen los mundos en que residen cada uno de los amigos, la exaltación de la importancia del sexo para los protagonistas y las miserias humanas que les colonizan son el envoltorio, a veces divertido, otras caótico, las más de las ocasiones lleno de patetismo, que da lugar a una historia con la que Daniel Ruiz nos hace pasar momentos surrealistas, por lo irracional de las situaciones, junto con otros en los que depositamos algunas expectativas de “normalidad”…en vano.

A lo largo del libro el autor va hilando una trama que desarrolla con un lenguaje absolutamente carente de filtros y con el que construye los diferentes escenarios por los que hace transitar a los personajes. Es la falta total de enmiendas al lenguaje explícito, sobre todo en el ámbito sexual, lo que provoca, en los momentos más álgidos de la novela, que los personajes se desborden y se alcancen momentos tan intensos como desconcertantes en sus desenlaces. Incluso algunos de los protagonistas se reprochan a sí mismos el uso desenfrenado de sus excesos verbales, en aras de una sinceridad que en realidad no desean, para no enfrentarse a sus miedos y angustias personales:

-“Sebas: ¿Qué pasa, Jesús? ¿Qué coño pasa? ¿Desde cuándo debemos tener cuidado con lo que hablamos y con lo que no? ¿Desde qué momento entre nosotros no podemos decirnos lo que pensamos?”
-Jesús: Son las formas, joder, las formas”.

Pues eso, las formas…aunque no tengo muchas dudas sobre con cuál de los dos personajes estaría de acuerdo Daniel Ruiz. Feliz lectura, lector@s empedernid@s. III

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