La Fundación La Vinya y Cáritas Diocesana de Barcelona han celebrado este miércoles la jornada “Respondidas transformadoras en la precariedad alimentaria”, donde se ha informado de que 1.730 familias de L’Hospitalet atendidas por Cáritas recibieron el año pasado tarjetas monedero para adquirir alimentos. En total, el ayuntamiento de la ciudad destinó casi un millón de euros para financiar el proyecto de entrega de tarjetas, gestionado por Cáritas Diocesana de Barcelona y cinco parroquias de la ciudad, dos de ellas de la Fundación La Vinya. Según las entidades, se ha constatado que un 4,3% de la población que vive a la Diócesis de Barcelona afirmaba pasar hambre o haber pasado.
Desde el mes de mayo de 2021, la Parroquia de Sant Joan Evangelista y la Parroquia Mare de Déu de Bellvitge (parroquias donde la Fundació La Vinya desarrolla su acción) utilizan las tarjetas monedero, un proyecto que cuenta con la financiación del Ayuntamiento de L’Hospitalet Las tarjetas tienen una dotación mensual que va de los 50 a los 200 euros, según la composición y situación de cada familia., que antes de ser inscrita en el programa es atendida por alguna trabajadora social municipal.
La mayoría de las familias beneficiarias de estas tarjetas para obtener alimentos son monoparentales y están integradas por una madre sola con cargas familiares (50%), seguidas de las familias con niños (30%). Por otro lado, el 55% de los receptores se encuentran en situación administrativa irregular, y el 65% se ven obligadas a vivir de re-alquiler o incluso ocupando una vivienda.
La iniciativa de las tarjetas monedero que funciona en L'Hospitalet "posibilita la utilización de la red local de comercios de alimentación a aquellas personas que no tienen ingresos suficientes, permitiéndoles planificar su alimentación según sus necesidades, edades, culturas alimentarias, situaciones de salud y preferencias. Rompe con los estereotipos que asocian la pobreza, como la incapacidad para gestionar la economía familiar, garantizando así un acceso digno a los alimentos", ha explicado Mercè Darnell, responsable del programa de Necesidades Básicas de Cáritas Barcelona.
Las entidades han denunciado que la falta de regularidad administrativa impide a las personas tener un trabajo estable y un contrato, lo que resulta en trabajos intermitentes por horas y dificulta su acceso a un piso de alquiler. Como consecuencia, se ven obligadas a vivir en habitaciones y solicitar ayuda a la administración o entidades sociales para cubrir necesidades básicas como la alimentación. Gracias a las entrevistas en profundidad, se han recogido las opiniones y beneficios de la tarjeta monedero, así como los aspectos que se deben mejorar.
La libertad de elección es la principal ventaja que ofrece la tarjeta monedero, según las personas entrevistadas. Darnell ha indicado que esta tarjeta les permite seleccionar no solo los productos que se ajustan a sus gustos personales o familiares, sino también aquellos que se adaptan a su cultura, religión y identidad. Además, ha explicado que gracias a este modelo, pueden adquirir más alimentos frescos y disfrutar de una mayor variedad, lo cual tiene un impacto positivo en su salud. "Ahora tienen la posibilidad de seguir dietas especiales, como por ejemplo cuando hay enfermedades, niños o personas mayores, y en general lo consideran más saludable".
Las carencias del sistema han sido señaladas por las familias, quienes consideran insuficiente la cuantía de la tarjeta. Esto es especialmente preocupante debido al constante aumento de los precios de los alimentos y a los altos recursos que deben destinar para cubrir gastos de vivienda. Además, se ha solicitado la posibilidad de adquirir otros productos esenciales, como artículos de higiene personal y para el hogar, utilizando la tarjeta.
La apuesta del Ayuntamiento de L'Hospitalet por el modelo de tarjetas ha sido aplaudida por las entidades organizadoras del acto, quienes también destacan la asignación de una partida económica importante del presupuesto municipal a este modelo. Sin embargo, tanto Cáritas Barcelona como la Fundació la Vinya han señalado que la tarjeta monedero debe ser considerada como una ayuda complementaria. "La tarjeta monedero es una herramienta para respaldar la alimentación, pero las prestaciones como la Renta Garantizada de Ciudadanía (RGC) o el Ingreso Mínimo Vital (IMV) deberían aumentar su dotación económica para ser más efectivas y abordar la exclusión social. Si estas prestaciones tuvieran un mayor monto, las ayudas proporcionadas con la tarjeta monedero serían suficientes", han afirmado.
En conclusión, se ha realizado una defensa por parte de las entidades del derecho a la alimentación como una condición esencial para llevar una vida digna. "Estamos a favor del derecho a tener una alimentación saludable, sostenible e inclusiva. Es fundamental que tanto la alimentación como la vivienda sean consideradas derechos por toda la población, al igual que la salud y la educación. Debemos alejarlos de la lógica del mercado y asegurar su pleno ejercicio para todos", concluyeron.