A partir de este lunes 11 de diciembre todos los trenes de la línea R2 entre Barcelona y Sant Vicenç de Calders tendrán parada en Viladecans. Esta decisión ha sido tomada en respuesta a una antigua demanda del Ayuntamiento y los ciudadanos.
Durante la reunión del Órgano Mixto de Rodalies, celebrada el 26 de octubre, la Generalitat de Cataluña –responsable del servicio– y Renfe –la empresa operadora pública– aprobaron la propuesta de Renfe para iniciar los trabajos técnicos necesarios para permitir la parada regular en Viladecans de los trenes de la línea R2 Sur. Tras finalizar estos trabajos, la compañía ferroviaria ha confirmado esta semana la noticia a través de un comunicado de prensa.
A pesar de que Viladecans es la tercera ciudad más poblada de este corredor ferroviario, hasta ahora tres de cada diez trenes pasaban por la estación sin detenerse durnante los días laborables. Gracias a esta decisión de Rodalies, ahora se detendrán los 55 trenes que antes pasaban de largo por la estación. A partir de ahora, habrá seis o más trenes por hora, excepto durante las primeras horas de la mañana (antes de las 7h), desde las 11h hasta las 14h, y en la última hora del día. Gracias a esto, los aproximadamente 7.000 pasajeros que utilizan diariamente la estación de Viladecans disfrutarán de un servicio mucho más frecuente.
El estreno del servicio ferroviario en la ciudad data de 1992, en el que se inauguró una estación en la ciudad para hacer parar a los trenes que pasaban por el término municipal desde hacía décadas por la línea de la costa. Este hecho fue muy celebrado y considerado como una gran noticia, ya que introducía un nuevo modelo de transporte en la ciudad.
Sin embargo, esta estación no era convencional, sino que se había concebido como un apeadero debido a su ubicación en medio de campos de cultivo, un poco alejada del casco urbano, ya que las viviendas más cercanas estaban a una distancia de 600 metros, mientras que el centro urbano se encontraba a un kilómetro y medio. En ese momento, había un edificio nuevo, pero no todos los trenes paraban allí. Desde entonces, la ciudad ha experimentado grandes cambios tanto en términos de viviendas como de actividad económica. Se ha acercado incluso a la estación, gracias al transporte público en autobús, que es el origen de las líneas locales.
En paralelo a la solicitud de una nueva línea ferroviaria que llegue al centro de Viladecans, conocida como 'Metro del Delta', se ha pedido repetidamente más frecuencia en el servicio. Desde el año 2015, el Pleno Municipal ha aprobado hasta seis mociones con este fin, siendo la última en 2023. Esta demanda también se ha presentado en varias ocasiones ante el Parlamento de Cataluña desde que la Generalitat asumió la gestión de las Cercanías en 2010. Además, en 2017, la Plataforma para el fomento de un transporte sostenible y eficiente en Viladecans, liderada por entidades locales, llevó a cabo una recogida de firmas para respaldar esta medida.
El número de trenes en la hora punta de la mañana se había ampliado en respuesta a las reivindicaciones. Además, con la apertura del centro comercial outlet en 2016, se mejoró el servicio los fines de semana. Siempre ha sido el paso de regionales y trenes de larga distancia por el corredor los días laborables, lo que ha impedido que Viladecans sea equiparado a municipios vecinos como Gavà y Castelldefels, debido a su alta saturación. Sin embargo, gracias a la insistencia, finalmente se han logrado resultados positivos. Ahora ya paran todos los trenes en Viladecans, demostrando que nunca es tarde para cumplir con las demandas.
No solo se está solicitando una mejora en las frecuencias del servicio de Rodalies a nivel local, sino que el Ayuntamiento ha estado insistiendo en la necesidad de reformar la estación. El año pasado se llegó a un acuerdo con el Ministerio de Transportes para llevar a cabo un proyecto que debe incluirse en su plan de inversiones para los próximos años.
Este proyecto tiene un presupuesto de 2,3 millones y permitirá una reestructuración completa, que incluye la ampliación del vestíbulo, la reubicación de los ascensores y la mejora del paso inferior, que se ve afectado cuando hay fuertes lluvias. Además, se ampliará la marquesina de acceso y se instalará un punto de carga para coches eléctricos. A pesar de esto, el Ayuntamiento sigue exigiendo soluciones a los problemas que van surgiendo, con el objetivo de garantizar la accesibilidad.