Jacinto Rodríguez, figura mítica de la vida nocturna de El Prat, va a recuperar sus icónicas discotecas por una sola noche esta próxima Nochevieja con el revival "Las discotecas de Jacinto. El reencuentro". El fiestón que celebrará la entrada en el Año Nuevo contará con una batalla de DJs y pretende rendir homenaje a la época dorada de las discotecas de la ciudad. Los organizadores esperan que sea un éxito porque las entradas anticipadas se están vendiendo a muy buen ritmo.
Hubo una vez en El Prat de Llobregat en la que decir “Jacinto” era sinónimo de decir “discoteca” y, por ende, diversión asegurada. Y es que Jacinto Rodríguez es el nombre de uno de los míticos ‘reyes de la noche’ pratense -sino el principal- de finales del siglo pasado. Sus salas de fiesta fueron durante un par de décadas el punto de encuentro obligado para la juventud local y de las ciudades próximas, para los noctámbulos empedernidos y para los amantes del bailoteo. En 2001, el imperio discotequero de Jacinto se esfumó, pero a la cabeza de un grupo de incombustibles nostálgicos, el empresario ha decidido resucitarlo, aunque sea por un solo día (la próxima Nochevieja), con una macro celebración en el restaurante-sala de fiestas Parc Nou de la ciudad.
En 1985, Jacinto Rodríguez se estrenó con su primera disco en la Zonilla de El Prat: ‘Halley’, un establecimiento de culto para los jóvenes de la localidad durante un par o tres de lustros. Cuatro años después de su debut en la noche pratense, el empresario cambia de aires y se muda hasta la céntrica calle Ignacio Iglesias, donde inaugurará otro de los icónicos locales de todos los tiempos: la discoteca ‘Pim Pam’, que después pasaría también a la posteridad sobre todo como ‘Prat 42’ pero también como ‘Ekuus’ y ‘Majestic’. Casi en paralelo (en 1992), Jacinto abrió una sala de fiestas de mayores dimensiones (y con dos plantas) en la calle Penedés a la que se conoció como ‘New Pin” y que algo después mutó su nombre por los de "Simbol" y "Aqa", para acabar como el ‘Hospital Kanalla’.
Con el imborrable recuerdo de aquellos días (o, mejor dicho, de aquellas noches) siempre fresco, el antiguo propietario de las discotecas y dos de sus más afamados responsables de relaciones públicas de la época de Prat 42 - Miquel Montada y Juan Boté- han decidido desempolvar esta próxima Nochevieja aquel esplendor discotequero que dormía en el olvido y darle lustre de nuevo con un fiestón en la sala Parc Nou. El revival, además de una atractiva forma de celebrar el cambio de año, pretende rendir homenaje a toda aquella colección irrepetible de discotecas pratenses. Y, de paso propiciar el reencuentro de sus antiguos parroquianos –de varias generaciones- y de todo aquel que decida sumarse a la fiesta.
El evento de Fin de Año, al que han bautizado como ‘Las discos de Jacinto. El reencuentro’, será el escenario de un único y estelar combate de pinchadiscos entre Dj Peter y Javi Pincha, que promete invitar a mover el esqueleto con hits de los 80, los 90 y el principio del siglo XXI, con algunas gotas de éxitos bailables actuales. La entrada costará 35 euros en taquilla (30 si se compra de forma anticipada en el propio restaurante de la carretera de la Aviación y en Foto Estudio Peques, Abelló Moda Étnica y Tu Mascota) y dará derecho a cotillón, dos copas y un chupito a partir de la una de la madrugada, cuando se abrirán puertas. A las 3.30 de la madrugada quienes deseen hacer un ‘kit kat’ gastronómico, podrán hacerlo en los ‘food trucks’ que aparcaran a la puerta.
Los organizadores esperan que el remember de las Discos de Jacinto sea “un auténtico éxito”, como lo fue el pasado mes de marzo la fiesta montada para recordar los gloriosos tiempos de Prat 42 y que lo petó, y en la que los asistentes lo dieron todo y más. Ahora apunta a que el revival –con todas las discotecas hermanas representadas al completo- cumplirá con las expectativas y volverá a ser un bombazo, pues “las entradas anticipadas están vendiéndose a buen ritmo y todo hace prever que habrá que volver a colgar el cartel de completo”, confirman desde la organización. Lo que sí que puede garantizarse, a poco más de dos semanas vista del acontecimiento, es que “la diversión está asegurada”. Palabra de promotor.