En una operación coordinada por Europol, las autoridades policiales de Cataluña, España y Portugal han investigado una banda criminal y han logrado detener a 9 personas integrantes. Se les atribuyen delitos de secuestro, robo con violencia y pertenencia a grupo criminal. Los sospechosos están involucrados en el secuestro de un empresario en Portugal y en un intento de secuestro en Setúbal. Durante las detenciones se han incautado armas de fuego, dispositivos telefónicos y documentación bancaria.
Una operación coordinada por Europol, en la que han participado Mossos d'Esquadra de la Región Policial Metropolitana Sur, agentes de la Policía Nacional y miembros de la Policia Judiciária de Portugal, ha permitido la detención de nueve personas que formaban parte de una banda especializada en secuestros, entre el que se encuentra el de un octogenario portugués que fue encontrado el pasado mes de agosto en un bosque de Collbató, según ha informado este jueves la policia en una rueda de prensa conjunta. Cinco de los sospechosos han sido detenidos en Torremolinos (Málaga) el día 12 de diciembre, y los otros cuatro en Alicante, Sucina (Murcia) y Málaga al día siguiente. Seis de ellos están supuestamente involucrados en el secuestro de un empresario de 82 años en Almancil (Portugal) y en un intento de secuestro de una mujer en Setúbal (Portugal). Las autoridades atribuyen a la banda delitos de secuestro, robo con violencia y pertenencia a grupo criminal.
Para asestar el golpe definitivo a la banda, los agentes de la Policía Nacional y la Policia de la Generalitat se han desplazado a las localidades donde residían los investigados en la Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía, para realizar conjuntamente y de forma coordinada las entradas y cacheos en sus respectivos hogares. Durante el operativo, se ha incautado un arma de fuego real y dos armas de fuego simuladas, así como dispositivos telefónicos, documentación bancaria, bridas y prendas de vestir que probablemente usaron durante el secuestro. Además, han encontrado agendas con datos bancarios y una impresora especializada que ha permitido la creación de documentos falsificados con alta definición, como tarjetas bancarias o licencias de conducir. Los agentes de la Policia Judiciària han realizado investigación en Lisboa, donde se ha identificado a otros sospechosos presuntamente implicados en esta red criminal.
El pasado 24 de agosto empezó como un día cualquiera para un empresario portugués de 82 años pero acabaría siendo una pesadilla. Dispuesto a vender una propiedad en Almancil (Portugal), el octogenario es interceptado violentamente por los sospechosos en su vehículo, donde lo golpean y amenazan con armas de fuego. Forzado a abandonar el asiento del conductor y secuestrado, los hombres que lo han agredido lo conducen hasta Collbató, en un largo viaje de 20 horas (1.200km). Cuando llegan a su destino, abandonan el vehículo en una zona boscosa, y lo amordazan a un árbol. Mediante el uso de violencia y amenazas con una pistola, los secuestradores logran obtener las claves bancarias de la víctima mientras la tienen retenida.
A partir de ahí, realizan numerosas transferencias bancarias desde su cuenta corriente hacia otras cuentas pertenecientes a los secuestradores en entidades bancarias de Francia y Lituania, además de realizar reintegros en cajeros automáticos del centro de Barcelona. Como resultado, el perjuicio económico causado a la víctima superó los 100.000 euros.
Mientras deambula por la carretera, un vecino localiza a la víctima, desorientada y llena de lesiones, y alerta a la Policía Local de Collbató. Mientras tanto, en Portugal, el hijo de la víctima alerta a las autoridades policiales sobre la inquietante desaparición de su padre. En ese momento, la víctima explica que ha sido secuestrada en Portugal. Debido a esto, los investigadores de ambos países comienzan a intercambiar información a través de EUROPOL. Gracias a las gestiones de investigación, se logra identificar y localizar a los sospechosos, que vivían en España.
Una vez identificados los principales sospechosos, los investigadores descubren que se han marchado inesperadamente a Portugal y, gracias a la policía portuguesa, que se han desplazado para llevar a cabo otro secuestro en la localidad de Setúbal. Allí, una empresaria portuguesa estaciona su vehículo frente a su casa el 11 de diciembre a las 19:20h. Antes de acceder al domicilio, debe regresar a su vehículo porque recuerda una gestión pendiente. En ese momento, un coche con tres personas se cruza frente al vehículo de la víctima, impidiéndole escapar. Se bajan del vehículo y la amenazan con una presunta arma de fuego, intentando forzarla a entrar al asiento posterior de su vehículo. Su pareja, alertado por los gritos, sale del domicilio y forcejea con los secuestradores. Pillados in fraganti, desisten y huyen con el vehículo de la víctima.
Una vez denunciado este secuestro/robo a las autoridades portuguesas, mediante un sistema de geolocalización, los investigadores logran localizar a los secuestradores en Torremolinos. Una patrulla de la Policía Nacional detiene a las cinco personas involucradas en los hechos, y descubre que también están relacionadas con el primer secuestro que está siendo investigado. Gracias a los testimonios de las víctimas en el Juzgado de Instrucción 3 de Torremolinos, la policía obtienee información sobre cómo está conformado el grupo responsable del secuestro. Los delincuentes se reparten dos funciones: los secuestradores y los blanqueadores del capital sustraído, que se encargan del entramado bancario.
La investigación del primer secuestro permite a los investigadores de los Mossos d'Esquadra obtener datos de algunos de los presuntos autores, que localizan en las provincias españolas de Alicante, Málaga y Murcia, así como en otros países como Francia y Portugal. Para coordinar todo el operativo se ha establecido un Equipo Conjunto de Investigación en el marco del CITCO con la UDYCO de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Alicante, Málaga y Barcelona, para identificar completamente a los investigados, verificar las conexiones con otras personas y localizar sus domicilios.
La colaboración con otros operadores policiales europeos, motivada por las transferencias bancarias a cuentas corrientes de Francia y Lituania, ha facilitado el proceso. Esta cooperación se ha materializado en sucesivas reuniones operativas supervisadas por Europol, que permiten un intercambio y análisis rápido de la inteligencia generada sobre esta investigación. El procedimiento se ha iniciado en el marco de EUROJUST para formalizar un equipo conjunto de trabajo para coordinar la instrucción judicial de ambas causas penales de los países implicados.