El Ayuntamiento de Castelldefels ha sollicitado la potestad para sancionar aquellos aviones que sobrevuelen el término municipal de Castelldefels y que puedan ocasionar molestias a la ciudadania, tanto a nivel de ruido como de impacto medioambiental. Esta es una de las alegaciones que ha presentado el consistorio al proyecto de decreto que aprueba el Plan de Calidad del Aire Horitzó 2027, del Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural de la Generalitat de Cataluña.
Además, el Ayuntamiento se ha negado a la ampliación del Aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona- El Prat. Según el consorcio, "no se debe aprobar ninguna configuración o ampliación del Aeropuerto que pueda causar un aumento en la contaminación y los ruidos para los habitantes del municipio". A raíz de esto, el equipo municipal ha solicitado la posible reducción del número de aviones que causen molestias a los vecinos de Castelldefels.
El Ayuntamiento ha presentado, también, alegaciones relacionadas con las vías de alta capacidad que atraviesan cascos urbanos (C-31 y C-32 en el caso de Castelldefels) y con las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE). El Ayuntamiento ha solicitado el soterramiento de la C-31 y la C-32, pues ha argumentado que "es necesario reducir las afectaciones de las vías de alta capacidad que atraviesan cascos urbanos y están bajo la responsabilidad de administraciones supramunicipales".
Además, el consorcio considera preciso replantear y ampliar el calendario de implantación de las restricciones de los vehículos con etiqueta B en las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), dado que representan aproximadamente un 30% del parque circulante y entre un 40% y 50% del censo de vehículos. Ante esta situación, el equipo municipal ha planteado establecer una superficie mínima de la ZBE y decidir las excepciones a las medidas. Para ello, considera que las Administraciones de los municipios deben evaluar los datos disponibles y planificar las actuaciones antes de tomar este tipo de decisiones.