Y no he variado mi costumbre. En 2023 la novela La sangre del padre ha sido la finalista del Premio Planeta. Obra escrita por Alfonso Goizueta, un escritor muy precoz que desde niño descubrió que escribir era el medio ideal para expresar su creatividad… …y a fe que lo ha conseguido. Se podría decir que ha acertado en el centro de la diana en su primer intento puesto que esta era su primera novela.
Nacido en Madrid en 1999, este joven escritor acumula una formación que explica su enorme potencial intelectual. Doctor en Relaciones Internacionales por el King’s College London y Licenciado en Historia por la misma universidad son avales de primer orden para emprender la aventura que supone novelar la vida y obra de Alejandro Magno. Esta capacitación la acompaña de una pasión que transmite y contagia al lector, al menos a mí, en muchos pasajes de una novela histórica que primero concibió como un cuento, pero uno de sus abuelos le dijo que para tan gran personaje ese formato se quedaba corto; requería una novela. Y Alfonso Goizueta aceptó el desafío y se dispuso a escribir una historia mayúscula, de premio.
¿Quién podría imaginar que en tiempos tan pretéritos (s. IV a. C.), y en civilizaciones que consideraban la guerra el método habitual para resolver las diferencias entre pueblos, que también los protagonistas más importantes de la Historia buscasen el afecto, la empatía y el reconocimiento de los suyos?…y sin embargo la novela de Alfonso Goizueta da una relevancia prioritaria a la búsqueda, en cierto modo desesperada y desesperanzada, de todo lo que se refiere a la VIDA con mayúsculas, haciendo convivir en el mismo plano vital los hechos históricos acaecidos y los sentimientos de los personajes que protagonizan la obra.
El protagonista indiscutible es el gran Alejandro Magno y, al mismo tiempo, Alejandro, el hombre. Esta dualidad explica el devenir de los acontecimientos históricos indudablemente condicionados por el carácter y la compleja personalidad del Gran Conquistador.
“…a veces los hijos derraman lágrimas, sangre, coraje, incluso se arriesgan a la muerte inútil para probarse dignos de sus padres y aún así no consiguen ni siquiera una mirada orgullosa por su parte.”(Alejandro).”
Superar los logros de su padre, Filipo II de Macedonia, se convirtió en una obsesión enfermiza para Alejandro. Para conseguirlo se encomendó la gigantesca empresa de conquistar todos los territorios al este de Macedonia, arrebatárselos a Darío III de Persia y seguir avanzando, sin tregua ni horizonte, hasta los confines del mundo.
En paralelo a sus conquistas, Alejandro, el hombre, intenta encontrarse a sí mismo, aceptarse sin reservas, en una lucha constante de sentimientos que supone, para quienes le aman o temen, un continuo cambio de escenarios por lo imprevisible en muchas ocasiones del comportamiento del rey macedonio. Tan solo la compañía de su amigo y amor eterno, Hefestión, y la fidelidad de su heroico caballo Bucéfalo consiguen hacerle más llevaderos los momentos en los que todo se tambalea a su alrededor y remontar los obstáculos que se levantan como un muro imposible de superar: “…siempre había pensado que al ser rey tendría el control no solo de la vida de los demás, sino también de la suya propia, pero, de pronto, se supo equivocado.”
La sangre del padre, una novela en la que, además de los hechos históricos relatados con rigurosidad, importan de manera preferente el mundo de emociones y sentimientos que envuelven a un personaje, Alejandro Magno, al que Alfonso Goizueta imaginó como un ser atormentado en busca de una felicidad siempre efímera y que nos obsequió de forma magistral con esta perspectiva a l@s lector@s empedernid@s.
"No te obsesiones con lo que vaya a quedar de ti. Vive eso es lo más importante” (Talestria, reina de las amazonas a Alejandro)