Por fin tras las multitudinarias y exitosas protestas de millones de campesinos europeos, llega a España, a Cataluña y al maltratado Delta del Llobregat, la santa ira de un grupo de jóvenes agricultores, radicados en el “Parc Agrari” que han sacado sus tractores por las calles de S. Boi, desde el Almacén de la Cooperativa agraria Santboaiana (1909) creada como dice su lema -por payeses con inquietudes- hasta la sede histórica de la Entidad, c/ Luis Pascual Roca, 8, sobre las 13h. frente a ella han parado sus potentes máquinas y han permanecido reunidos con la Delegada zonal de Agricultura, una ingeniera agrónoma que ha reconocido oficiosamente, reservas sobre las medidas anti-sequia y a la que una delegación del -Colectiu Eixarcolant- de Pagesos del Baix Llobregat-, ha entregado un manifiesto con doce puntos reivindicativos.
Mientras se ha bloqueado el tráfico en la calle más comercial de S. Boi, la llamada “milla de oro”, objeto de estudios y desvelos municipales para potenciarla. La caravana de tractores y su estacionamiento, ha sido vigilada por dotaciones de “mossos” de uniforme y de paisano; tras la reunión con la Delegada y explicarnos que es un movimiento surgido de la pura necesidad en que se encuentra el sector de huerta y regadío del Delta Llobregat y deseando la unión de todas las fuerzas sindicales representativas del territorio. Han marchado a sus tareas cada vez más penosas, por la falta de agua y el abandono de la Administración. Dando a entender nuevas acciones de protesta, sin detallarlas de momento. Vale la pena, resumir los doce puntos de su
Manifiesto que anuncia en su titulado “ Que el fin de los payeses, será vuestra hambre”.
Se alude a 40 años de estancamiento regresivo, porque el texto se refiere principalmente a los que siguen teniendo en el campo, su medio de vida principal y que resisten hasta con pérdidas, en su profesión. Antes de la pandemia, había la idea de organizar una gran protesta general del sector agrario. Tras ella, ha habido actos y protestas parciales. Falta la gran huelga como en Francia, Alemania, Polonia, Holanda, Bélgica y hastaen Rumania entre los más potentes países agrarios del UE. Fallaban los peninsulares, siempre con retraso, Portugal y España. Los doce puntos piden: la derogación de la Agenda 2030; Reequilibrar los costes con los precios del mercado; la derogación de la zona ZEPA; el control de fauna; el fin del intrusismo “hortelano” en el Parc Agrari; Dotar de infraestructuras hidráulicas las zonas de regadío y remozar el Canal Dreta y garantizar el agua de riego para los cultivos de huerta; Moderar las limitaciones al uso de productos fitosanitarios.
Un resumen de las amenazas para la agricultura periurbana y de proximidad que esta aún entre nosotros y que crea y mantiene centenares de puestos de trabajo, con muchas empresas de estructura familiar y arrendataria.
El ministro Planas y el conceller Mascort deberían reunirse no para darse abrazos y parabienes sino para resolver de manera pronta y eficaz el gran problema catalán del agua de de boca y el agua de regadío, tras más de 16 años de absoluta inactividad.