El día de la inauguración, a falta de una hora para la apertura de puertas, la compañía eléctrica no ha conectado aún el centro de transformación.. La discoteca está sin luz mientras, en la cola del exterior, ninguno de los asistentes sabe de esa incidencia. Son tantos los invitados al estreno de la boîte que el propio Peret, artista principal de la noche, se las ve y se las desea para entrar.
Es la noche del 11 de mayo de 1970. La sala de fiestas va a entrar en funcionamiento para atender a ciudadanos de clase media y alta de Barcelona y su entorno metropolitano. En ese momento ya es el edificio más excepcional de la autovía de Castelldefels (C-31). Las mujeres habían recibido indicaciones para ir vestidas de largo. Es una prémier, un acontecimiento social. Discos de importación coronan la selección musical. Unos 20 camareros se esforzarán para que nada quedase en el aire la noche del estreno. Es el pistoletazo de salida de la discoteca Silvi’s de Gavà.
Resuelto el incidente en el suministro eléctrico y también el del tumulto en las puertas, Peret puso patas arriba el local en su noche inaugural.
Carmen Sevilla actuó el 16 de octubre de 1970. Era la inauguración de la “temporada de invierno 1970-1971”. Una “gala del ‘member-ship’” para la que las directrices eran claras: “se recomienda etiqueta”. La Vanguardia publicó ese día un anuncio y una información previa a la actuación: “Se trata de una gala en exclusiva en la que, junto a Carmen Sevilla, interviene también su esposo, Augusto Algueró, con su orquesta. La sesión de esta noche será de etiqueta y ha despertado gran expectación”.
José Guardiola, Guillermina Mota, El Príncipe Gitano, Pere Tàpies o Ramon actuarían en el Silvi’s posteriormente. Fue una época en la que el local organizaba también concursos de belleza. “Continuando con sus galas, anunciamos para el 18 de julio de 1970 la elección de la pareja más elegante de Silvi’s y el pase de modelos de la boutique Playboy de Playafels. Y ese ambiente que usted busca…”, se publicitó en La Vanguardia el día anterior.
Eduard, primer técnico de sonido y luces del Silvi’s, vio “al primer conjunto erótico de chicas”. “Se llamaban Ladygiras y actuaban en ‘topless’ en tiempos de Franco”, recuerda sobre una discoteca que califica de “excepcional”.
En agosto de 1970, llegaba el turno para la “elección de Miss Silvi’s y Playboy Show. El local acogió ese mismo mes “la gala gitana Silvi’s: premio a la pareja gitana más original” y también el Western Show: “Conozca el Silvis Saloon de Silvi’s City en el año 1800 del Oeste americano”.
La ‘boite’ anunció poco después “el primer festival de música pop”. Según recogía La Vanguardia del 27 de febrero de 1971, “tendrá lugar en Silvi’s todos los viernes hasta el 4 de junio, que será cuando Brian Auger y su conjunto clausurarán el certamen. Desfilarán, sucesivamente, los conjuntos Lone Star, Los Mustang, Evolution, Tony Ronald, Pop Tops, Yerba Mate, Los Diablos o Los Canarios, entre otros”.
Un hombre asiduo de “aquellos bonitos años” del Silvi’s define el ambiente como “de sana diversión”: “Bebíamos mucho whisky pero con clase. En seis años de cliente, jamás vi una pelea. Recuerdo a camareros como los cubanos Pancho y Tito y la bella Joana. También a otras personas como Genaro, Tom o Pepe el cariñoso”, rememora.
Silvestre ‘Silvi’ Falguera aprovechaba el recinto de su discoteca para vender artículos de piel de su empresa, Curtidos Falguera. Varios anuncios en prensa dejan constancia de su capacidad para emprender. Tras un viaje en 1978 a Las Vegas y Nueva York en el que descubre la música disco, transforma a principios de los 80 el Silvi’s en New Silvi’s. E inaugura una barra exterior y las sesiones de discoteca de tarde. Pasados unos diez años, se desprende de ella y nada vuelve a ser igual.
Y es que, a mediados de los 90, todo cambió en el local con el advenimiento de la música ‘bakalao’, de las drogas de diseño y del movimiento ‘skin head’, que penetraron en un ya irreconocible New Silvi’s. Por allí desfilaron DJs como Pastis y Buenri. En 1999 fue clausurado. El local pervivió como ‘after’ tras ser rebautizado con hasta tres diferentes nombres. Y cerró finalmente sus puertas en diciembre de 2001 tras acumular un buen número de peleas.
Entre la clausura y la actual reforma del recinto, el olvido absoluto. Hasta hace poco más de un año, el visitante podía percibir la brutalidad del paso del tiempo. Un espacio abandonado comido por malas hierbas. El resultado de más de dos décadas sin actividad.
Un lugar olvidado en el medio de una de las principales carreteras de Cataluña. Una construcción piramidal comida por el sol. Un viejo local rodeado de una hípica, un parque de ocio infantil, un camping y el estanque de La Murtra. Y también de la terminal T1 de El Prat y, más al fondo, de la reserva natural Remolar-Les Filipines. Un espacio dejado y desahuciado entre Viladecans y Gavà. Unos mil metros cuadrados sin vida en los que no quedaba huella del glamour de la noche en la que Peret la armó.
Un lugar sin vida hasta que la propiedad la ha reformado por sorpresa y la ha puesto en venta o alquiler. ¿Qué uso le deparará el futuro al añorado Silvi’s? . III