En una etapa de incipiente desarrollo económico, a los 14 años empezó a trabajar como aprendiz en un taller de electricidad y fontanería de Sant Boi. Allí aprendió los rudimentos del oficio de electricista a través de la enseñanza del sr. Raja, alguien al que aún recuerda con emoción. Ya enseñado, meritó su especialidad en algunas empresas locales y cursó el Bachillerato elemental de la época. Voluntario al servicio militar en la Policía Militar por dos años y al acabar retornó a su primer oficio.
Tanteó el ingreso en el cuerpo de Bomberos y estuvo en un tris de serlo. En 1974 ingresó como “Mosso” tras los exámenes preceptivos. Fue este un cuerpo de policía rural fundado por José Vecian: un hacendado y alcalde borbónico de Valls con grandes dotes organizativas, el que inició una Jefatura hereditaria del Cuerpo hasta 1836. En España los cuerpos policiales, han tenido un origen para-policial de represión del bandolerismo rural, mutando a lo orgánico. Desde la Santa Hermandad, migueletes, Mossos d’Esquadra”, “somatenes” y los más militarizados de Guardia Civil, Guardias de Asalto, carabineros…algunos disueltos y otros “resucitados” como los ‘mossos’.
¿Cuándo te incorporas al cuerpo, ¿cuál era la situación material entonces?
Éramos solo 50 números, cuatro sargentos, siete cabos y un capitán del ejército. Nuestro armamento individual era: un fusil F-8 Máuser, una pistola ASTRA, una bayoneta y un uniforme al año, a medida eso sí. También un uniforme de gala para ceremonias. En un armero blindado se guardaban algunas metralletas Z-45 y 11 porras eléctricas. También contábamos con apliques para lanzar gases lacrimógenos y balas de goma.
Rafael hace un inciso en la descripción y me resalta la satisfacción personal de poder coincidir durante años con su padre en el cuerpo y explica que esta situación no era infrecuente en aquellos años. Había la necesidad de contar con hasta seis avales personales para el ingreso.
¿Tenías un buen sueldo?
Dado el contexto general, el sueldo inicial no era malo, máxime cuando se podía complementar con actividades extras, porque en aquel entonces, no se pedía la dedicación exclusiva. Muchos de nosotros aprovechamos esa oportunidad con lo que se conocía por pluriempleo en aquella época.
¿Cuáles eran vuestras funciones principales?
Primera: la custodia y vigilancia del Palacio, Segunda: el servicio de escolta del Presidente de la Diputación. Tercera: vigilancia de las Agencias de Tributos de la Diputación. Cuarta: custodias de la Maternidad y del Patronato de Apuestas Mutuas. Y quinta: el servicio antirrábico y captura de perros peligrosos. Con el tiempo se incorporó la vigilancia de las diversas Consellerias, dispersas en diferentes ubicaciones. Fueron de las primeras nuevas atribuciones que se fueron consiguiendo. Hasta llegar a la policía integral con los pactos del “Majestic”y al suma y sigue actual.
¿Está bien equipado el cuerpo en relación a tu etapa inicial?
La dotación individual ha mejorado muchísimo, incluyendo la seguridad pasiva, (chalecos anti-balas) ,por ejemplo en mi primera época, no contábamos ni con escudos y los cascos de protección eran de un material tan frágil, que en ocasiones, caían y se resquebrajaban. Equipos de intercomunicación, cámaras, armamento sofisticado, como la pistola “Taser” de descargas, armas largas, metralletas ligeras , pistolas, revólveres, porras, y material antidisturbios adecuado, aunque a veces sujeto a polémicas . Y por supuesto un parque móvil a la última, helicópteros, lanchas y tanquetas. Todo un equipamiento moderno, para lo que debe ser un servicio de protección ciudadana adecuado a las nuevas formas de delincuencia cada vez más agresivas.
¿Qué opinión te merece el gran complejo Central de Mando de Egara (Sabadell)?
-Lo he visitado pocas veces, pero creo y muchos lo comparten, que hay un exceso de personal, dedicado a tareas burocráticas y de servicios auxiliares, que se podrían hasta subcontratar y dedicar más efectivos al servicio activo y patrullaje de calle, que no deja de ser nuestra tarea primordial. Dicho esto tenemos servicios muy punteros como los TEDAX- desactivación de explosivos (traté de serlo, pero ¡ay!, la familia no me dejó) y de forenses informáticos muy valorados a nivel europeo.
En Sant Boi se estima que pueden haber sobre los 83.000 habitantes; más de unos 5.000 habitantes fuera del censo, según informaciones oficiosas de la Guardia Urbana local. ¿Lo crees posible?
Sí, lo creo posible. Te contaré una anécdota, hice una gestión en la OMAP y una empleada le protestaba a un marroquí, que pretendía empadronar a aún más compatriotas en una habitación de 60 m2 , “ocupada” ya por 25 personas. Al no pedir papeles, que es ley ahora, se empadronan falsamente para conseguir la tarjeta sanitaria.
¿Crees que la actual política inmigratoria es adecuada?
No es correcta. Al no ajustar el permiso de residencia al permiso de trabajo, como ocurre en muchos países de Europa, estamos cada vez más desbordados por la inmigración ilegal. Tal vez los ‘mossos’ participen del control inmigratorio muy pronto. Como ya participan en el control de costas. Y en su día se ocuparon del Tráfico.
¿Fuiste el primero en alguna actividad novedosa en el Cuerpo?
Sí, en 1992 se creó la BRIMO (antidisturbios) y fui el segundo sargento al mando e instructor . Éramos cuatro suboficiales y 25 efectivos, equipados un tanto deficientemente. Tuvimos por ello, intervenciones de riesgo, yo arrastro lesiones del periodo de intervenciones en esta fuerza de choque.
¿Algún otro destino de “estreno” en tu currículum?
Lo hubo, al ser designado jefe de seguridad del pabellón catalán en la Exposición Universal de Sevilla de 1992. Responsable de 15 policías, más los refuerzos locales de la seguridad privada contratados. Cumplimos muy bien durante los siete meses y medio que duró la Expo. Allí recibí una propuesta de una compañía de seguridad que me doblaba el sueldo, pero desistí porque mi vocación de servicio público siempre ha prevalecido
Al haber vivido la transición en un cuerpo policial transformado, que aún hoy parece buscar un patrón de actuación en el exterior. ¿Cuál podría ser éste?
Recuerdo a M. Sellarés, un alto cargo del departamento. que procedía de la banca, que se fijó en el modelo policial de Quebec, inspirado en la Real Policía Montada canadiense. También el director de la escuela policial de Mollet J. Rodés , deseaba lo mismo. Creo que han influido bastante. Más adelante los israelíes también tuvieron su papel en áreas concretas. Hoy por hoy, no sé qué modelo prevalecerá, dada nuestra creciente colaboración internacional, que siempre influye.
Tus servicios de escolta a los “Presidents” son otro tema de interés para los lectores.
Participé en el servicio de escoltas de Samaranch, un señor distante pero muy educado. También escolté a Martí Jusmet un hombre encantador. Tras él, escolté a Tarradellas un hombre muy “seco” de trato, y ya con Pujol fui jefe de sus escoltas, un hombre asequible en el ámbito doméstico. Recuerdo a Barrera, frío y correcto. Y como muy prepotente a Antoni Dalmau, tal vez el de peor trato, en mis recuerdos. En este área aprendí mucho de la seguridad de la Casa Real ,con muy buen nivel. Aunque para mí, el FBI es de lo mejor.
El veterano sargento, tiene opiniones contrarias a la excesiva politización policial y las forzadas recomendaciones en favor de cargos de segundo nivel que entorpecen y enrarecen el ambiente profesional.
Siguen unas opiniones muy libres...
Soy partidario de la unificación de las causas judiciales en los multi-reincidentes y de la deportación de los delincuentes extranjeros y hasta de la revocación de nacionalidad. Creo en la unificación de las policías locales y de los ‘mossos’, dado que nos formamos en la misma Escuela de Mollet, con materias comunes. Pero los alcaldes no quieren perder su particular poder policial.
¿Prefieres la injusticia al desorden, según el dilema de Goethe?
En mi particular visión, es preferible el desorden a la injusticia.
Tus particulares simpatías por tus jefes-consellers d’Interior habidos en tu carrera profesional.
La mejor para mí ha sido Montserrat Tura, que hasta llegó a participar, nadie lo había hecho hasta entonces, en una redada contra un macro-prostíbulo de La Jonquera. También Josep Gomis fue para mí un excelente conseller. Ambos tenían criterio y entendieron el quehacer policial. Muchos otros (Rahola, Vidal, Ortínez, Puig, Pomés…) pasaron sin pena ni gloria.
¿Tu mejor recuerdo policial?
Haber participado en el parto de una niña que saltó del vientre de su madre a nuestras manos. Pero nació sana.
¿Y el peor?
Cuando fui sargento en Esplugues (11 años) me vi involucrado en el asesinato de un rico joven de EEUU (20 años) a manos de un pederasta chileno (50 años) que lo había sedado y violado. A raíz de esta muerte, se descubrieron otras 50 violaciones grabadas por un sujeto que además padecía sida: fue condenado a 47 años.
¿Has intervenido fuera de servicio alguna vez?
Si frustré un robo de pistolas en una armería de Sant Boi.
Casualidad o no, Rafael Vidal, desde su iniciación en el rugby (11 años) ha hecho de su Sant Boi, la residencia habitual. Y ha procurado siempre en sus misiones por Cataluña con VIPS, o en destinos metropolitanos; mantenerse cerca de su ciudad (Sant Boi) y de su comarca (el Baix Llobregat). III
“El criterio imperante para los ascensos debería ser los méritos” |
¿Existió una purga en el cuerpo con la democracia? Muchos veteranos, nostálgicos del régimen fueron “prejubilados”, seguimos los más jóvenes que nos adaptamos, y en relación a esto; existió el capitán Gómez Alba que fue apartado por ultra, sin embargo, dejó un buen recuerdo como profesional y buen trato con la tropa. Hay que juzgar siempre con equidad. ¿Eres partidario de la paridad en el cuerpo de los “Mossos” Creo que el criterio imperante deben ser los méritos profesionales para los ascensos y las diversas promociones o ventajas que puedan surgir. Es lo más justo. |