Ha comenzado un proceso participativo de intervención y acompañamiento en el Parc Sanitari Sant Joan de Déu, a través del proyecto PlaTEA. Este proyecto tiene como objetivo mejorar la atención a las personas adultas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) y definir un nuevo modelo de atención para ellos.
Durante el año 2023, PlaTEA se puso en marcha con el fin de investigar la autonomía personal y fortalecer los lazos sociales de las personas adultas con TEA. También se busca comprender y atender sus necesidades específicas en diferentes etapas de la vida. El modelo se basa en escuchar la voz de las personas atendidas y proporcionarles herramientas para ejercer su autonomía. Además, PlaTEA está capacitando a profesionales del ámbito social y voluntariado de la red de atención social y sanitaria para mejorar su capacidad de atención a personas adultas con TEA.
"Es tan importante el feedback científico como el espontáneo de la persona atendida", cree la Dra. Nuria Tous, directora del proyecto. Según Tous, además de gestionar los residuos existentes, es necesario adaptar todas las intervenciones a las necesidades que se detecten. Tous lidera un equipo compuesto por una psiquiatra, una neuropsicóloga, una enfermera, un terapeuta ocupacional y una trabajadora social.
Para que las personas adultas con TEA y sus familias puedan fortalecer su autonomía y acceder a los servicios de la red de atención social y sanitaria, es necesario brindarles un acompañamiento social adecuado. Además, es fundamental que participen en primera persona en el diseño del modelo de atención, y que las familias y los profesionales de referencia se involucren en la transformación de los modelos actuales. Estas condiciones son indispensables para lograr el éxito.
La creación de materiales de integración a través del proyecto PlaTEA ha posibilitado la elaboración de talleres didácticos dirigidos a personas adultas con TEA que han recibido su diagnóstico recientemente y carecen de información suficiente. Estos materiales cuentan con un valor adicional, ya que han sido cocreados y validados por profesionales y personas adultas con TEA.
El proyecto ha implementado varias herramientas de apoyo para promover la autonomía y ha creado espacios especializados para brindar acompañamiento social y actividades comunitarias. Estas herramientas y espacios permitirán el desarrollo de habilidades funcionales a través de talleres de actividades sociales, talleres de cocina, actividades de ocio en grupo y videos instructivos sobre diversas actividades cotidianas. El objetivo es trabajar en la anticipación y reducir la angustia generada por la incertidumbre o imprevisibilidad.
En colaboración con AutisMIND, el proyecto de Sant Joan de Déu ha realizado dos videos explicativos: uno aborda qué implica una visita médica y el otro explica cómo se lleva a cabo una extracción de sangre para un análisis. Actualmente, los impulsores del proyecto están trabajando en la creación de otros videos que fomenten la autonomía en diferentes situaciones, como una visita ginecológica, una mamografía o un ingreso hospitalario.
También servirá para la creación de un Pasaporte Social TEA, dirigido al conjunto del sistema de atención social y enfocado a la mejora de la accesibilidad de las personas adultas con TEA en la red de servicios. Para hacerlo, el grupo impulsor está desarrollando un trabajo de colaboración con entidades sociales de personas con autismo y sus familias.
PlaTEA fomenta la formación específica para profesionales sociales en la comprensión de las necesidades de las personas adultas con TEA. En este sentido, ya se han capacitado profesionales de la Fundació Tomàs Canet, un equipo de voluntariado del Parc Sanitari Sant Joan de Déu y profesionales del área de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Barcelona.
Desde el momento del nacimiento hasta el final de la vida adulta, los Trastornos del Espectro Autista (TEA) son parte integral de la persona. En Cataluña, se estima que su prevalencia es del 1,23% (año 2017). Esta condición conlleva dificultades o diferencias en la comunicación, la interacción social, la flexibilidad del pensamiento y la conducta.
Estas dificultades no solo afectan al paciente, sino también a la calidad de vida de otros miembros de la familia. Dependiendo de cada individuo y de la etapa del ciclo vital en la que se encuentre, estas dificultades pueden manifestarse en diferentes grados. Por lo tanto, se generan necesidades de atención muy específicas en términos de competencias sociales y comunicativas, así como en la capacidad de adaptarse y responder a las demandas de la vida diaria.
El desarrollo y la calidad de vida de los niños y jóvenes con TEA se mejoran mediante una detección temprana del trastorno. Sin embargo, al llegar a la edad adulta, surgen nuevos desafíos que requieren una comprensión más profunda de las necesidades de los adultos con TEA. Estas necesidades incluyen la salud, el envejecimiento, el desarrollo de servicios, las opciones de tratamiento a lo largo de la vida, las diferencias de género y el punto de vista de las personas con TEA.
Para brindar una atención integral e integrada a estos grupos durante esta transición vital, es importante que los sectores relacionados con la educación, el empleo, los servicios sociales y la salud colaboren entre sí. Además, es fundamental contar con su participación en el diseño y la planificación de intervenciones para garantizar su efectividad y promover la inclusión.