Eran otros tiempos. Así arranca Loquillo la canción ‘El final de los días’. Sí, eran otros tiempos aquellos (sobre todo en los años 90 del siglo pasado) en los que las panaderías del Baix Llobregat y L’Hospitalet, además de vender pan, repartían entre la clientela dos publicaciones gratuitas, Aquí y Exprés. Junto a ellos, competía por hacerse un hueco informativo -encartado en El Periódico- en el territorio el entonces semanario El Far, el único de los tres que se edita actualmente. Los tres medios lideraban el top ten de la información del Baix.
La vocación de la terna a finales del siglo XX era la de informar sobre todo el territorio, de extremo a extremo. Y su presencia se hizo habitual sobre las barras de las cafeterías; en las puertas de los supermercados y, claro, en las panaderías. “En ese espacio Aquí y Exprés disputábamos nuestro liderazgo en la búsqueda de lectores. Los panaderos vendían pan y ofrecían a la vez información gratuita a los clientes”, recuerda el periodista Ángel García, que dirigió el Exprés desde 1993 hasta 1998. “Información gratuita y de calidad”, matiza el hoy jefe de prensa del Ayuntamiento de Viladecans. El Exprés contó con una joven redacción ambiciosa y talentosa, capaz de rastrear cualquier noticia de interés en el territorio. Y en la redacción del Aquí se fogueó el recién nombrado director de El Periódico de España, Ferran Boiza. “Nacimos con el boom de la prensa gratuita de aquellos años”, recuerda.
Definitivamente, eran otros tiempos. A finales del siglo pasado, la taza de café humeante sobre la mesa perdía sabor y consistencia sin un diario de papel que leer sobre la mesa. Y esos dos proyectos editoriales, el Aquí y el Exprés, cumplieron durante años con su función de dar los buenos días informativos a los ciudadanos del Baix. Hasta su adiós. El Llobregat fue el encargado de recoger su testigo.
Pero ¿por qué una comarca de más de 800.000 habitantes no ha conservado una cabecera histórica? “No ha existido una burguesía arraigada al territorio estimulada e interesada en tener su diario, cosa que sí ha sucedido en el Maresme o los Vallès”, explica la periodista Mari Carmen Gallego, que fue corresponsal en la comarca de la Agencia Efe y de la desaparecida cadena radiofónica COM RÀDIO. Y sin embargo, Gallego destaca la paradoja que supone que los diarios nacionales abran habitualmente portadas con realidades y temas propios del Baix: “Aeropuerto de El Prat, las movilizaciones de trabajadores de grandes empresas, la SEAT…”
Ante la falta de una burguesía comarcal consolidada en el tiempo y con arraigo, los proyectos empresariales del Aquí y el Exprés cabalgaron a lomos de las jóvenes empresas inmobiliarias. “Se iniciaba la expansión del negocio inmobiliario, de la construcción y los pisos no se publicitaban aún por internet. Empresas del sector necesitaban anunciar pisos y para que fuera más atractivo lo hicieron dentro de revistas o diarios”, rememora el ex director del Exprés.
Pere Sanz, director del programa matinal de televisión de La Xarxa, la actual plataforma de contenidos de la Diputación de Barcelona, apuntala el argumento: “Hubo un intento a finales de los noventa, principios de los 2000 de abrir una redacción en el Baix Llobregat. Detrás del proyecto había una inmobiliaria. Se pusieron en contacto conmigo para dirigir el proyecto, pero la cosa no avanzó”. La idea original, recuerda Sanz, era la de abrir un diario potente en el Baix Llobregat y el sustento económico debía ser el de la construcción, el sector productivo rey en la comarca durante todos los años 2000. No fructificó.
Además del modelo económico, ¿existen otras razones para entender el por qué de la inexistencia de una cabecera histórica? Desde El Prat, Imanol Crespo apunta a la posibilidad que el Baix “siga siendo el patio trasero de Barcelona” ; y desde Viladecans su jefe de prensa, Ángel García, plantea que “tal vez, somos también Barcelona”.
Adherido a la gran capital, ¿el Baix pierde identidad? Es la hipótesis que defiende el director de El Periodico de España. “No hay una identidad comarcal muy definida” explica Boiza, para quien los ciudadanos se sienten más de “sus municipios” que no del conjunto del Baix. “Alguien de Gavà o Castelldefels no siente vinculado con Cervelló o Sant Vicenç dels Horts”, sostiene. Y esto favorece la aparición de prensa local, pero no de carácter comarcal.
La crisis financiera del 2009 empeoró el escenario. Los corresponsales de los grandes medios barceloneses en el Baix Llobregat y L’Hospitalet fueron barridos por el temporal económico. Uno a uno fueron cerrando las delegaciones comarcales y el Baix se quedó sin la multiplicidad de voces que informaban sobre la comarca más allá de los sucesos o historias truculentas. Muchos de ellos no han vuelto a esta comarca populosa y diversa que parece no tener una voz