Desde el mes de junio de 2023, el servicio de Endocrinología del Parc Sanitari Sant Joan de Déu (PSSJD) de Sant Boi ha seleccionado a un total de 20 pacientes con diabetes tipo 1 para la instalación de un infusor subcutáneo de insulina de asa cerrada, comúnmente conocido como bomba de insulina de asa cerradao. La primera instalación de este tipo de dispositivo se realizó en junio del año pasado, marcando un importante avance que permite una nueva forma de gestionar la enfermedad, con una intervención que no es frecuente en hospitales comarcales. Se espera que hasta finales de este año, el hospital samboyano instale 16 bombas adicionales, alcanzando así un total de 36 dispositivos durante este año 2024.
La mejora en el control de los niveles de azúcar y en la calidad de vida de quienes tienen diagnóstico de diabetes tipo 1 se logra con la colocación de la bomba de insulina, ya que esta opción demanda menos participación del usuario en el monitoreo y manejo de una enfermedad que afecta su rutina diaria. Asimismo, el uso de la bomba disminuye considerablemente el riesgo de hiperglucemia y casi elimina el riesgo de hipoglucemia.
Este sistema inteligente aprende de los patrones del paciente diabético y toma decisiones en su lugar, aliviándolo de la responsabilidad de determinar la dosis de insulina a inyectar. “La información que el paciente le aporta al sistema es cuando comerá y la cantidad de azúcar que consumirá; luego, el sistema ajusta la dosificación según los resultados”, explica Gerard Sáenz de Navarrete, jefe del servicio de Endocrinología del PSSJD. No es necesaria una intervención quirúrgica para su colocación, ya que se ubica justo debajo de la piel, generalmente en el área del abdomen, y se conecta mediante un cable a un dispositivo electrónico externo.
Un año tras la instalación de la primera bomba de insulina en un paciente del hospital de Sant Boi, Sáenz de Navarrete hace una evaluación muy favorable sobre el rendimiento del dispositivo y la acogida que ha tenido entre los usuarios. “A pesar del proceso de aprendizaje que implica la colocación de la bomba de insulina, los 20 pacientes que han podido utilizarla consideran que este dispositivo representa una notable mejora en su calidad de vida, y no han dudado en continuar con su uso”.
La diabetes mellitus tipo 1 es una enfermedad autoinmune que impide a quienes la padecen producir insulina, lo que les obliga a administrársela mediante inyecciones de manera regular. En años recientes, la introducción de nuevos dispositivos para el autocontrol de esta condición, que operan como sensores, ha facilitado una monitorización más cómoda de la glucosa en sangre. A través de aplicaciones móviles, estos dispositivos proporcionan información sobre el estado del usuario y asisten en la toma de decisiones relacionadas con la inyección de insulina. Además, las bombas de insulina han representado un avance significativo en la vida de las personas con este tipo de diabetes, contribuyendo a mejorar tanto el control de la enfermedad como su calidad de vida.