La ropa usada, esa que ya no nos ponemos puede cobrar una segunda vida y ayudar a mejor la sociedad. Durante el primer semestre de 2024, se han recuperado más de 409.000 prendas de ropa en el Baix Llobregat, las cuales han tenido una segunda oportunidad y no han terminado en un vertedero. Este es el informe que presenta Humana Fundación Pueblo para Pueblo sobre su servicio de recogida selectiva de ropa usada en la comarca entre enero y junio.
La gestión de este tipo de residuo genera beneficios tanto ambientales, con 925 toneladas de CO₂ que no se han emitido, como sociales, al fomentar la creación de empleo verde y llevar a cabo proyectos de cooperación al desarrollo y programas sociales en Cataluña. Los municipios donde se ha recogido mayor cantidad de ropa usada por parte de Humana son: Gavà (65 toneladas), Cornellà (27,6 toneladas) y Castelldefels (14 toneladas). “Las 151,7 toneladas de residuo textil recogidas de enero a junio impactan directamente en la economía circular y social del Baix Llobregat”, ha subrayado un representante de Humana.
La entidad catalana recoge la ropa que los ciudadanos desechan, y el 90% de esta prenda tiene una segunda vida gracias a la reutilización y el reciclaje. Estos procesos son fundamentales para fomentar la economía circular y para generar y conservar empleos de calidad. Asimismo, en el primer semestre, la gestión de este tipo de residuo ha contribuido a prevenir la emisión de 925 toneladas de CO₂ a nivel global.
“La ropa que se recoge de manera selectiva posee un gran potencial para ofrecer una segunda vida: se puede reutilizar casi el 60% y reciclar el 32%. La reutilización siempre debe ser la prioridad, ya que la prenda más sostenible es aquella que ya ha sido fabricada, evitando así costes adicionales y un impacto ambiental por producción. Por esta razón, es fundamental que la ropa que decidimos desechar se coloque en el contenedor adecuado. Lamentablemente, cerca del 90% de los residuos textiles no llegan al punto de recogida correcto, sino que terminan en la basura”, afirmó Rubén Fernández, promotor nacional de Humana.
La lucha contra el cambio climático se ve favorecida por la gestión del textil usado. Un estudio de la Federación Humana People to People revela que, por cada kilogramo de ropa que se recupera y no se envía a un vertedero para su incineración, se evitan las emisiones de 6,1 kg de CO₂. Además de este impacto positivo en el medio ambiente, también se suma un beneficio social: la generación de empleo verde. En Cataluña, la organización crea un puesto de trabajo por cada 18.000 kg de textil recolectado. Los recursos obtenidos se utilizan principalmente en los programas de desarrollo que Humana implementa en los países del Sur, colaborando con socios locales. Entre estos proyectos se incluyen la formación de docentes de primaria, iniciativas de agricultura sostenible y programas de prevención del VIH/SIDA y la tuberculosis.