Baix Llobregat

Adiós, vacaciones: cómo volver a la rutina sin desesperarse en el intento

Redacción | Jueves 29 de agosto de 2024
El 30% de los españoles experimenta el síndrome post-vacacional, que incluye fatiga y falta de motivación. Para facilitar la vuelta a la rutina, se recomienda comenzar con tareas pequeñas bien planificadas, establecer metas realistas y aprovechar los momentos de mayor energía para ser más productivos y evitar la procrastinación.

Con los últimos suspiros de agosto a punto de agotarse y septiembre a la vuelta de la esquina, el regreso a la rutina es inminente. Para muchos, el fin de las vacaciones va asociado a un malestar (cada vez más común): el 30% de los españoles sufren síntomas del ‘síndrome post-vacacional’, según ha revelado la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (SemFYC). Entre los síntomas se incluyen fatiga, falta de motivación y una mayor dificultad para concentrarse a la hora de realizar las tareas de siempre.

Así, a pesar del ‘descansito’ de las vacaciones, estos síntomas convierten la vuelta a la rutina en unca carrera de obstáculos que impide volver a nuestro día a día con energía suficiente. Pero los primeros días de la vuelta a la normalidad son cruciales para frenar estos síntomas a tiempo y conseguir un nuevo comienzo.

Los expertos aconsejan aprovechar la vuelta de las vacaciones para establecer nuevas rutinas, más saludables y productivas, y dejar a un lado la infame ‘procrastinación’ que nos acecha durante todo el año. El CEO de la compañía Productividad Feroz, Miguel Navarro, ha compartido seis consejos para hacernos más sencillo este primer enfrentamiento con la ‘realidad’.

Un primer paso: tan solo cinco minutos

El primer paso siempre es el más difícil, por lo que lo mejor es empezar poco a poco. Cinco minutos. Con tan solo cinco minutos podemos llegar a romper la inercia y el malestar del síndrome post-vacacional. Si nos comprometemos con una tarea, aunque sea durante este breve ratito, día tras día, pronto seremos capaces de alargar nuestro tiempo de productividad. Si celebramos esta pequeña victoria, estos primeros cinco minutos, conseguiremos la motivación para esforzarnos cada día más. Como siempre se dice, una vez se empieza es más fácil seguir.

Otra técnica efectiva para volver a la rutina con mayor facilidad es la gestión del tiempo. Muchas veces es beneficioso (y hasta necesario) planear y organizar con tiempo una tarea. Ahora bien, esta primera fase de planificación no debe extenderse mucho, para evitar quedarnos atascados organizando y nunca pasar a la acción. Los expertos recomiendan una fase previa de planificación que no exceda los 20 minutos: una vez pasada ese tiempo, hay que ponerse en marcha y empezar a enfrentarnos a nuestro plan.

Ponte metas realistas y evita sobrecargarte

Muchas veces esta angustia post-vacacional se debe a una perspectiva errónea de nuestras metas del futuro: es necesario definir lo más claramente posible lo que queremos conseguir, pero sin ponernos retos inalcanzables. Además, muchas veces la mentalidad perfeccionista nos juega malas pasadas, y nos vemos abrumados cuando las cosas no nos salen a la primera. Para evitar este ciclo vicioso, es importante centrarse en el progreso, en nuestros pequeños avances, antes que ofuscarnos en la lejanía de nuestros objetivos. Es aconsejable trabajar sin preocuparse tanto por los errores del camino. Lo importante es avanzar, sea como sea: siempre “se hace el camino al andar”.

También es importante tener en cuenta que muchas veces quien mucho abarca, poco aprieta. Es preferible proponerse pocas tareas a la vez, para no sentirse abrumado y caer otra vez en esta angustia. Si vamos paso a paso, con un máximo de tres tareas a la vez, nos concentraremos mejor y dejaremos de preocuparnos tanto por todo lo que nos falta por hacer.

Aprovecha el momento del día en el que tienes más energía

Todos nos conocemos a nosotros mismos, sabemos si somos más de madrugar o más nocturnos, y eso también es clave para dar lo mejor a la hora de enfrentarnos a nuestras tareas. Es importante aprovechar el momento del día en el que tenemos más energía, más determinación y más facilidad para concentrarnos en algo. Si nos ponemos a hacer cosas cuando estamos en este pico, todo nos resultará más sencillo y seremos muchísimo más productivos (además, la satisfacción al conseguirlo es mayor). Es más, los expertos aconsejan comenzar por lo más difícil cuando concentramos esta energía: nos da una sensación de avance y de logro que nos puede servir para mantener esa motivación durante más rato.

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