Uno de los municipios peor comunicados del entorno metropolitano”. Este es el estigma del que Viladecans ha logrado zafarse en los últimos años para mejorar, y de qué manera, la circulación y conexión con el resto de municipios del Baix Llobregat. Esta transformación se ha materializado este 2024, con la mejora sustancial de la movilidad sostenible, gracias a las nuevas líneas de autobuses, la parada de todos los trenes de cercanías en la ciudad, la apertura de la vía de cornisa la reforma de la comarcal C-245, que ha incrementado la oferta de transporte públic y también el uso seguro de la bicicleta eléctrica AMBici, un servicio que triunfa entre los vecinos.
Son doce meses de cambios donde el transporte público se ha erigido como uno de los grandes pilares de la política municipal para impulsar la movilidad. Es el caso de los autobuses. La mejora que “más valora” Jordi Mazón, teniente de alcalde y regidor de Fomento de la Ciencia y la Divulgación Científica de Viladecans, y profesor del Departamento de Física de la UPC en el Campus del Baix Llobregat, sobre una nueva flota y la implantación de más líneas: “Veníamos de una situación dramática. Hubo un cambio histórico en la concesión de la empresa que gestiona los autobuses metropolitanos”. El traspaso se realizó en 2023. Del grupo Mohn (Grupo Baix Bus) a Avanza, que empezó su nueva andadura inmersa en una situación “crítica” debido al estado de los autobuses. “Eran viejos. No había tiempo para actualizarlos. Se estropeaban y funcionaban muy mal”.
Los problemas dan paso a la sostenibilidad
Sin embargo, en 2024 se ha logrado dejar atrás los problemas gracias a la incorporación de 21 convoyes eléctricos e híbridos. Una mejora que ha llegado junto al cambio en el recorrido de las líneas L82 y L85, que circulan entre Gavà y L’Hospitalet, y también con la mejoría en el servicio expres E98, desdoblándolo en dos nuevas líneas (X83 y X84) para potenciar una conexión más rápida con la avenida Diagonal de Barcelona a través de la C-32. Junto a ello, la reforma de la carretera C-245 entre Castelldefels y Cornellà, con 2,5 kilómetros por Viladecans, ha supuesto un “importante paso” para potenciar la movilidad sostenible entre municipios y hacer aún más atractivo el uso del transporte público gracias a la nueva línea de bus metropolitano Metrobús M5. Una apuesta que ha ganado movilidad y pasajeros tras las históricas reclamaciones.
“Cada diez minutos pasa por todos los municipios entre Castelldefels y Cornellà (por la C-245). Tiene la frecuencia de metro. Yo digo en broma que es la Diagonal del Baix porque une cinco grandes urbes. Se ha construido un carril bici y un carril bus. Esto ha provocado que baje la movilidad de coches y se incremente la de los autobuses, que van más rápido y son más ágiles”, destaca Jordi Mazón. La C-245 ha pasado de ser una convulsa carretera a una avenida urbana. “Las quejas que puede haber es por la velocidad máxima que se ha fijado, de 30 kilómetros por hora. Es un tema de seguridad y salud. Es una vía secundaria. Si uno quiere ir de Sant Boi a Gavà o Viladecans, lo suyo es ir por la zona industrial o por la autopista, pero no por la C-245, porque se ha fomentado que sea una vía para bicis y transporte público”, justifica el teniente de alcalde sobre la velocidad permitida que evita males mayores como accidentes y contaminación. “En Viladecans queremos ser una ciudad neutra de carbono y si pasamos de 30 a 50 km/h, la contaminación incrementa”, añade Mazón, que también pone en valor los puntos positivos de la nueva carretera: “Nos han dicho que hay menos ruido. Mucho autobús y poco coche”.
El cambio de movilidad también ha llegado al transporte privado gracias a la urbanización del barrio de Llevant, que ha posibilitado la apertura de la vía de cornisa con dos carriles por sentido, una velocidad máxima de 50 km/h y aceras para peatones, que ahorra el paso por el centro de Viladecans de más de la mitad del tráfico. Por ahí atajan los vehículos que vienen de la zona alta de la ciudad y de Sant Climent. De este modo, en los barrios de Campreciós y Torre-roja hay menos tráfico. Por tanto, menos contaminación del aire y sonora. Esta nueva ronda funciona como un acceso rápido a la autopista C-32 y la comarcal C-245 desde el norte de Viladecans y el emergente barrio de Llevant. Además, puede ayudar a descongestionar el acceso 50 de la autopista al facilitar el desplazamiento al acceso 52. “La vía de cornisa lo que ha hecho es sacar 3.000 coches prácticamente diarios de la ciudad y es una mejora para todos”, apuntan fuentes municipales sobre una vía que cuenta con un carril bici conectado a la red urbana y al carril bici de la C-245 hacia otras poblaciones del Delta del Llobregat.
Además, Viladecans es una ciudad “entusiasta” del AMBici, el servicio de alquiler de bicicletas públicas del ámbito metropolitano de Barcelona: “Si dividimos el número de usuarios por población, somos el número uno con más usuarios por segundo año consecutivo”. Un “éxito” que para Jordi Mazón se fundamenta en la red de 32,5 kilómetros de ciclo-calles, vías limitadas a 30 km/h y que comparten coches, bicicletas y patinetes eléctricos por donde no pasan los autobuses y tienen un único carril y sentido. “Tener una red conectada ha hecho que la gente vea que circular por la calle en bici es lo más normal del mundo. No por placer, por trabajo”, opina Mazón, quien también destaca otra teoría sobre el uso de las bicicletas en el municipio. “Como hemos sido históricamente los peor conectados de la zona del Baix, cuando no tenía bus o tren la gente descubrió que podía ir en bici a Gavà o Sant Boi”.
En el nuevo escenario, la ciudadanía dispone ahora de diferentes medios de transporte para moverse por el Baix. También en temporada de verano, pues Viladecans cuenta con un servicio de autobuses gratuitos los fines de semana para desplazarse hasta las playas de la Murtra y la Pineda (VB4): “Es una línea que cada hora que te sube y baja a la playa. El año pasado introdujimos un cambio que ha ganado adeptos y ahora te deja al pie de la arena (junto al aparcamiento). Antes tenías que caminar 15-20 minutos”.
El cambio avala una circunstancia muy relevante para la urbe: en 2025 se convertirá en la Ciudad Verde Europea, al lograr el premio Green Leaf para municipios de menos de 100.000 habitantes. “Una de las cosas que nos hizo ganar este sello fue el compromiso de ser una ciudad neutra de carbono en 2030. Para ello hay que reducir emisiones y el 60% proviene de la movilidad”, culmina Jordi Mazón remarcando los desafíos ambientales urbanos para demostrar que la sostenibilidad en Viladecans es posible y una prioridad. III
Atención viajeros: paran todos los trenes |
El autobús no ha sido la única gran novedad que ha revolucionado en el último año Viladecans, porque todos los trenes de la línea R2 de Rodalies ya paran también en el apeadero de Renfe de la ciudad durante los días laborables, con una frecuencia de paso de uno cada diez minutos o menos en horas punta. “Llevo como concejal desde 2015 y he leído en el pleno municipal hasta seis mociones en siete años, con el apoyo de todos los grupos”, sobre esta reclamación, que se hizo efectiva el 11 de diciembre de 2023, recuerda Jordi Mazón. “Viladecans tiene 67.000 habitantes y un desarrollo de oficinas en el Parc de Negocis con la sede de Vueling o Unilever, donde trabajan miles de personas al lado de la estación. Era una necesidad, no solo para los vecinos, sino también para toda la gente que viene a trabajar a Viladecans y no coge el coche para entrar. Es imposible construir una ciudad neutra de emisiones con una estación en la que no paran todos los trenes”, añade el teniente de alcalde, que tarda 40 minutos desde el municipio hasta la Plaza Catalunya de Barcelona entre bus y metro: “Es un tiempo más que competitivo”. La mejora de frecuencias ha sido largamente reclamada por el Ayuntamiento y por la ciudadanía en estos últimos 15 años. Precisamente, en 2017 se puso en marcha una campaña ciudadana de recogida de firmas. Treinta y dos años después de la llegada del tren en Viladecans, se finiquita un agravio histórico para la tercera ciudad más poblada de un corredor ferroviario que atraviesa seis comarcas. En el momento de su construcción, la estación estaba en las afueras del municipio y se concibió como un apeadero. Desde entonces, se han creando nuevos espacios residenciales y de actividades económicas alrederor alrededor de las vías. Actualmente, cerca de 7.000 viajeros utilizan diariamente los servicios ferroviarios, pero la mejora de frecuencias puede ser un aliciente para incrementar sustancialmente este dato. El siguiente gran paso es convertir el apeadero en una gran estación (ya proyectada por el Mitma). “Va a ser como un ‘hub’ de la movilidad, un nexo de comunicación complejo. No habrá que esperar décadas, solo un par de años para que empiecen las obras”, destacan fuentes consistoriales. |