El último ronin
Desde hace casi tres décadas, la rentabilidad es el criterio que parece regir en la producción de cualquier cosa que se lance al mercado con el logotipo de las Tortugas Ninja. También en el ámbito del cómic, donde vienen siendo recurrentes los crossovers con otras franquicias (Cazafantasmas, Power Rangers…) que para generar ventas apelan a la nostalgia o al cariño de los lectores por los personajes, pero que luego no ofrecen una historia interesante, ni bien contada, ni… Salvo excepciones. Y una de ellas es El último ronin. Tom Waltz, con Esaú e Isaac Escorza a los lápices y el apoyo de Kevin Eastman, han sabido componer un tebeo dramático y épico que nos traslada a un futuro distópico, inspirado en 1984 de Orwell, para narrar la última cruzada contra el mal de uno de los cuatro protagonistas tras sobrevivir al asesinato de sus tres hermanos. Si vais a leer un cómic de las Tortugas Ninja escrito y dibujado después de 1993, os recomiendo este
Obras Maestras Marvel: Daredevil (2 de 4)
Si Kevin Eastman y Peter Laird se inspiraron en los tebeos que Frank Miller estaba escribiendo y dibujando a principios de los ochenta para crear Las Tortugas Ninja es porque el artista de Maryland se había convertido en un referente ineludible en el noveno arte gracias, sobre todo, al trabajo que desarrollaba en Daredevil. El cedazo del tiempo ha acabado por situar aquellas narraciones que Miller compuso entonces para el justiciero ciego como una de las grandes cimas del cómic de superhéroes. Y justamente este mes podréis encontrar en las mesas de novedades el segundo tomo (de cuatro) de la lujosa reedición que Panini Cómics está publicando de estas historias en las que Miller muele la arena de las calles de Nueva York en cada página, mezclando el pijameo con el noir, el retrato social con lo religioso.
Dragon Fall: Integral nº1
Si hablamos de franquicias populares en los noventa, sin duda, una de las más importantes fue Dragon Ball. ¿Qué niño del Baix Llobregat en los noventa no siguió las aventuras de Son Goku, Vegeta y compañía? Como casi todo aquello que se vuelve popular, la obra de Akira Toriyama no pudo evitar las parodias. Y, en nuestro país, el dibujante Álvaro López y el guionista Nacho Fernández hicieron reír a miles de lectores con Dragon Fall, un cómic que comenzó como reescritura humorística del manga, pero que acabó por encontrar su propio camino argumental. Con motivo del treinta aniversario de la publicación de su primera entrega, la editorial balear Dolmen lanza este mes es el tomo con el que inaugura una edición integral que recopilará la obra completa en cuatro volúmenes.