Según un estudio colaborativo del Hospital de Bellvitge y el IDIBELL, la alta contaminación del aire conlleva un aumento de las prescripciones de antibióticos (y por ende, una mayor resistencia a los antibióticos). A pesar de que la contaminación llega a irritar el aparato respiratorio y hacerlo más vulnerable ante las bacterias, muchas veces se recetan antibióticos por un diagnóstico erróneo, y las afecciones respiratorias no se deben a un ataque bacteriano. Este uso indebido y excesivo de los antibióticos desemboca en una aparente resitencia bacteriana que reduce la eficacia de los fármacos ante determinadas infecciones.
Los días con mayor índice de contaminación en el aire se recetan más antibióticos. Así lo demuestra un estudio colaborativo del Hospital Universitario de Bellvitge (HUB), el Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL) y el Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Infecciosas (CIBERINFEC).
Según este estudio, hay una fuerte relación entre la contaminación ambiental y la resistencia a los antibióticos, que son dos de las grandes preocupaciones de la salud pública mundial. De hecho, son las causas detrás de más de 10 millones de muertes prematuras cada año. Y es que los contaminantes presentes en el aire (en especial las partículas PM10, PM2.5 y NO2) aumentan el riesgo de padecer infecciones respiratorias, ciertos cánceres e incluso demencia.
En el caso de las infecciones respiratorias, los antibióticos son el principal tratamiento prescrito desde atención primaria, y muchas veces se debe a un diagnóstico erróneo, porque las afecciones pueden estar causadas por virus u otros patógenos, no bacterias. Además, parece que la población cada vez toma más antibióticos y llega a hacer un uso excesivo o incorrecto. Estos factores contribuyen a que los antibióticos pierdan su eficacia ante una verdadera amenaza bacteriana: las bacterias terminan desarrollando una resistencia a estos fármacos que hace que las infecciones sean imposibles de tratar.
El Dr. Jordi Carratalà del Hospital de Bellvitge, especializado en enfermedades infecciosas, ha liderado este nuevo estudio. Según ha revelado Carratalà, “la contaminación irrita las vías respiratorias y provoca síntomas parecidos a una infección, de ahí que aumenten los diagnósticos erróneos en atención primaria”. Además, muchas veces “se termina desarrollando una verdadera infección bacteriana mientras el sistema inmunitario está luchando contra las partículas contaminantes del aire”, ha añadido.
A raíz de esta creciente alarma en el sistema sanitario, las tres entidades han colaborado en la elaboración de un análisis estadístico completo, que han publicado en JAMA Network Open. El estudio ha recopilado datos diarios sobre las partículas contaminantes del aire en las once ciudades más pobladas del territorio catalán durante un periodo de ocho años, sumando hasta 1,9 millones de habitantes. Estos datos se han relacionado con las prescripciones de antibióticos por afecciones respiratorias en atención primaria (en este mismo periodo y las mismas ciudades), que han superado los ocho millones. Gracias a este estudio, la medicina está más cerca de comprender los verdaderos efectos de la contaminación en la salud global. Es el primer análisis que se publica sobre este tema, por lo que todavía queda mucho por investigar, tanto en Cataluña como en el resto de las regiones del mundo, para poder comparar los resultados y confirmar la teoría.