Pese a sus dimensiones, si su importancia estratégica y su elevada operatividad, el aeropuerto de Barcelona-El Prat no acaba de estar bien visto por los viajeros que lo han utilizado durante estas pasadas vacaciones de verano. Según un reciente estudio elaborado por Holidu, el portal de internet líder en reservas de casas de vacaciones, las terminales barcelonesas caen a la parte baja de la tabla, en concreto hasta el puesto número 30 en el ranking de los44 aeropuertos nacionales, tres puestos por debajo de los resultados hechos públicos en septiembre de 2023 La clasificación de Holidu se elabora en función de las valoraciones y comentarios de los propios pasajeros, que son objeto un exhaustivo análisis una vez extraídos sus datos las reseñas de Google Maps. La nota media de la infraestructura es de cuatro estrellas (sobre un máximo de cinco)
El aeropuerto de El Prat se sitúa por detrás del de Madrid-Barajas, pese a que el año pasado el aeródromo capitalino estaba uno por detrás del Barcelona. En este nuevo informe de Holidu, las terminales de Barajas escalan hasta la posición número 21, lo que supone una significativa mejora. También se colocan por encima del aeropuerto de Barcelona en la lista de preferencia de los usuarios el de Valencia (puesto 28), el de Bilbao (18), el de Palma de Mallorca (11) y el de Girona (sexto), el mejor clasificado de la red catalana.
La ‘liga’ española de aeropuertos, según las opiniones de sus usuarios, está encabezada por el Aeropuerto de El Hierro, al que acompañan en el podio los de La Gomera y Fuerteventura (todos ellos en Canarias). Les siguen las instalaciones de Alicante-Elche y Menorca, cuarta y quinta respectivamente. Los peores aeropuertos de esta lista son los de Valladolid (40), Melilla (41), Castellón (42), Huesca-Pirineos (43) y Logroño (44).
Las buenas opciones sobre el aeropuerto de Barcelona (que las hay y muchas en Google Maps) alaban el buen hacer de los empleados de las terminales y la elevada calidad de los servicios que prestan. Los pasajeros definen la infraestructura aérea Barcelona como “funcional, cómodo, amplio, bien estructurado y bien señalizado”. Lo que los usuarios más valoran de las terminales son los puntos de recarga para el móvil, los espacios de trabajo para enchufar el portátil, las terrazas para fumadores, los dispensadores de agua potable en los baños, la limpieza y la amplia oferta comercial y de restauración.
Por el contrario, los comentarios negativos se ceban con el estado de la T-2 (“muy antigua y descuidada” y con “las largas colas para todo” (para embarcar, en los controles de acceso y en los de supervisión de pasaportes en la zona de llegadas, para ir al baño o para coger un taxi) y con “la mala organización” en general, mucho más palpable en verano, debido al incremento de la actividad en las pistas y las terminales.
También reciben lo suyo la gestión de las maletas (“un desastre”, según un usuario, y “la más lenta del mundo”, según otra opinión), la falta de asientos en las salas de espera, la ausencia de personal de información a altas horas de la madrugada y los robos en las terminales y en el aparcamiento. “El aeropuerto debería ser más ágil y eficaz”, sintetiza un pasajero en su reseña recogida por Holidu. Los usuarios tampoco están contentos con los precios de las comidas y bebidas, que siguen siendo “muy altos”.