La construcción de la futura autovía B-25 –el ramal que dentro de un año aproximadamente conectará la autopista A-2 con la autopista C-32- tiene patas arriba la entrada y salida de Sant Boi en dirección Cornellà, lo que repercute directamente en la circulación de toda la ciudad. Para evitar encontrarse con accesos cerrados o improvisar desvíos imprevistos, el Ayuntamiento de Sant Boi recomienda habituarse a tomar rutas alternativas que eviten el paso por la comarcal C-245, al menos, mientras duren las obras.
Las obras de la ansiada B-25 -que comenzaron en julio de 2023 y las ejecuta el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible (Mitma)- han alcanzado su hipotético ecuador y avanzan a velocidad de crucero hacia sus fases más decisivas. Los avances de los trabajos perfectamente visibles en el puente de Cornellà (donde ya se han asfaltado los carriles ampliados de la calzada central) y se ha diseñado una nueva conexión con la BV-2002 (o carretera de Sant Vicenç dels Horts).
Desde que las excavadoras y los encofrados de hormigón tomaron los aledaños del acceso a Sant Boi y la C-245 desde la A-2 y de la propia comarcal -en el sector Oasis y la rotonda de La Parellada- se ha intentado minimizar las molestias a los conductores y se ha hecho coincidir los cortes importantes de tráfico y los cierres de viales al horario nocturno y los fines de semana. Pero ahora, dada la complejidad de la obra, el principal acceso al barrio Centre –por el sector del Oasis- va a mantenerse cerrado hasta que acaben las obras. Así que a los conductores afectados no les queda otra que ponerse las pilas y desplegar su particular plan B, que evite los atascos y la desorientación que vienen parejos a las restricciones.
Si el desplazamiento que se pretende realizar es buscar el tronco central de la autopista C-32 debe evitarse a toda costa la rotonda de la Parellada y la C-32 por lo que la vía de escape será la Ronda de Sant Ramon, tanto si se viene desde Marianao como desde Camps Blancs. El truco es continuar hasta el final de la ronda y buscar la avenida Aragón y la Riera Fonollar (pasando frente a la comisaría de la Policía Municipal) y seguir después por las avenidas Prat de la Riba y Mare de Déu de Núria hasta la rotonda que conecta directamente con la C-32. Este itinerario también se recomienda para los viajes en sentido contrario, es decir, desde la salida Sant Boi/Viladecans sud de la C-32 hacia el interior del municipio pro el polígono industrial Can Calderon.
Si se pretende ir hasta El Prat prácticamente desde cualquier punto de la ciudad, esquivando las obras de la C-245, lo mejor es desembocar en la Ronda de Sant Ramon y desde ahí salvar la rotonda de la C-245 (contigua al ambulatorio de Vinyets) continuar por la avenida de la Riera Roja y utilizar como vial alternativo a la comarcal la avenida de Marina (fachada posterior del centro comercial Alcampo) hasta la carretera del Prat y la C-31C. Para el camino de vuelta hay que seguir idéntico itinerario, pero en dirección contraria.
El tercer trazado alternativo debe seguirse si lo que se pretende es acceder fácilmente a la C-32, en dirección a Cornellà y el nudo del Llobregat, sin pasar por el calvario de la rotonda de la Parellada, que estos días está saturada al máximo, porque el habitual camino de zona del Oasis está cortado y seguirá cortado por largos meses más. La solución alternativa es olvidarse de la C-245 y buscar la carretera de Sant Vicenç (BV-2002) hasta la rotonda de les Ovelletes y desde ahí entrar directamente en la calzada principal de la A-2. Y si lo que se quiere es acceder a la ciudad cuando se circula por la A-2 desde Pallejà en dirección Cornellà lo que hay que hacer es tomar la salida 602 de la A-2 que conduce directamente a la rotonda de les Ovelletes y a la BV-2002.
Los dos primeros caminos alternativos seguirán siendo recomendables una vez que acaben las obras. Y es que cuando entre en servicio la B-25, la comarcal C-245 se convertirá en un vial puramente urbano (de esos que es mejor evitar para no ir dando saltos de semáforo rojo en semáforo rojo) mejor usar el comodín de la ronda de Sant Ramon. El ‘atajo’ de les Ovelletes dejará de tener sentido cuando entre en servicio la B-25 porque habrá una entrada más directa. “La conexión de la comarcal C-245 con el Barri Centre permanecerá cerrada de manera indefinida, porque el proyecto prevé un nuevo trazado que se irá construyendo a medida que el curso de las obras”, han explicado fuentes del Ayuntamiento de Sant Boi.
Donde las cosas van estar peor estos doce meses que se vienen por delante y hasta que se estrene la futura autovía es en los accesos al Barrio Centre desde la C-245. Durante todo este periodo no va a poderse entrar ni salir por el habitual ramal de Bonaventura Calopa y Maria Girona (zona de Les Termes) porque está y va a seguir estar cerrado completamente al tráfico.
A día de hoy, no se puede acceder a la zona ni viniendo de Cornellà ni viniendo de Viladecans. Tampoco se puede salir en dirección a Cornellà, aunque sí que está abierto el camino para incorporarse a la C-245 en dirección a Viladecans (por la gasolinera del Oasis). Si la meta final es Cornellà (o la A-2 en dirección al nudo del Llobregat) también se puede utilizar esta vía de escape del Oasis y hacer un cambio de sentido en la rotonda de la Parellada para volver a la C-245. Sí que es posible entrar al centro de Sant Boi. Marianao y Ciutat Cooperativa por la C-245 si se circula desde Viladecans. La clave es tomar el ramal de salida que conecta con la carretera de San Vicenç (BV-2002) y seguir hasta la ‘rotonda del Psiquiátrico’.
La alternativa para entrar al Centre y a Vinyets-Moli Vell desde la C-245 circulando desde Cornellà es pasar la rotonda de La Paralellada y justo después tomar el lateral y girar por la calle del Pare Pere Tarrés (campo de ‘la Moli’) o bien por Sant Joan Bosco (Espucarn) y desde allí buscar Bonaventura Calopa. Esta ruta Pere Tarrés-Bonaventura Calopa es la que siguen actualmente los autobuses de las líneas L74, L77, M75 y X79 para entrar en Sant Boi.
La futura autovía B-25 va a suponer un cambio radical en los accesos a Sant Boi porque la conexión directa entre la C-32 con la A-2 (de 2,1 km) desviará todo el tráfico de paso que actualmente atraviesa el centro urbano por la congestionada rotonda de la Parellada y que se estima en unos 35.000 vehículos diarios. Además, el proyecto –dotado de una inversión de 65 millones de euros- mejorará los accesos en la ciudad con una nueva entrada más segura desde el norte, por la zona del Oasis y otras dos desde el sur por la C-32 (calle Alicante y Carretera del Prat). También mejorarán sus conexiones el Parc Agrari del Baix Llobregat parque agrario y la zona industrial. Y la rotonda de la Parellada pasará a mejor vida, reemplazada por dos nuevas rotondas más ágiles.
La B-25 traerá de la mano un nuevo tramo de carril bici de 750 metros que aprovechará la ampliación del puente de Cornellà. En resumen, cuando cese este calvario, “se reforzará el papel de la C-245 como vía urbana y como motor de la movilidad sostenible” de la ciudad, han asegurado fuentes municipales.