Este pasado jueves 24 de octubre se ha celebrado en la antigua mazmorra municipal un Pleno extraordinario (como muchos de importancia) definible como atropellado y breve sobre un nuevo impuesto ecológico que se conoce ya, bien propiamente en toda España como el “basurazo”. Con este neologismo se resume ya de lo que se trata.
Porque si el emperador romano Vespasiano impuso un impuesto sobre el uso de la orina de las letrinas a los curtidores -con su famosa frase de que “el dinero no huele”, este jueves se trataba en Sant Boi de eso, de penalizar con tributos la generación de basuras locales que ya son aprovechadas en buena parte. Estamos actualmente en un 37% de recogida selectiva y la UE quiere que se llegue al 50% de toda la basura producida en el 2030.
Pero en Hispania se nos quiere hacer pagar por todo el coste del tratamiento al 100%, retorciendo -la norma UE 2008/98- ley 7/2022- y eso que los inspectores de Hacienda (su Asociación) han propuesto reformar la regulación de la nueva tasa de basuras porque creen que creará un caos municipal. Al ser escasa e ineficiente, nos creará inseguridad jurídica.
Por ello, había desde el inicio en el Pleno el gran atolondramiento en conseguir, como fuese y muy rápido la aprobación de la norma. Nada de didáctica sobre el tema. Ya pasó con las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE). Corría el plazo, había retrasos, tal vez penalizaciones por no disponer de los dispositivos necesarios; después un reglamento confuso y rigorista, con posibles alegaciones. Y claro, una gran bolsa de ignorantes y perjudicados por las nuevas limitaciones de circulación.
Ahora, por supuesto, con la nueva tasa de basuras ha habido también un agradecimiento expreso a los técnicos municipales que han cubierto el expediente al galope una vez más. ¿De qué se trata? Según la brevísima lectura de la edil González, debemos saber que habrá 12 tramos tarifarios, que podrán haber reducciones, según alguna casuística, y que el cobro del aumento se repercutirá en el recibo bimensual del agua (solo ocurre en Barcelona y su zona metropolitana). Ya en 1992-2002, estalló la guerra del recibo del agua, con 200.000 resistentes a pagar los impuestos en la tarifa de suministro. ¿Qué ocurrirá ahora?
Habrá unas tarjetas magnéticas limitativas para acceder a los contenedores y probablemente una serie de violaciones a la privacidad de los datos personales, dado que eso ya está ocurriendo en sitios donde se ha implantado. Control de matrículas en las ZBE, ahora el control personal sobre nuestro consumo y generación de residuos. Acaba la privacidad personal ( en medicamentos y desechos higiénicos, por ejemplo…). Recordemos que la recogida selectiva y puerta a puert, le costó a Bildu en 2021 una gran pérdida de votos, dada su implicación en un tema de gran control social en una zona además tensionada por su pasado terrorismo. También recuerdo en diversos viajes a Sicilia la gran cantidad de bolsas de basura lanzadas en lugares diversos, al haberse implantado la recogida selectiva. Y el fiasco de Colau con la recogida puerta a puerta que amotinó el barrio de Sant Andreu. Habrá, eso sí, muchos tramos de recogida de basuras y con unas tasas complejas de descifrar para los comercios.
Hubo un corto turno de intervenciones previo a la votación.
VOX (edil García Carrés): Comentó el gran retraso habido y que las tasas de basuras nuevas son un simple incremento con limitaciones personales para el ciudadano medio, con los nuevos procedimientos. No le gustó el control de la tarjeta magnética.
COMUNS (edil Pérez): Alabó de nuevo a los técnicos y poco más.
ERC (edil Mendoza): se quejó de la falta de información y de la aplicación de la tasa en el recibo del agua, con dudas sobre su conveniencia. Expuso casos de compostaje privado, que no están recogidos. El edil Ros expuso dificultades con las tarjetas y pidió un estudio con más profundidad.
PP (edil Ortega): Recorrió la singladura legal de la nueva norma y consideró el traspaso del Gobierno a los Ayuntamientos. Se refirió a los extravíos de tarjetas, a las 40 aperturas, a la tarifa básica y la tarifa reducida.
La votación: VOX en contra; PP y ERC, abstención y PSC y Comuns, a favor.
La Alcaldesa, Lluïsa Moret, recordó la obligatoriedad de la Ley UE y el consenso a favor del tributo de los 11 ayuntamientos metropolitanos. Y el ideal del residuo cero. Se refirió también a cambios en los contenedores y a procurar una distancia de 400 m a los ciudadanos.
En una ciudad de 84.000 habitantes, un tema mayúsculo como las basuras se ha aprobado con gran precipitación, ¿habrá que readaptarlo?