El Llobregat

David Quirós: “Por primera vez la gran transformación va a producirse en el corazón de L'Hospitalet”

Xavier Adell | Viernes 10 de enero de 2025
David Quirós Brito (PSC) nació en el barrio de Pubilla Casas, en L’Hospitalet, en 1975 y desde el pasado 15 de junio de 2024 es el alcalde de su ciudad, tomando el relevo al frente del consistorio de la también socialista, Núria Marín.En el momento de hacerse con la vara de mando, Quirós era el teniente de alcalde de Servicios a las Personas de la segunda ciudad de Cataluña, con competencias en innovación, educación, cultura, deportes y personas mayores, aunque comenzó como concejal en 2016. Entre sus logros políticos destacan el proyecto L’Hospitalet 6.0 de transformación digital urbana y el Distrito Cultural de la ciudad. El nuevo primer edil es diplomado en relaciones laborales por la Universidad de Barcelona (UB) y máster de dirección pública por la Universidad Ramon Llull (URL). Está casado y tiene una hija y un hijo.

Con entusiasmo. Así ha asumido David Quirós el privilegio de ser el alcalde de L’Hospitalet, su ciudad natal. Y esas ganas de transformar su urbe desde el centro, desde su corazón se le notan en los ojos, que brillan, Y en la ilusión que rebosa al exponer su proyecto político para la segunda ciudad de Cataluña. Atiende a El Llobregat en su despacho después de departir con alumnos de cuarto de primaria de un centro escolar del municipio a los que ha prometido que va a convertir L’Hospitalet en una ciudad “jugable”, incorporando a los espacios públicos la visión de los más pequeños, para que también la hagan suya, la disfruten y la compartan. Como hicieron con orgullo él y este periodista en su infancia, pese a las carencias de la época, que no impedían convertir las calles y las pocas zonas verdes disponibles en lugares de juego donde vivir la ciudad. De eso se trata. De lograr, con proximidad y gracias a su trato afable y directo, que los ciudadanos vuelvan a sentirse orgulloso de ser de L’Hospitalet.

Se te intuye muy ilusionado con el nuevo cargo de alcalde de L’Hospitalet ¿Era tu objetivo político?
No. Ni ser alcalde ni ser concejal. Pero cuando entras en el juego político evidentemente tienes más posibilidades. Estaba cómodo como teniente de alcalde, lo estaba disfrutando pero en el momento en el que Núria Marín decide dar un paso al lado y el partido considera que cumplo con el perfil para sustituirla, yo asumo esa responsabilidad. Y sí, me ilusiona. Si no estás ilusionado y motivado no puedes asumir un cargo así, porque es un trabajo de 24 horas al día. No hay mejor regalo que ser el alcalde de una ciudad como L’Hospitalet y lo he recibido con todas las ganas del mundo.

L’Hospitalet siempre ha sido comprensivo con los alcaldes recién llegados…
Estoy muy agradecido por cómo está siendo la acogida. Siento que la gente me está dando un poco de margen como nuevo alcalde con la esperanza de que todo vaya bien. Sentirse acogido, ayuda. Si generas rechazo es más difícil trabajar y yo estoy sintiendo ese calor en la ciudadanía.

Esas muestras de afecto son un aliciente.
Sí, por supuesto. Hace un mes visité la finca donde nací, en la avenida del Bosque, porque me lo pidió la presidenta de la comunidad. Los que habían sido mis vecinos me recibieron emocionados, orgullosos y esperanzados porque alguien de los suyos se había convertido en el alcalde de su ciudad. Fue un subidón. Gestos así te dan gasolina.

¿Cómo es la ciudad que te has encontrado y cómo quieres que sea cuando acabe el mandato?
El L’Hospitalet que me he encontrado es esa ciudad que se ha ido construyendo a base de mucho esfuerzo desde el año 79, desde el inicio de la democracia. Una ciudad que ha sufrido diversas transformaciones y que ahora mismo tiene la oportunidad de generar una nueva gran transformación que, por primera vez, va a intervenir en el corazón de la ciudad. Y pasa por seguir proyectando y desarrollando todas las estrategias vinculadas con el desarrollo económico en el entorno de la Fira, del futuro clúster biomédico Biopol de la zona sur (en el entorno del Hospital de Bellvitge). Y pasa por aprovechar la gran oportunidad que supone la llegada del nuevo Hospital Clínic al norte de la ciudad.

Actuar en el corazón de la ciudad significa hacerlo en el Samontà (los barrios de compleja orografía del norte), seguramente la zona más deprimida de la ciudad.
Sí. Somos conscientes de que el Samontà en un sector de solo dos km2 con una altísima densidad de población en el que es necesario intervenir de verdad, porque la ciudad lo necesita. Y hay que actuar con una visión global, en todos los ámbitos. Hay que aprovechar la llegada del Clínic para hacer una ciudad mucho más amable, mucho más sostenible y que los ciudadanos la hagan suya, que los espacios públicos se puedan disfrutar y compartir y que la gente se sienta orgullosa de vivir en L’Hospitalet, que sepa que vive en el mejor lugar del mundo. Este es el gran reto que nos hemos marcado.

¿Es L’Hospitalet una ciudad insegura? Los vecinos de lugares como la plaza de Solidaritat, del parque de la Marquesa o de los Blocs Florida, se quejan...
No. Tenemos una ciudad de una complejidad evidente pero los datos de inseguridad y de delincuencia están en la media de Cataluña. Otra cosa es la percepción de inseguridad, y contra eso sí que tenemos que luchar, porque la percepción es peor que la propia inseguridad. El ciudadano debe sentirse seguro y tranquilo y para eso no solo hacen falta políticas dirigidas a que la ciudad esté mejor mantenida, más limpia y que sea más amable. También se necesita más policía. En eso estamos trabajando con consellera d’Interior de la Generalitat, Nuria Parlón. Va a haber una mayor presencia policial y nuevos protocolos que van a permitir coordinar mejor a los Mossos d’Esquadra con la Guàrdia Urbana. La delegación del Gobierno también va a aumentar la presencia en la ciudad de la Guardia Civil y la Policía Nacional en el ámbito de sus competencias.

Pero las quejas ciudadanas están ahí...
Es verdad que tenemos un problema, pero no es de seguridad. Es de civismo. Como con los patinetes, que es el tema que más preocupa, mayoritariamente, a nuestra gente mayor, que no se siente segura en la vía pública por el uso incorrecto que se hace de los patinetes. Aunque tampoco es algo que solo ocurra en L’Hospitalet, es un problema metropolitano. Por eso insistimos en que la DGT ha de controlar esos vehículos, mediante matriculas, y que los obligue a tener un seguro. Eso nos dará más herramientas para intervenir, para perseguir esas actitudes que ponen en peligro a los peatones y que generan sensación de impunidad, y a sancionar. Hay que modificar la normativa.

No solo es un problema de patinetes…
No, claro. Hay otro elemento más vinculado a la inseguridad que es la multirreincidencia, que también es un problema metropolitano. Se van a crear nuevos juzgados y es imprescindible que L’Hospitalet se beneficie de ello. Si los policías hacen su trabajo, pero un delincuente entra y sale 40 veces al año de la comisaria sin consecuencias eso genera la sensación ciudadana de que no se hace nada, de que hay impunidad y eso desmotiva a los agentes. Los nuevos juzgados han de dar cobertura a todo el territorio, no solo a Barcelona, porque en L’Hospitalet sufrimos esas situaciones que son consecuencia de la inseguridad. En L’Hospitalet hay tres espacios que están dentro de nuestro término municipal pero que son el blanco de hurtos y de robos de delincuentes multirreincidentes porque son fronterizos con Barcelona y porque están relacionados con el turismo de ocio y de negocios: la Fira, Collblanc (por su proximidad al Camp Nou) y el entorno de la parada de metro de La Torrassa, porque la utilizan viajeros procedentes del aeropuerto (L9).
En una ciudad tan multicultural, multiétnica y con tantas nacionalidades en tan poco espacio como L’Hospitalet ¿Hay problemas de convivencia?
No. No los hay. Lo que ocurre es que hay varios casos puntuales de incívismo que generan desconfianza, lo que no deja de ser normal. En la ciudad no hay ningún foco con tensiones porque hemos desarrollado políticas públicas desde la mediación y desde el ámbito cultural que garantizan el uso compartido y natural de los espacios comunes. Pero hay incivismo. Y eso es lo que hay que combatir.

¿Qué se ha hecho en este primer medio año de tu mandato como alcalde?
En primer lugar, hemos ordenado la maquinaria interna municipal (con casi 1.800 trabajadores públicos) precisamente para afrontar estos retos que tiene la ciudad y dar respuesta a las prioridades que nos hemos marcado desde 15 de junio. En este escenario, estamos centrando los esfuerzos en aprovechar las oportunidades que, cómo antes decía, vienen de la mano del Clínic y del Bioclúster y también del desarrollo de la Fira de Barcelona. Lo que hemos de hacer ahora es interconectar el talento, la investigación y el conocimiento del norte y el del sur y unirlos con un eje que atravesará el corazón de la ciudad, aprovechando las posibilidades del futuro intercambiador ferroviario de La Torrassa, una estación central que permitirá descongestionar la estación de Sants y mejorará la conectividad de los trenes de toda Cataluña. Eso es intervenir en el corazón de la ciudad.

¿Por qué es tan necesaria la conexión norte-sur?
Porque la apertura de ese eje norte/sur permitirá intervenir en el Samontà (barrios de Collblanc, La Torrassa, Pubilla Casas y La Florida) a través de políticas urbanísticas de transformación del espacio público y de políticas sociales, económicas y educativas. Pero necesitamos la complicidad y colaboración de todas las instituciones, de todos los agentes y de todo el que quiera sumar. Esta es la forma también de encaminar a L’Hospitalet hacia los retos del 2030 y 2050 de descarbonización y reducción de la contaminación. Hay que lograr que L’Hospitalet dé respuesta al proyecto vital de los más de 280.000 habitantes que tenemos y que han escogido esta ciudad para vivir.

La situación es especialmente complicada en el Samontà, con un parque de viviendas muy viejo y una gran densidad de población y no parece nada sencillo poder intervenir ahí. Se han hecho cosas, es cierto, pero da la impresión de que no puede hacerse urbanísticamente mucho más. ¿Es así?
Es verdad que ha habido mejoras en el Samontà en las últimas décadas pero no han sido suficientes. Ha llegado el momento de elevar el foco y planificar una transformación que supere todo lo que se ha hecho hasta ahora. Hay poco espacio, el parque de viviendas está muy envejecido y los pisos son muy pequeños. El 87% de las viviendas son de la época del franquismo, con las carencias que eso conlleva. Por eso hemos planteado a la consellera Sílvia Paneque (Territori, Habitatge i Transició Ecològica) que nos urge que el tan necesario plan de vivienda que impulsa el Govern vaya más allá y en L’Hospitalet también permita invertir en reformas, en rehabilitación de edificios y en dignificar el parque de viviendas, no solo en obra nueva.

Dignificar un parque de viviendas tan grande y tan deteriorado parece una misión titánica…
Tendremos que ser capaces de hacerlo. Hay ciudades que lo han hecho. Hay experiencias internacionales de éxito en ciudades mucho más complejas y con muchas más dificultades que L’Hospitalet que han sido capaces de transformar el espacio urbano con soluciones coordinadas.

Cómo por ejemplo…
Medellín (Colombia), que estaba en el top de las ciudades más peligrosas y menos sostenibles del mundo, y que ha sido capaz de conectar la montaña con el valle, de generar espacios culturales, de acabar con la violencia... También se puede conseguir en L’Hospitalet pero habrá que tomar decisiones complicadas que tendrán que consensuarse y que necesitarán de la complicidad de todos, la intervención de todas las administraciones.

Difícil...
Sí. Es complicado, pero es imprescindible para garantizar la cohesión social y la igualdad de oportunidades. Porque la vivienda es el elemento sobre el que muchas veces pivota todo el desarrollo y el futuro de las familias. Hay viviendas en condiciones muy precarias y al dignificarlas con una visión global se garantizan también las mejoras sociales, educativas, culturales y económicas que generan esa igualdad de oportunidades. Por ejemplo, trabajamos en la configuración de diferentes bulevares donde el ciudadano empiece a ganar espacio, Como la avenida Isabel la Católica -desde la plaza del Pilar hasta La Farga-, la avenida Electricidad -que conecta Esplugues con el intercambiador de La Torrassa- y el Torrent Gornal, que unirá el Clínic con el Biopol, pasando por la estación central y el equipamiento del Tecla Sala, que concebimos como el epicentro de la transformación cultural. Es un reto apasionante y a la vez urgente, porque si no actuamos en los próximos diez años el panorama puede empeorar aún más.

¿Eso significa que se van a necesitar diez años para revertir la actual situación?
Cuando se planifica con una visión urbanística de este calado, los resultados necesitan tiempo. Si somos capaces de acordar pronto con el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible el inicio del soterramiento de las vías que permitirá construir el intercambiador de La Torrassa, todo lo demás vendrá rodado.

¿Como está el proyecto del soterramiento?
Está en vías de publicarse el estudio informativo. Se necesita el intercambiador para mejorar todo el transporte ferroviario de Cataluña, porque conectará todas las líneas que van de montaña a mar y viceversa sin necesidad de los actuales transbordos que hacen perder mucho tiempo, lo que atraerá nuevos usuarios. Aún siguen las negociaciones pero van a salir adelante.

Que el PSC no tenga la mayoría absoluta en el plenario municipal favorece que la oposición se alíe contra el gobierno. ¿Hay visos de cambio?
Lo dije en toma de posesión: estoy dispuesto a hablar, a negociar, a pactar con todos los partidos que tengan interés y se preocupen por la ciudad. A partir de ahí, hay que ser políticamente maduro para diferenciar lo que suma del oportunismo.

¿Hablar también con el PP?
Yo tengo buena relación con Sonia Esplugas (la portavoz municipal). Hablamos más de lo que la gente puede incluso llegar a pensar. Tengo la sensación de que Sonia esta por la labor de sumar y de que encontraremos puntos de encuentro en muchos temas. Es el juego de la política. La madurez que antes decía. Cada uno defiende un modelo de ciudad. Pero todos lo hacemos desde la buena intención de sumar y mejorar. Pero nuestro socio preferencial es L’Hospitalet En Comú Podem. Hemos gobernado esta ciudad 15 años con ellos, cuando lo hemos necesitado y cuando no. Desde el primer día le he invitado a sentarnos en una mesa y avanzar porque tenemos mucho en común. Ellos tienen sus propias preocupaciones en el ámbito del urbanismo y de la vivienda pero podemos perfectamente llegar a acuerdos que permitan dibujar juntos la ciudad del 2050.

¿Un pacto de gobierno a la vista?
Sí. Para conformar un gobierno mayoritario que dé estabilidad y permita la gobernabilidad. Entendemos que esa suma es positiva. y ya ha dado frutos como la aprobación de los presupuestos, el IBI o la tasa de turismo. Hay que ir viendo los escenarios. Pero es algo que también depende de ellos, ¿Qué quieren hacer? ¿Quieren entrar en el gobierno o dar estabilidad con un pacto de gobernabilidad? ¿O se conforman con aprobar los presupuestos y luego seguir trabajando por fases? Es cuestión de ir explorándolo. Nuestra apuesta prioritaria son los comuns, pero eso no está reñido con llegar a acuerdos con otros partidos, La gobernabilidad es un reto. Tenemos que ser capaces de afrontarlo, de no acomplejarnos y de explicárselo a los ciudadanos, que nos piden responsabilidad y nos exigen que gobernemos, que saquemos adelante políticas que mejoren la ciudad. Y si va de la mano de un amplio espectro político, mejor, porque es un buen mensaje.

¿Quieres seguir siendo alcalde después de que acabe el mandato? ¿Te presentarás a la reelección?
Tengo un proyecto de futuro y en solo tres años no se puede ver el horizonte. Por eso mantengo la ilusión de seguir en 2027 y continuar con la gran transformación del corazón de L’Hospitalet. También qiero consolidar y si es posible ampliar la actual mayoría del PSC en el Ayuntamiento. Estoy plenamente dispuesto a asumir el reto y por eso me presentaré. III

“Hemos sido los grandes olvidados de la Generalitat de los últimos 15 años”

¿Por qué va a hacer falta una década para que L’Hospitalet empiece a levantar cabeza en aspectos como la sanidad o la educación?
Porque en los últimos 15 años en esta ciudad hemos sido los grandes olvidados de los diferentes governs de la Generalitat. Por ejemplo, la falta de inversiones en políticas educativas en todo este tiempo ha colocado el sistema educativo de L’Hospitalet es una situación complicada, con una gran matricula viva, con sobre-ratio en muchos centros educativos, con necesidades educativas especiales de algunos alumnos -como el acompañamiento- que no están cubiertas ahora mismo El Govern de Salvador Illa sí que está apostando por L’Hospitalet y por invertir en sanidad y en educación, pero la situación no podemos revertirla en solo dos años por muchos recursos que pusiera mañana la Generalitat.


¿Y por qué ha sido la gran olvidada?
No lo sé. Habría que preguntar a los que han tenido la responsabilidad estos últimos 15 años. Otro ejemplo, en los presupuestos de la Generalitat de 2023 (los que no logró aprobar el Govern de Pere Aragonès) había cero euros destinados a la ciudad.

¿No es achacable también a los anterior alcaldes de L’Hospitalet, por no reclamar?
Para nada. La ciudad ha ido avanzando y se ha ido construyendo en base a lo poco que nos han querido aportar. Al final, no quedaba otra que gobernar sin ayuda y sin que otros asumieran sus responsabilidades y las competencias que tenían. A pesar de todo, el gobierno municipal de la ciudad ha ido tirando. Es verdad que cuando hacía falta algo se reclamaba, pero no siempre se conseguía. En realidad, muy pocas veces. Así que nos hemos visto forzados a ir haciendo a medida que era necesario, aunque no nos ayudaran. Sin duda, L’Hospitalet ha sufrido una dejadez endémica.

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