Todo Sant Boi se ha convertido durante toda la mañana de este martes en el epicentro de un brutal sunami de retenciones de tráfico, con atascos monumentales y colas kilométricas en varias carreteras, como consecuencia las obras de construcción de la futura autovía B-25. Sin ningún género de dudas se trata del colapso de mayores dimensiones desde que se inició hace un año y medio la construcción de este vial. Pese a que se había anunciado con cierta antelación, la supresión de uno de los dos carriles de la comarcal C-245 que comunican la crítica rotonda de La Parellada (en Sant Boi) con Cornellà ha desatado el caos, generando un tapón que se ha extendido en todas direcciones.
La situación más extrema se ha vivido en hora punta, con caravanas de vehículos en los principales vías de entrada y salida a Barcelona: la comarcal C-245 (una trampa a su paso por Sant Boi), la autopista A-2 (con retenciones desde Sant Andreu de la Barca hasta Sant Boi), la C-32 (con colas insufribles desde Gavà hasta más allá de los accesos a Sant Boi), la C-31C y la C-31 (desde El Prat) la BV-2002 entre Sant Vicenç dels Horts y la C-245, la BV-2001, desde Sant Feliu hasta la C-245) y de rebote la antigua C-1413antiga de El Papiol hasta Sant Feliu de Llobregat. Según Tránsit, a las 9.00 horas se contabilizaban más de 15 kilómetros de caravana en los viales más afectados.
El atasco ha alcanzado cotas de tales dimensiones que, a primera hora de la mañana, los Mossos d’Esquadra han cerrado la salida 37 de la C-32 (de entrada a Barcelona desde Castelldefels) y que comunica la autopista del Garraf con la rotonda de La Parellada, para intentar reducir el aporte de vehículos a la zona cero de la onda expansiva de los atascos y “mejorar el flujo de vehículos”, han informado desde la dirección general de Trànsit. Hacia mediodía, el acceso ha vuelto a reabrirse una vez la situación se iba normalizando con el descenso de la densidad del tráfico.
Intentar salir o entrar a Sant Boi también se ha convertido en una misión casi imposible y en una odisea porque todas las calles del nucleo urbano que conectan con la C-245 y la BV-2002 (principales accesos al municipio) se han convertido en una ratonera de la que resulta imposible escapar. Uno de los conductores afectados ha definido la situación a El Llobregat como “una tortura”. También las líneas de autobús que discurren por la C-245 (como la L-75) se han prácticamente paralizado. “Los autobuses no se mueven”, ha descrito uno de loso usuarios atrapados.
Desde el Ayuntamiento de Sant Boi han recomendado que se evite en la manera de lo posible la C-245 y la rotonda de La parellada y se utilice como vial alternativo la nueva conexión con la C-32 desde la calle Alacant, entre el centro comercial Alcampo y el Leroy Merlin. Las mismas fuentes han apuntado que el problema “va para largo” porque el cierre del carril de la C-245 se va a prolongar de forma ineludible varias semanas.
Desde el consistorio local se espera que la situación pura mejor en los próximos días, porque, en base a la experiencia de otras restricciones fruto de las obras de la B-25, “el primer día siempre es el peor, pero poco a poco hay una cierta mejora porque los afectados buscan alternativas viarias o de transporte público”, como en este caso el metro del Baix Llobregat -Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC)-.