Sant Boi

El Ayuntamiento de Sant Boi interviene in extremis y evita un caos absoluto por las obras de la B-25

Xavier Adell | Domingo 09 de febrero de 2025
Una llamada de un importante cargo del Ayuntamiento de Sant Boi, a última hora del jueves, evitó lo que podría haber sido un infierno para el tráfico de acceso a Barcelona por el cierre repentino de la rotonda de La Parellada como consecuencia de las obras de construcción de la futura autovía B-25. Los responsables de las obras recularon y pospusieron el bloqueo de la glorieta hasta este lunes. La prórroga va a permitir a los conductores prepararse y a las administraciones señalizar las restricciones y los desvíos alternativos. Quedan por delante los cuatro meses más intensos de la ejecución del proyecto y las mayores molestias. Pero cuando se estrene la autovía, la movilidad general (y de Sant Boi en particular) mejorán de forma superlativa.

La intervención a última hora de este pasado jueves de un importante cargo del Ayuntamiento de Sant Boi evitó que de nuevo atravesar el municipio el viernes se convirtiera en un infierno de dimensiones bíblicas para los conductores peor incluso que el colapso de los últimos días. Y es que sin avisar al consistorio ni a nadie con antelación, la dirección general de Carreteras y el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible (MITMA) decidieron ese mismo jueves por la tarde que al día siguiente se cerraba parcialmente la ya de por si desbordada rotonda de la Parellada, lo que la iba a convertir en un callejón prácticamente sin salida (solo hacia la C-32 en dirección a Castelldefels) para desesperación de sus usuarios.

Pero el alto responsable municipal se plantó y telefónicamente espetó a los responsables de la obra que se fueran olvidando de asaltar a las bravas la conflictiva glorieta de la C-245. Nada de cierres. No hasta que se pudieran notificar a los afectados con algo de margen las nuevas restricciones que iban a desatarse. Y de paso, que también hubiera tiempo para señalizar, al menos mínimamente, los desvíos que iban a ponerse en marcha y que, apriori, estaban concebidos para mitigar el colapso de los últimos días.

El MITMA recula y aplaza

Los responsables estatales de la obra recularon ante el monumental enfado del Ayuntamiento y pospusieron el cierre del ramal de la rotonda de La Parellada en dirección Cornellà (excepto para los autobuses de línea) hasta las 10.00 horas de este lunes, fuera ya de las horas punta de la operación entrada a Barcelona. De esta forma, los posibles conductores afectados están ya sobre aviso, saben lo que les espera y pueden tomar medidas, buscar rutas opcionales o incluso pasarse al transporte público ferroviario. Tres días de antelación dan para mucho.

El objetivo de esta prórroga del cierre de La Parellada era (y sigue siendo) evitar que se repita el descomunal caos de tráfico que el pasado lunes 3 de febrero colapsó todos los viales con acceso a Sant Boi y sus aledaños cuando se anuló uno de los dos carriles de la C-245 en dirección a Cornellà. Y es que el colapso general del lunes “fue un drama”, han reconocido fuentes municipales, en nada achacable al propio Ayuntamiento ya que no es el promotor de la obra.

Información solo desde el Ayuntamiento

Más bien al contrario, Desde los medios de comunicación municipales y de los perfiles del consistorio en redes sociales se lleva intentando desde el primer momento advertir a los ciudadanos de las restricciones y se les recomiendan itinerarios alternativos.

Además, el municipio ha colocado en lugares estratégicos de la ciudad señales especiales que dirigen el tráfico local hacia la calle de Alacant y el nuevo acceso a la C-32, el único aliviadero para evitar la trampa de la C-245, y avisos de las restricciones.

Esta opacidad ministerial y de la dirección general de Carreteras en Cataluña viene siendo la tónica habitual de las obras de la B-25 desde que comenzaron en verano de 2023. Las decisiones que afectan a la movilidad –como desvíos o cortes- no se consensuan con el ayuntamiento y se le notifican en el último momento y a cuentagotas, como pasó el jueves. “Así es muy difícil planificar medidas con antelación. Desconocemos qué se tiene previsto ejecutar cada día, no hay planing. Porque si lo supiéramos nos podríamos organizar mejor, prever las cosas y evitar problemas”, aseguran desde el consistorio. Sin embargo, como el ayuntamiento es la única administración que informa, es también la única que recibe las quejas, las críticas y los exabruptos de los conductores atrapados en los atascos, sobre todo a través de las redes sociales.

El fin de la rotonda maldita

Pero es que en realidad la B-25 no es un vial pensado ‘para Sant Boi’ sino que es una estratégica obra de país, porque está concebida para conectar de forma directa (con un vial de 2,3 kilómetros) las autopistas A-2 y B-32, un movimiento que hasta ahora requería o bien pasar por en medio de Sant Boi (y de la maldita rotonda de la Parellada) o por el nudo del Llobregat, lo que comporta un notable rodeo. Aunque sí es cierto que Sant Boi va a ser un beneficiario directo de la futura autovía cuando entre en servicio porque ésta restará 25.000 vehículos diarios al tráfico interno de la ciudad y acabará con los atascos infinitos de rotonda de La Parellada –también llamada de la Cruz Roja- e incluso (literalmente) finiquitará la propia glorieta.

Justo cuando se está al final del camino y ya se avista la meta, después de un injustificado retraso de 30 años en el proyecto (que fue desencallado gracias a la intervención de la entonces titular del MITMA, la exalcaldesa de Gavà, Raquel Sánchez), justo ahora es cuando más se está crispando el ambiente para desesperación general. “Estamos en la recta final de las obras, aunque ésta es la etapa más compleja. Nos esperan cuatro meses difíciles, pero desde el Ayuntamiento se va a hacer todo lo posible para mitigar el efecto negativo de las obras”, aseguran fuentes municipales. La espera valdrá la pena, porque habrá premio. “Sant Boi va a cambiar de forma sustancial con la B-25, nos va a parecer increíble”, auguran las mismas fuentes. París (o en este caso, Sant Boi), bien vale una misa (o unos meses de agotadores atascos

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